Mientras viva el capitalismo y sigan creciendo sus víctimas, la izquierda estará más viva, y será más necesaria que nunca
Alberto Acevedo
Así como en 1992 el teórico burgués Francis Fukuyama habló del ‘fin de la historia’, en un texto del mismo nombre en el que refería que la teoría de la lucha de ideologías había muerto, no pocos intelectuales de derecha, y algunos de izquierda en el continente latinoamericano, han puesto en boga la idea del ‘fin del ciclo progresista’, refiriéndose a los reveses de los gobiernos de izquierda o de tendencia progresista, teoría que refuerzan con la llegada de regímenes de ultraderecha o de corte fascista en varios países.
A esta tesis respondió de manera categórica el dirigente de la coalición Podemos, de España, Juan Carlos Monedero: “Si la izquierda está muerta, ¿dónde están los cadáveres de sus sujetos: los obreros, los campesinos, los originarios, las mujeres, los jóvenes, los explotados? ¡De ninguna manera han desaparecido!”
“Mientras viva el capitalismo y sigan creciendo sus víctimas, la izquierda estará más viva, y será más necesaria que nunca”, dijo por su parte el intelectual latinoamericano Atilio Borón.
Contexto de lucha y confrontación
Esta confrontación de ideas se produjo en el marco del Primer Foro Mundial de Pensamiento Crítico, celebrado en Buenos Aires, Argentina, entre el 19 y el 23 de noviembre pasado, en el marco de la asamblea bianual del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Clacso.
Con el objetivo metodológico de difundir los temas que se están investigando en las ciencias sociales latinoamericanas en la actual coyuntura histórica, el evento sesionó bajo la consigna: “las luchas por la igualdad, la justicia social y la democracia en un mundo turbulento”.
La constatación de la irrupción de una cultura autoritaria, producto del neoliberalismo financiero; el agotamiento de los gobiernos progresistas por sus limitaciones, pero al mismo tiempo la existencia de un modelo neoliberal insustentable. Y al mismo tiempo la ausencia de ideas que cautiven la energía contenida de los pueblos, fueron, entre otros aspectos, los que motivaron a que la reunión ordinaria de la Clacso se convirtiera esta vez en un gran debate sobre la necesidad de un pensamiento crítico que reoriente la acción creadora de las masas por su emancipación.
Razones para el optimismo
Alrededor de la reunión de Buenos Aires, se produjeron acontecimientos que avizoran razones para tener fe en que las cosas pueden cambiar: Las protestas en la misma ciudad de Buenos Aires contra la reunión de G20, el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en México; el anuncio, esa misma semana en Brasil, de la constitución de un gran Frente Amplio, con todas las fuerzas de izquierda y progresistas, que retarán las embestidas neoliberales y fascistoides del presidente Bolsonaro; la fuerza de la marcha de los migrantes centroamericanos; el proceso de autorenovación de la revolución cubana, que llega a sus sesenta años de marcha triunfal; en fin, la vigorosa protesta de los ‘chalecos amarillos’ en Francia, ya victoriosa, que puso contra la pared al modelo capitalista.
Varios ponentes al Foro de Pensamiento Crítico, coincidieron en señalar que el proceso de retoma de las iniciativas de la izquierda en el continente, no se va a dar porque lo determine un grupo de especialistas en un simposio. Hay que asumir posiciones autocríticas. Ni siquiera basta con determinar la participación en nuevos procesos electorales sin hacer correcciones estratégicas. Hay que ir más allá de la utilización de la vía electoral.
En estos momentos de escepticismo, existe el peligro de que el pueblo sea seducido por ideas neofascistas. El filósofo surcoreano Byung-Chul Han, en algunas de sus obras sostiene que vivimos en la “sociedad del cansancio”, fenómeno derivado no solo del exceso de trabajo, de la saturación de información a través de las redes sociales y los grandes medios, del aislamiento en la sociedad moderna, sino del escepticismo de las masas frente a los modelos de desarrollo y al rol de los partidos.
Nueva hoja de ruta
En 1941, en escenarios de avance de formaciones fascistas en Europa, el insigne dramaturgo alemán Bertold Brecht, en su memorable “La resistible ascensión de Arturo Ui”, decía: “todavía es fecundo el vientre que parió el suceso inmundo”. Tal vez esta sentencia, nos indique con claridad que hoy, como lo advertía Brecht, es vital el pensamiento crítico para contener las veleidades fascistas de muchos círculos de la burguesía latinoamericana y mundial.
Y en una cosa en la que coincidieron los participantes en reunión convocada por Clacso, es que la renovación del pensamiento crítico puede convertirse en faro que guíe el accionar de la izquierda latinoamericana y contenga el avance de la ultraderecha. “Es necesario construir una alternativa política y a ello contribuye el pensamiento crítico, que ayude al diseño de una hoja de ruta que evite que la humanidad se vaya al precipicio”, señala Atilio Borón. Avanzar por ese camino, es una “utopía realizable”, para lo cual se necesita organización, unidad de acción y construcción de poder popular, puntualiza el analista.
Recomponer fuerzas
“No gritemos ni insultemos, porque perdemos tiempo para pensar lo importante”. De eso se trata, de no distraernos, de prepararnos para la toma del poder, dijo por su parte la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner.
Si lo que se quiere es avanzar en esa dirección, dijo el vicepresidente boliviano Álvaro García Linera, es necesario hacer un balance sintético de las fortalezas y debilidades del progresismo y de la izquierda en la etapa actual, apuntando a recomponer fuerzas, después del desgaste y las derrotas de los últimos años.
Estamos ante “un neoliberalismo fallido de corto aliento y un mundo incierto”, puntualizó Linera. El retorno de fuerzas conservadoras a Argentina, Brasil, Chile y otros países de la región, no significa que estemos ante una consolidación a largo plazo, ni un nuevo ciclo de hegemonía neoliberal de largo aliento. Más bien lo que estamos presenciando, es que en el marco de los avances políticos de la derecha, cuya más significativa y amenazante expresión es el encumbramiento de Bolsonaro en Planalto, lo que hay es un cuadro de impasse a nivel regional, donde ni las perspectivas económicas son favorables a los planes capitalistas, ni la relación de fuerzas se ha dirimido de manera categórica, dijo el político boliviano.