José Ramón Llanos
Cuando los periódicos colombianos solo se ocupaban del mundo socialista para desinformar y propalar mentiras, de pronto se llenaron de voces y textos elogiosos para difundir los textos y poemas de un ruso desconocido: Evgueni Evtushenko, todos ponderaban un poema, Baby Yaar, donde el vate denunciaba la masacre nazi de los judíos nacidos o habitantes de la Unión Soviética, también hacía algunas críticas a los rechazos que algunos funcionarios le propinaban en algunas regiones a los judíos. No distinguían entre la política humanista del socialismo y algunas desviaciones de burócratas.
Por supuesto no les interesaban la calidad y los recursos estilísticos y los contenidos profundamente humanos y las denuncias sobre el mundo capitalista o la manera original de tratar el eterno tema poético del amor, en cuyo poema La mitad no quiero de nada, lo culmina así: “Quiero, si la mitad de la almohada/donde, pegado a tu mejilla,/ como una pobre estrella fugaz,/ fulgure el anillo de tu dedo”. Ni por supuesto cayeron en la cuenta del interés por el mundo y los problemas latinoamericanos de Evtushenko, expresado en poemas como el Ajedrez de México, donde leemos por ejemplo “el triste ajedrez de América Latina/ es una burla amarga para ustedes”. Tampoco registraron la solidaridad con las condiciones de explotación del hombre africano y las denuncias contra la guerra de Vietnam.
Para valorar al autor de la novela “No mueras antes de morir”, hubiera sido suficiente recordar que él es el heredero del gran legado literario de Pushkin, Gogol, Maiakovski, Tolstoi, Gorki, entre otros.
Evtushenko aparte de un destacado poeta fue novelista, escritor de guiones, cineasta y un gran ensayista. Además se dedicó a conocer las culturas del mundo y por eso escribía y hablaba en inglés, en francés y tenía un gran dominio del español lo cual le permitió escribir poesía en esta lengua. El Siberiano universal había nacido en 1932 y murió el 4 de abril del presente año.
La mitad no quiero de nada! [Poema – Texto completo]
Evegueni Evtushenko
La mitad no quiero de nada!
¡Que sea mío el cielo todo!
¡La tierra toda, mía!
Mares y ríos, el torrente de la montaña,
¡míos! No los comparto.
No me seducirás, vida, con una parte.
¡Será todo o nada! ¡Yo podré con todo!
No quiero ni la felicidad
ni el dolor a medias.
¡Quiero, sí, la mitad de la almohada
donde, pegado a tu mejilla,
como una pobre estrella fugaz,
fulgure el anillo de tu dedo…