
Cuando los índices de desempleo aumentan, la cartera del Trabajo permite el despido de más de 100 trabajadores. La empresa también quiere quitar garantías de la convención colectiva
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino
Desde diciembre de 2018, la empresa estadounidense General Motors Colombia, Colmotores, hizo una solicitud al Ministerio de Trabajo para poder despedir a 103 trabajadores y hacer un cierre parcial de su planta. La petición fue aceptada hace tres semanas, sin embargo, los diferentes sindicatos apelaron y esperan una respuesta.
Para hacer la solicitud a la cartera de Trabajo, la empresa argumentó que su producción es baja, que solo tiene dos plataformas de vehículos en ensamblaje, es decir, que atraviesa por una crisis económica que la obliga a tomar esas medidas. Pero según los trabajadores, el argumento no es cierto y hay 80 trabajadores a quienes les paga el salario, aunque no les permite laborar en la planta, están en sus casas, como lo expresa el Artículo 140 del Código Sustantivo del Trabajo: “Durante la vigencia del contrato el trabajador tiene derecho a percibir el salario aun cuando no haya prestación del servicio por disposición o culpa del (empleador)”. De estos obreros, muchos están enfermos, asegura Luis Serrano, quien desde hace 41 años trabaja en Colmotores y hace parte de la junta directiva de Sintraime; comenta que el objetivo final es despedirlos.
“Lo que pasa es que ellos vienen en un plan de reducción de costos a nivel mundial. Es una orden de la casa matriz para reducirlos al máximo. En junio la empresa fue certificada con una norma de calidad que le permite producir más modelos en Colombia, entonces lo que quieren es tener una mano de obra más barata”, explica el dirigente sindical.
Sintraime también expresa que Colmotores ha subcontratado a través de Out Sourcing en labores de producción que antes hacían los trabajadores, quienes denunciaron ante el Ministerio y como resultado le cobraron a la empresa una multa de 60 millones de pesos, sin embargo, dicen que la modalidad de subcontratación en labores que ellos hacían, aumentó.
Ante las quejas de las organizaciones sindicales, la empresa solo dice que deben reducir costos. Sintraime denuncia que ya empezaron a quitarles puntos de la convención: “Nos quitó el auxilio educativo, la prima de vacaciones, el subsidio familiar, el auxilio médico y la ayuda al sindicato. Ellos nos dicen que nos sentemos a negociar, pero para ellos negociar es quitarnos 18 puntos de la convención colectiva”, expone Luis Serrano.
Otro objetivo
La principal preocupación de Sintraime es que para reducir costos es primordial la eliminación de los sindicatos, pues de quienes mandaron a la casa y les siguieron pagando el salario, la mayoría son sindicalizados.
Al cierre de esta edición, representantes de los sindicatos y el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, Diógenes Orjuela habían tenido una reunión con el viceministro de Trabajo, Carlos Baena, en la que el representante de la cartera dijo que no se podía comprometer a cambiar la resolución que permite el despido de los trabajadores.
“En la reunión demostramos que la empresa sí es viable, que sí nos están incumpliendo y que no cerrarán la planta, pero no hay soluciones. Solicitamos que la resolución se caiga”, dice el dirigente de Sintraime.

Esta empresa se ha caracterizado por sacar a sus trabajadores enfermos, al punto que desde hace años varios de ellos instalaron una carpa frente a la embajada de Estados Unidos en Bogotá, para reclamar ante el gobierno de ese país por el maltrato de la transnacional. La manifestación logró que los medios de comunicación nacionales y algunos extranjeros visibilizaran la situación. Hace dos semanas se levantó la carpa, pero crecen los enfermos despedidos.
La situación ha sido de alta gravedad, al punto que los enfermos se organizaron en la Unión de Trabajadores Enfermos de la General Motors Colombia, Utegm, con 45 afiliados. Según esta organización una tercera parte de los trabajadores operativos padece de una o más enfermedades de origen laboral. Hernias discales, discopatías cervicales y dorsales, manguito rotador, bursitis y túnel del carpo son las patologías más comunes.
Enfermos a la calle
En diálogo de la abogada Liliana Quemba, vocera y asesora Utegm, con la Agencia de Información Laboral, la situación es sumamente preocupante por las dudas que tienen al respecto, partiendo de que no confían en que la empresa cumpla con el requerimiento de no despedir trabajadores enfermos: “Así la resolución diga que no lo puede hacer, lo que hemos visto es que en otras situaciones no ha respetado la normatividad”.
La asesora sindical también advirtió: “Sin hilar delgado uno podría pensar que la empresa está construyendo su listado de 103 trabajadores para el despido con los enfermos y restringidos que han enviado a sus casas por el artículo 140. Sería gravísimo: un despido de solo enfermos”.
Explicó que como en derecho todo es asunto de interpretación, así la Corte Constitucional en su jurisprudencia defienda a los trabajadores enfermos o en estado de incapacidad, la empresa ha apelado a una norma de la Corte Suprema de Justicia que dice que cuando un trabajador tiene más del 25% de calificación de pérdida de capacidad laboral, no puede ser despedido. El resto sí puede serlo. “Y la gran mayoría los trabajadores enfermos de Colmotores, por cosas de los comités calificadores están calificados con menos del 25%. Pero están enfermos, o están en periodo de calificación. Son trabajadores que no son muy productivos, pero no es culpa de ellos sino de la empresa que los enfermó”.
Como a los otros sindicatos, a Quemba tampoco le parece creíble el argumento de la crisis económica que la empresa esgrime para justificar los despidos, ya que va a ampliar la producción al ensamblaje de dos nuevos modelos; líneas de producción que solo arrancaría con una nómina libre de trabajadores enfermos.
En ese sentido ve contradictorio que en su resolución el Ministerio de Trabajo reconozca las dificultades económicas de la empresa, pero a la vez diga que en el 2018 tuvo una recuperación.
GM Comotores cuenta con alrededor de mil trabajadores en su única planta al sur de Bogotá, donde ensambla vehículos para Chevrolet, un 70% contratado a término indefinido y el restante a término fijo.
Tiene un pacto colectivo con 800 trabajadores y una convención colectiva con 200 afiliados a sindicatos, quienes han sido muy disminuidos por los despidos. Las mismas garantías manejan en pacto y convención.