El proyecto de Ley 153, conocido como “licencias menstruales”, propone que una vez al mes las menstruantes que estén en el colegio no asistan a sus respectivas clases, sin represalias académicas. Entrevista con la senadora Victoria Sandino
Violeta Forero
@Violeta_Forero
La menstruación es un tema que sigue siendo tabú. Al momento de hablar sin conocer sobre el tema se pueden cometer equivocaciones en contra de este, que dejan en evidencia los símbolos provenientes del machismo y que se reproducen en la cotidianidad. Como mujer, por ejemplo, he escuchado en varias ocasiones comentarios sobre el “mal olor” que expulsa el cuerpo cuando las mujeres estamos en su ciclo menstrual, “olor” que es casi imperceptible para el olfato humano.
En medio de un Congreso machista, la exguerrillera y senadora Victoria Sandino presentó un proyecto de ley que busca beneficiar a estudiantes menstruantes para que gocen de un día del periodo menstrual en la casa, sin preocupaciones académicas ni físicas. VOZ dialogó con la parlamentaria sobre la pertinencia y el futuro del proyecto.
¿Cómo nació este proyecto?
-Desde el año pasado vengo trabajando con unas chicas de unos colegios que tienen un grupo basado en comunicaciones que se llama “Somos Movimiento” alrededor del proceso de paz apoyando a las mujeres exguerrilleras. En esas hemos hablado sobre lo difícil que era tener la menstruación en la insurgencia por todo lo que esto traía y en ese sentido, siempre teníamos muchas molestias. Sabemos que el menstruar es un proceso normal, pero a ellas les llamó mucho la atención porque aún hay muchos tabúes acerca de esto.
Entonces lo que venimos haciendo es poner el tema sobre la mesa hablando de derechos sexuales y reproductivos para las personas menstruantes y todo esto hace parte de un conjunto de situaciones que debemos tener en cuenta. Por ejemplo, yo presenté un proyecto por segunda vez, porque la primera lo hundieron, sobre la eliminación de las barreras al acceso de los anticonceptivos, que la distribución se haga de manera gratuita, sin prejuicios y con puntos de salud de prevención y promoción.
¿Por qué es importante una ley sobre Licencias Menstruales hoy en día?
-Hay muchas personas que no menstrúan que piensan que como el periodo es normal, entonces no tiene ningún tipo de afectación. Pero eso no es cierto. Las personas menstruantes tienen cólicos, les da miedo mancharse. Sabemos que la licencia del proyecto de ley es un gran avance para la sociedad, es un paso muy importante. Es momento de presentar el proyecto porque muchas personas se desarrollaron en estos dos años que llevamos de pandemia y están hasta ahora explorando este nuevo camino, es también una ayuda psicológica para estar personas.
Hay gente que tiene su menstruación hasta dos veces al mes, lo que estamos pidiendo es un día al mes. Para estas personas que menstrúan dos veces al mes, estamos pidiendo que haya una coordinación entre el centro de salud y la institución educativa para tomar las medidas respectivas. La idea es que la licencia sea universal, pero necesitamos que se establezca y que haya una “prueba piloto” para que se sepa cómo se aplicará.
Economía menstrual
En el proyecto se habla sobre la economía de las personas menstruantes, cuéntanos más de eso.
-La garantía de los derechos menstruantes está atravesada por la economía. Me acuerdo que una senadora conservadora presentó un proyecto que yo defendí en primer debate sobre la gratuidad de los elementos de higiene menstrual en las instituciones educativas y este proyecto pasó del segundo puesto, al catorceavo. En el Senado se están estableciendo prioridades según conveniencia. Por eso es fundamental que este proyecto de licencia tenga apoyo y trascienda para que la gente se solidarice y acompañe esta iniciativa.
Ahora, es importante decir que no es lo mismo que una persona menstruante pueda usar en su casa un trapo a tener que comprar toallas higiénicas, tampones o incluso la copa menstrual porque el temor está en que se te mueva, se salga o manche. Si una persona se mancha en su casa, pues se baña o mira cómo se ingenia para sentirse bien, pero si una persona se mancha en la calle por falta de toallas, pues es economía menstrual.
Si se puede aliviar el costo de una persona menstruante así sea un día, pues es una gran ayuda. Hay personas que se pueden cambiar de toalla entre cinco y siete veces al día, incluso hay gente con problemas de dismenorrea que se gasta un paquete de toallas al día. Eso es economía y es salud mental y física. Es buen vivir. Es un proyecto que le apuesta al bienestar de las personas menstruantes.
Menstruación trans
¿Qué pasará con esas personas que son trans, a quienes les sigue llegando el periodo menstrual pero que no se identifican como mujeres?
-La licencia seguiría en pie. De lo contrario, sería exclusión por falta de derechos a la libre expresión. En el proyecto no se habla de géneros, se habla de un tema concreto que es el de la menstruación. Acá hay que partir de la buena fe. Hay una situación que se debe normalizar y es el cambio de sexo. Teniendo en cuenta esto, las personas no hacen su tránsito a muy temprana edad, eso es un proceso que se va dando y en las instituciones educativas, el personal debe saber y aceptar que la persona está en su tránsito, incluso se le debe acompañar en su proceso. Esto no es de un día para otro.
Ahora, hay que decir que la persona menstruante decide si necesita o no la licencia. Lo que no se le puede negar es el derecho a esta. Para las personas universitarias que están en la universidad, es el mismo proceso. Además de esto, hay que hacer un proceso de pedagogía en contra del bullying, del acoso, de los rechazos, de la estigmatización en estos casos. La sociedad debe avanzar cada día en esto.
¿Por qué tomas la decisión de hacer un proyecto como este?
-Este proyecto lo estamos haciendo por la garantía de las personas menstruantes y por los derechos sexuales y reproductivos y de las mujeres. Lo que yo pueda hacer desde el Congreso para garantizar los derechos de las mujeres, lo voy a hacer. Claro, conociendo la experiencia de las chicas que mencionaba, pues me motivé más y lo hicimos entre todas. No se hablaba de licencias, sino de qué hacer. Entonces cuando salen las licencias para Argentina, nos empezamos a plantear el tema y a estudiar para avanzar en los derechos de las mujeres. Es momento de empezar a poner estos temas en el Congreso.
Un proyecto en crecimiento
¿Cómo ves la correlación de fuerzas en el Congreso para apoyar el proyecto?
-Si hay presión desde las personas menstruantes, pasa. Estoy casi segura que podríamos lograr el segundo debate. Sacarlo de comisión, ponerlo en plenaria, pasar al siguiente paso y enviarlo a la Cámara. Necesitamos madrinas o padrinos que estén en el siguiente Congreso para apoyar el Proyecto. Además, este no es un proyecto que tenga impacto fiscal porque no tiene recursos públicos de por medio. Es un proceso que garantizaría la no deserción de personas menstruantes.
Yo tengo mucha esperanza y voy a trabajar para que el proyecto pase. Estoy armando una campaña comunicativa a nivel nacional. No es algo de reconocimiento, es de presión de socialización del proyecto. Ya me lo agendaron, está entre los siete primeros de la comisión y no voy a dejar que me lo bajen. Voy a pelear como una gata patas arriba para que me aprueben el proyecto. Es algo que nos sirve a todas las personas menstruantes.