La idea de disputar, participar y buscar la articulación de los mecanismos de participación política juvenil es proyectar estos espacios como un instrumento para amplificar las demandas de la juventud
Jhonny Marín – Unión de Jóvenes Patriotas
En las últimas semanas hemos vivido uno de los escenarios de movilización más fuertes e importantes de los años recientes. El paro nacional es una de las manifestaciones más importantes de inconformidad política, económica, social y sanitaria que expresó el pueblo colombiano, buscando a través de la movilización salidas que permitan dignificar la vida. La respuesta de la clase dominante por medio del aparato estatal no fue otra que la represión, la persecución, y sobre todo hacer oídos sordos ninguneando los sectores organizados y no organizados.
Si bien, existe un reconocimiento que uno de los sectores que con mayor ahínco se movilizó fue la juventud, esto no quiere decir que estén resueltos los elementos que garanticen una vida digna para la juventud colombiana. Por el contrario, y de manera crítica y transformadora, las y los jóvenes debemos seguir en las calles, así como copar los espacios de participación política.
Más allá de la representatividad
El pasado 28 de julio de 2021 se abrió formalmente el periodo de inscripciones de candidaturas y listas para las elecciones de los Consejos de Juventud en el país. El Gobierno nacional pretende canalizar y regular la movilización por medio de estas elecciones bajo el argumento que lo importante es que exista una representación juvenil. Entienden que la movilización tiene como motor una crisis de representatividad.
En esta línea de argumentación todos los problemas se resuelven generando elecciones que den la apariencia democrática para así contener la inconformidad y garantizar la gobernabilidad, generando una supuesta nueva representatividad que hable por la juventud colombiana en el marco institucional. La vieja lógica del gatopardismo: que cambie todo para que todo siga igual. Algunas expresiones han sido atraídas por esta tesis y promueven que lo importante ahora en la política es la representatividad. Una crítica burocrática al burocratismo bajo una apariencia de democracia.
Pese a que Iván Duque quiera presentar los Consejos de Juventud como una novedad de su gobierno, hay que recordar que estos no son nuevos en el país, y que lo que permitió el Estatuto de Ciudadanía Juvenil fue complementar los mecanismos de participación juvenil que ya existían como los CMJ con las asambleas y las plataformas juveniles. Tanto en la ley de juventud anterior como en el estatuto actual, la gran limitación es que estos espacios son solo consultivos, y ninguna administración está obligada a implementar las solicitudes hechas. Su función es principalmente de control político.
Ahora bien, no se trata de promover un discurso falso sobre la abstención, se trata de encontrar los límites y ser realistas en el marco de posibilidades de los consejos municipales de juventud, pero también señalar los retos sin ambigüedades y equívocos.
La apuesta en los CMJ
Por ello, se entiende que su propia limitación es al mismo tiempo su potencia. La idea no puede ser participar en los CMJ solo por tener un escenario de representación, la idea es participar y buscar la articulación de los mecanismos de participación política juvenil con la intensión de fortalecer la movilización, la articulación y coordinación de las diferentes expresiones, convirtiendo los CMJ en un instrumento que permita amplificar y seguir insistiendo en las demandas de la juventud colombiana, donde se pueda insistir en un elemento central y nodal para denunciar y presionar la política de guerra, persecución y estigmatización juvenil.
Los consejos de juventud, las próximas consejeras y consejeros deberán reproducir las exigencias sentidas de la juventud colombiana, la garantías para una vida digna que tienen que ver con unos mínimos vitales: acceso universal a la educación en todos sus niveles, y con garantías de alimentación y materiales de estudio. De manera urgente la juventud necesita acceder a trabajos en condiciones dignas que garanticen que una persona no sea expoliada ni explotada por ser joven.
El acceso a la cultura, la recreación y el deporte son fundamentales para alimentar el espíritu de nuestra sociedad, impulsar y fomentar los desarrollos técnicos y tecnológicos, lo cual implica no solo un cambio de gobernantes, sino un cambio de contenidos de las políticas públicas y a su vez, de los fines del Estado.
Insistir en la solución política al conflicto armado que implica impulsar una estrategia para que las instituciones civiles impulsen y faciliten la objeción de conciencia al servicio militar obligatorio, a la vez que se impulsa la derogación del mismo. Porque la juventud colombiana no requiere seguir siendo tratada como carne de cañón o “vándalos”, mientras se perpetúan juvenicidios y se sigue reproduciendo una cultura paramilitar.
Entendemos que ello solo es posible impulsando la mayor transformación política, económica, social y cultural del país, donde la participación en los diferentes espacios es fundamental, por ello, nuestra idea es que los CMJ puedan jugar dentro del enclave de movimiento juvenil permitiendo impulsar los contenidos de esta transformación del país, para así lograr edificar una nación bajo la bandera de la dignidad humana, la solidaridad y la paz democrática.
Unidad y participación
Así mismo, una vez abiertas las inscripciones, se trata de llamar a la mayor participación. Sabemos que, con la masificación de la acción juvenil en el paro nacional, ha aumentado el interés por la participación política, eso es positivo pero sigue siendo un llamado urgente. Estamos a menos de un mes del cierre de inscripciones, implica un mes de muchos retos para la unidad juvenil que se ha construido en las calles.
Si bien, es importante una diversidad amplia en las candidaturas, también sabemos que la unidad en las mismas es fundamental. Esta unidad desde la perspectiva crítica de la que aquí se habla, y que implica el reconocimiento de las nuevas fuerzas que hoy tienen las banderas más dignas, hacia un movimiento juvenil más crítico y aguerrido. La idea es hacer peso desde la alternativa, desde las fuerzas juveniles que no hemos desfallecido en la construir de un país mejor y una vida verdaderamente digna.