
Un nuevo paro de docentes evidenció una problemática que acumula años sin que se avizoren soluciones de fondo. La desfinanciación y la privatización aumentan, al tiempo que disminuyen las garantías laborales para docentes
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino
“¡En qué decreto, ley o artículo dice que tenemos que darle comida o comida caliente a los estudiantes, si la función de la Secretaría de Educación no es esa?”, preguntó uno de los delegados por esta institución bogotana ante la mesa de negociación con los sindicatos de profesores, cuando estos exponían la necesidad de cumplir todas las condiciones para el desarrollo de la jornada única extendida.
La pregunta dejó perplejos e indignados a los maestros, y “…evidenció la manera peyorativa como tratan a la comunidad educativa, especialmente a los estudiantes”, comentó a VOZ William Agudelo, presidente de la Asociación Distrital de Educadores, ADE, uno de los sindicatos más grandes del país.

La escena se repitió cuando trataron otros temas relacionados con la mejora de condiciones para estudiantes y profesores, al punto que se terminaron los plazos de ley para llegar a acuerdos en la negociación del pliego de peticiones, presentado en febrero pasado. Y esa falta de voluntad para dar soluciones a una vieja problemática, suscitó que el pasado 30 de mayo 33 mil docentes de la capital del país realizaran un paro de 24 horas.
Ese día, desde tempranas horas, miles de profes se reunieron en la plazoleta frente a la Secretaría Distrital de Educación, SED, donde protestaron por “incumplimientos y falta de soluciones -como dicen ellos- a problemas que aquejan a la comunidad educativa”.
Diálogo sin acuerdos
Mientras tanto, la secretaria de Educación, Claudia Puentes, decía en una cadena radial que a diferencia de la ADE otros sindicatos sí habían encontrado mejores formas o herramientas de diálogo social para no afectar a los estudiantes: “Creemos que es muy importante seguir avanzando en las mejoras laborales de los profesores”. Aunque -explicó- los tiempos que por ley se dan para llegar a un acuerdo en el marco de una negociación de un pliego de peticiones ya habían terminado, y había habido arreglo con otras organizaciones sindicales. Además, que las peticiones de la ADE tenían temas del orden nacional como el de salud.

William Agudelo, presidente de la ADE, en diálogo con VOZ sostuvo que el tema de la salud sí tiene que ver con la Secretaría Distrital de Educación, SED, puesto que Claudia Puentes es su jefe y que no se garantizan condiciones adecuadas en cuanto seguridad en el trabajo y no hay estudios sobre las condiciones de los puestos de trabajo, condiciones que aumentan las incapacidades médicas, entre otras cosas.
También contraargumentó al expresar que la Secretaria de Educación no puede llamar al diálogo social si ella nunca se presentó a la mesa en la que se discutió con ellos, sino que envió delegados sin capacidad de decisión, quienes se encargaron de dilatar para terminar los tiempos sin soluciones.
En los medios las versiones sobre la justificación o no de la protesta iban y venían, mientras se adelantaba el cese de labores educativas y más docentes se agrupaban en la sede de la SED, para un acto político – cultural. “Hubo una parálisis de más del 90% de los colegios distritales, porque la administración de la ciudad ha ido privatizando y desfinanciando la educación, y no ha dado soluciones al pliego de peticiones”, explicó Wilson Alfonso Zambrano, secretario de prensa y comunicaciones de la ADE, quien animaba y arengaba desde una tarima.
Desfinanciación
Según el profesor Zambrano, la Alcaldía ha construido 13 colegios, pero todos han sido entregados en concesión, es decir, a operadores privados. “En el Plan Nacional de Desarrollo quedó plasmado que la infraestructura será entregada a través de alianzas público privadas. Sobre desfinanciación, aunque el presupuesto de la ciudad para educación aumentó, esos recursos se están destinando a las cajas de compensación para tercerizar. En preescolar, como lo llamamos porque defendemos que sea educación formal, el Estado lo llama Primera Infancia o de Cero a Siempre, y lo que hacen es que para tener los niños de tres y cuatro años, no los envían a los colegios estatales y prestan el servicio con entidades como Compensar y Comfenalco. De esa manera, no hay estabilidad laboral y no se depende del Estado, sino de esas cajas de compensación”.

Temas que quedaron en el tintero porque hace dos semanas la Secretaría de Educación se levantó de la mesa diciendo que había terminado el proceso. “Terminaron la negociación de manera unilateral, argumentando entre otras cosas, que si ya había acuerdo nacional con Fecode no tenía sentido seguir negociando en Bogotá, lo que viola el decreto 160 de 2014. Aunque sí negociaron con organizaciones sindicales paralelas”.
Lo acordado con 7 de 17 sindicatos no tiene impacto en los problemas de fondo del magisterio bogotano, expresó William Agudelo, pues entre otras cosas arreglaron un día de permiso para celebrar el día del administrativo y aumento en becas para hijos de funcionarios.
Jornada única
Magdalena Ramírez, profesora del Colegio Fernando Soto Aparicio, dijo que la jornada única se ha ido imponiendo por parte de los gobiernos nacional y distrital, aunque sin condiciones. “Maestros de una jornada van y dan clases en la jornada contraria a través de unos proyectos que no están funcionando y pagando horas extras. No hay una articulación entre el núcleo base y la jornada extendida. No hay comedores escolares, los niños tienen que llevar el almuerzo y comer en el piso, y esas no son condiciones para establecer una jornada única.

“Hay cursos que los meten a los laboratorios, a los espacios deportivos, en las aulas especializadas y los niños están encerrados en salones entre seis y ocho horas diarias. Entonces, lo que exigimos es que si se va a implementar, haya los espacios, los elementos pedagógicos y los maestros que realmente articulen los procesos de ambas jornadas, lo que implica una ampliación de la planta docente”.
Los profesores regresaron a sus labores cotidianas, mientras acumulan fuerzas y se articulan con otros trabajadores de la educación, padres de familia y estudiantes, y dependiendo de las respuestas gubernamentales y de lo que pase con los acuerdos con Fecode, continuarán con sus manifestaciones, y entre ellas visualizan la idea de un paro indefinido.