En Costa Rica el pueblo se rebota

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Corte de una vía en San José. Costa Rica. Foto Mario Amador

En el país tico al pueblo le bastaron tres días de movilizaciones para obligar al presidente Alvarado a rechazar al FMI

José Ramón Llanos

En el caso de Costa Rica se cumple el refrán: Tanto va el cántaro al agua que al fin se rompe. En efecto, el presidente del país, Carlos Alvarado tan descaradamente ha legislado a favor del empresariado y en contra del pueblo, que este rebotó y se lanzó a ocupar las plazas y las principales calles del país exigiendo que cese esa política que esquilma a los trabajadores y le da prebendas al capital financiero y al sector comercial.

El rechazo a las políticas del Gobierno viene desde mucho antes, pero la situación empezó a   caldearse desde junio pasado cuando el presidente Carlos Alvarado solicitó un préstamo de 508 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional (FMI) por el llamado Instrumento de Financiamiento Rápido (IFR) y posteriormente solicitó otro préstamo de 2.500 millones de dólares desembolsado a tres años. Lógicamente el FMI fijó este préstamo como suele hacerlo con condiciones realmente leoninas, es sabido que las dentelladas del león siempre las recibe el pueblo trabajador.

Los rugidos del FMI

Estas son las condiciones, mejor expresado las imposiciones del FMI para desembolsar los préstamos:

Elevar un 3 por ciento el IVA.

Nuevos impuestos a la gasolina y el diésel

Impuestos ambientales

Nuevos impuestos a la propiedad

Congelamiento de los salarios

Reducción del gasto público o sea reducción de los presupuestos sociales, de educación, de salud etc.

Venta de empresas estatales. Cumplimiento estricto de la regla fiscal.

¿Qué dice el pueblo?

Cuando el pueblo dice basta, lo expresa en las plazas y calles de sus países. El pueblo costarricense no es la excepción y tan pronto el parlamento aprobó en primer debate el proyecto de ley   que avalaba la negociación de un préstamo con el FMI, los ticos se lanzaron a las calles y se tomaron 95 puntos estratégicos para la circulación vehicular del país. Estas movilizaciones contaron el apoyo de varios sindicatos, entre otros con la Asociación Nacional de Empleados Públicos y privados ANEP, con el Sindicato de Educadores de Costa Rica SEC, con la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos UNAG y por supuesto con los estudiantes universitarios.

Además, la Iglesia Católica anunció su apoyo, varios partidos políticos, entre los cuales destacamos Rescate Nacional, el Partido Liberación Nacional. Por ejemplo, Célimo Guido de Rescate Nacional, fue muy radical: “No abandonemos en ningún momento el movimiento de la calle, fortalezcámoslo. No creamos en falsos ofrecimientos y al Presidente le decimos que estamos listos para negociar, pero con seriedad. Fuera el FMI de Costa Rica y tiene que estar firmado”, según destaca el diario La Nación.

El semanario La Universidad, publica el comunicado del Partido Liberación Nacional, en uno de sus apartes señalan que el Presidente debe procurar “acuerdos, ante la crisis de violencia y desesperanza que experimenta Costa Rica. El Presidente Alvarado y su equipo deben dejar la soberbia que los ha caracterizado y escuchar el clamor popular.”

Efectivamente, la contundencia de las movilizaciones y la efectiva táctica de interrumpir en cruceros claves el tránsito doblegó la soberbia del presidente Carlos Alvarado y este se vio obligado a congelar las negociaciones con el FMI, aceptar el diálogo condicionado por el movimiento sindical y los partidos de oposición, los diálogos comenzaron el martes 6 de octubre.

Gran movilización y diálogos

En Costa Rica como en Colombia, el pueblo tiene problemas similares y necesita las mismas estrategias y tácticas, veamos lo que dice la ANEP: “Por tanto proponemos: Avanzar hacia unidades más amplias. Que permitan clarificar de forma conjunta consignas, objetivos, agenda y discurso, en defensa de las necesidades insatisfechas del pueblo trabajador, y contra las políticas públicas que insisten en la misma receta económica concentradora y excluyente…”

El Movimiento Liberación Nacional y los sindicatos convocaron una Gran Manifestación Nacional para el día 6 y al día siguiente se iniciarán los diálogos, los cuales se harán teniendo en cuenta las 15 condiciones que exigen los movilizados. Destacamos las más importantes.

Debe ser en un sitio neutral, no debe ser en la Presidencia de la República, la debe iniciar Carlos Alvarado, debe ser pública, con presencia de la prensa; con tiempo limitado, debe cesar la represión contra los manifestantes, deben ser diurnos y los acuerdos serán socializados para que los movilizados los conozcan y los aprueben.

Además, debe incluir compromiso de no imponer impuestos indirectos, rechazo al FMI, ningún castigo judicial a ningún manifestante, debe aceptar el Presidente el compromiso de no vender ninguna empresa del Estado. La iglesia debe ser testigo y garante del cumplimiento de los acuerdos.  Las tomas de los puntos estratégicos solo se levantaran cuando se firmen y queden en firme los acuerdos.

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