El costurero de la memoria

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Foto Corporación Colombiana de Teatro.

“Hablo como dice Elizabeth Jelin: como emprendedora de la memoria”

Alejandra Cano

Del 2 al 5 de agosto, se llevó a cabo, en Bogotá, la Cumbre Nacional de Arte y Cultura por la Paz, la Reconciliación y la Convivencia. En dicho escenario participaron  artistas de diferentes lugares del país, que contaron sus experiencias al momento de contribuir con la reconstrucción  del tejido social  por medio del arte y la cultura.

Claudia Girón Ortiz, una de las fundadoras del Costurero de la memoria, y una de las participantes en la Cumbre, en una conversación con VOZ, dijo lo siguiente:

“Mi participación en la Cumbre de arte y paz fue una oportunidad para poder hablar como psicóloga, defensora de derechos humanos y docente especialista en pedagogía de la memoria a través del arte y la acción performativa…Comienzo contando por qué me interesé en el tema de la memoria, desde los años 90, en la época universitaria y luego en el contexto de la constitución del 91 para contextualizar los lugares de enunciación de las personas que hacemos parte de esa generación donde murieron tres candidatos a la presidencia”.

–¿Cuál es su experiencia como psicóloga en el trabajo de creación de la memoria a través del arte?

–Como psicóloga, siempre he trabajado desde la perspectiva del daño transgeneracional, del trauma transgeneracional y lo que implica en una sociedad que se supone que es una democracia, vivir en un régimen donde se asesina a quien piensa distintito, por eso la opción de trabajar en el ámbito de los derechos humanos y del acompañamiento psicosocial y transdiciplinar de las víctimas de crímenes de Estado, que son las más invisibilizadas, estigmatizadas y consideradas, de alguna manera, culpables de lo que les ha pasado. Para mí eso ha sido un campo de reflexión y de acción, y a partir del arte se hicieron muchos trabajos con la Fundación Manuel Cepeda antes del exilio y después de este. Fuimos parte del proyecto Colombia nunca más, proyecto de creación de bases de datos y de documentación en el caso de genocidio de la Unión Patriótica.

En el arte vimos una fuente para enriquecer los escenarios de acción, para que no fuera solo un asunto de racionalidad sino un trabajo estético, un trabajo emocional para poder compartir con las víctimas directas los escenarios que nos permitieran elaborar los duelos como sociedad, y por eso hicimos varias publicaciones sobre la memoria y crímenes de lesa humanidad.

Claudia Girón Ortiz.

–¿Qué es Victus?

–Hablo también de la experiencia del exilio de varios años en Francia que fueron un descubrimiento de nuestro país por fuera de este y parte de lo que quería hacer en la Cumbre, que no alcancé por falta de tiempo, es el monólogo sobre el exilio que elaboré durante el proyecto Victus, que es un laboratorio de memoria y reconciliación con desmovilizados de las FARC, ELN y las AUC, el ejército, la policía y civiles. Yo soy una de las civiles y hablo de la experiencia del exilio, del retorno y de la opción de  muchas mujeres en este país de no poder ser mamás debido a las amenazas, casi siempre se le da prioridad a las mujeres que son madres, las del hijo asesinado, del hijo ausente, y quería hablar de las víctimas que he acompañado, que han perdido a sus hijos, como las Madres de Soacha, madres de desaparecidos, víctimas de crímenes de Estado y de otras organizaciones que luchan contra la impunidad.

Entonces, me parece importante hablar de la manera de tejer la vida personal, la vida profesional y la vida política (idea central del Costurero de la memoria), es un poco mi experiencia, y hablo como dice Elizabeth Jelin, como emprendedora de la memoria, que es hacer un trabajo práctico de investigación acción participativa, como ciudadana que tiene una profesión, pero que tiene una postura ética y política que se articula con otros profesionales y otra comunidades para compartir recursos y saberes para construir unas bases de la educación para la paz.

Monólogo de Victus (fragmento)

Mamá haciendo el reclamo, habla de Carlos Alberto Pedraza: ¿alguien ha visto a Carlos Alberto? Es un muchacho alto, con anteojos, así como yo, con el pelo negro crespo, con anteojos, así como yo, y una sonrisa muy linda…Yo no fui mamá porque tuve miedo, miedo a que me mataran a mis hijos o me los dejaran huérfanos, pero Carlos Alberto, hubiese podido ser mi hijo. Es el hijo de mi amiga Gloria que tuvo que salir exiliada por estar buscando la verdad y a Carlos Alberto no lo reclutó ningún grupo armado, él era objetor de conciencia y defensor de derechos humanos, a él lo desaparecieron, y cuando encontraron su cuerpo, tenía dos tiros en la nuca…

Monólogo del exilio (fragmento)

Instrucciones para sobrevivir al exilio en Francia:

–No ser intolerantes con los intolerantes. Si un compatriota les dice: Ay, si es verdad que dicen todo eso que cuentan, por algo sería, en algo andarían metidos, dejen tanta mentira, exageración y calumnia, y si fuera verdad, pues la ropa sucia se lava en casa, ¡apátridas! Respiren profundo, serenidad, no vale la pena pelear con ellos, ni mucho menos, tratar de convencerlos…