Los comunistas estamos pensando siempre cómo lograr desarrollar nuestro partido, teniendo como premisa una relación dinámica con el movimiento de masas del proletariado, a partir del estudio del momento político, el estado de ánimo de las masas, la correlación de fuerzas, y los postulados teóricos que sobre el partido de nuevo tipo planteara Lenin, concebido este para la transformación radical de la sociedad capitalista y la construcción de la sociedad socialista; a esta constante que involucra acción y teoría es a lo que podemos denominar Planteamiento Estratégico Organizacional.
El Planteamiento Estratégico Organizacional tiene, por tanto, sus cimientos en la relación dialéctica que existe entre partido y movimiento de masas, la cual es construida por el colectivo revolucionario como una acción estructurada y planificada que se fundamenta, en los lineamientos programáticos trazados por el PCC para la transformación de la sociedad en una época y contexto determinado, y a partir del cual se caracterizan las fuerzas motoras del proceso, que no solo van a derrocar al viejo régimen sino, también las que van a dirigir la nueva sociedad.
Al respecto, Lenin, en el texto El Trabajo del Partido entre las Masas, plantea: “…sin esta organización, el proletariado no es capaz de elevarse hasta el nivel de una lucha consiente de clase; sin esta organización, el movimiento obrero está condenado a la impotencia;…Ninguna clase ha logrado, en la historia, instaurar su dominio si no ha promovido a sus propios jefes políticos, a sus representantes de vanguardia, capaces de organizar el movimiento y dirigirlo…”
El PCC y las masas
El trabajo del partido comunista en las masas, como lo planteara Lenin, es el “esfuerzo del pensamiento socialista en una determinada dirección” por ganar al proletariado para la lucha revolucionaria; en este proceso por incorporar y acumular fuerzas, el partido se ve abocado a encontrar el “….cómo utilizar, orientar, unificar y organizar estas nuevas fuerzas, como concentrar la labor…de manera principal en las nuevas tareas principales marcadas por el momento, sin olvidar de ningún modo las viejas y habituales que tenemos y hemos de cumplir, mientras subsista el mundo de la explotación capitalista…”
Lenin considera que en la medida en que se amplía la lucha popular, el partido debe fortalecer su estructura organizativa, manteniendo la iniciativa revolucionaria, permitiéndole estar al frente de los acontecimientos, al mismo tiempo que le da una gran importancia a la preparación y especialización de los cuadros para que sean capaces de asumir las responsabilidades que exige el momento político, y de conducir el torrente social bajo los principios del socialismo.
Consecuentemente, en la relación partido-movimiento de masas, Lenin asume la necesidad de “…ahondar y ampliar en todo instante el trabajo y la influencia entre las masas…”, lo cual es garantía para el logro de los objetivos revolucionarios.
En el trabajo de masas son decisivas tanto la acción política como la labor educativa de clase, al respecto Lenin afirma que “…es preciso instruir constantemente a nuevas y nuevas capas de esta clase… sin convertir a nuestra doctrina en un dogma seco, enseñándola no sólo con libros, sino también con la participación de las capas más atrasadas y menos desarrolladas del proletariado en la lucha diaria y práctica…”
El trabajo dirigido
El Partido Comunista Colombiano en diferentes etapas del desarrollo de sus luchas ha logrado, a partir de la interpretación de las contradicciones fundamentales de la época, diseñar un trabajo político dirigido, conjugando sectores dinámicos del proletariado, con obreros destacados en algunos sectores estratégicos de la economía. De esta manera podemos entender cómo en la primera mitad del siglo XX, partiendo de la experiencia de los artesanos, se construyen vínculos con el movimiento de braceros del río Magdalena y de los ferrocarriles, generando los primeros sindicatos modernos en el país. De igual forma avanzó en la construcción de las primeras organizaciones campesinas.
Los comunistas hacen de la unidad del proletariado su principal eje para la acción revolucionaria, lo cual le ha permitido consolidarse como el partido de la clase obrera y del pueblo colombiano y librar importantes batallas por sus derechos.
En la segunda mitad del siglo pasado, el PCC en su noveno congreso, y ante el rumbo tomado por la Central de Trabajadores de Colombia (CTC), se propuso rescatar el papel histórico de la clase obrera, mediante un trabajo dirigido y teniendo como ejes la unidad de acción, la independencia de clase, la educación ideológica y política de los obreros para formar la conciencia de clase. Esto requirió de una ligazón por diferentes vías del PCC con la clase obrera y una amplia labor educativa; al respecto el informe al IX Congreso planteó: …“donde los dirigentes sindicales actúen más y mejor en los sindicatos, pero complementando su trabajo por las reivindicaciones económicas y las prestaciones sociales con un trabajo político organizado y sistemático entre los obreros”.
Para la quinta conferencia de organización del PCC realizada en 1972, después de consolidarse el trabajo de los comunistas en el movimiento sindical a través de la CSTC, el PCC ve la necesidad avanzar en su composición misma, con obreros destacados en lo que se denominó como “fundamentales centros de producción nacional”, a la vez que considera necesario darle una importancia vital al trabajo político en los principales centros urbanos, para lo cual establece que “…En el desarrollo de la línea de construcción del Partido lo fundamental es centrar la atención en los lugares fundamentales de la vida económica y política del país. Esta orientación responde al papel dirigente de la clase obrera en el proceso revolucionario”.
Texto básico: Lenin, El trabajo del Partido entre las masas.
Informe al IX Congreso del PCC.
Quinta Conferencia Nacional de Organización.
(*) Director de educación Corpeis.