Después de 16 años de estos hechos, la única condena que pesa contra un responsable es la del paramilitar Carlos Castaño, quien ya está muerto.

Redacción Bogotá
El 13 de agosto de 1999 fue asesinado a tiros el humorista y periodista Jaime Garzón Forero. Cinco impactos de bala, propinados por dos sicarios que se movilizaban en una moto, acabaron con la vida de uno de los personajes más respetados y admirados en Colombia.
Esta pérdida para el humor y el periodismo crítico causó una gran conmoción en el país. Diferentes sectores de la sociedad, miembros de la comunidad universitaria, de la Universidad Nacional, donde estudió la carrera de derecho, y de artistas en general, no esperaron para rechazar los hechos que segaron la vida de Garzón.
El 14 de agosto, un día después de su asesinato, una multitud se agolpó en el puente peatonal de la calle 122 con Autopista Norte. Vieron pasar el cortejo fúnebre y exigieron justicia por el infame crimen.
Desde esa época, analistas y sus propios familiares tuvieron la certeza de que detrás de la muerte de Jaime estaban los grupos paramilitares, en particular el Bloque Capital de las AUC.
Después de 16 años de búsqueda de la verdad y de justicia, mediante providencia del 26 de mayo, la fiscalía 71 delegada ante el tribunal superior de Bogotá decidió no declarar crimen de lesa humanidad el asesinato del humorista y periodista Jaime Garzón Forero, ocurrido aquel 13 de agosto.
Según menciona en un comunicado el Colectivo José Alvear Restrepo, “la Fiscalía desconoció las pruebas presentadas por los representantes de la familia sobre los nexos oficiales de los implicados en el crimen, sobre el hecho de que se trató de un homicidio dentro de un contexto de ataque sistemático y generalizado contra población civil considerada afín a la guerrilla, contra defensores de derechos humanos y periodistas críticos e independientes del país”.
Hay que recordar que en el momento de iniciada la investigación, desde el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) indujeron a la Fiscalía a concentrar el proceso en dos sujetos que después de cinco años fueron absueltos.
Según menciona el Ccajar en su comunicado, “después de 16 años de estos hechos, la única condena que pesa contra un responsable es la del paramilitar Carlos Castaño, quien ya está muerto. Los máximos responsables hasta ahora vinculados con la investigación son el general Jorge Eliécer Plazas Acevedo, y el ex subdirector de inteligencia del DAS, José Miguel Narváez, ambos en etapa de juicio. Este último, según todos los indicios, fue el determinador del asesinato del periodista, y desde su vinculación con la investigación permanece protegido en una guarnición militar a pesar de tratarse de un civil, una situación ilegal que ni el Inpec ni el Ministerio de Defensa han corregido”.
Organismos defensores de derechos humanos y la familia del humorista mencionan que no dejarán de insistir en la etapa de juicio contra estos dos vinculados. Exigen que este crimen no quede en la impunidad y que se reconozca el carácter de lesa humanidad. Temen que la lentitud de la Justicia colombiana lleve a que el caso precluya, si al pasar los 20 años que indica la legislación colombiana, este no se ha resuelto.