Crisis pronosticable, pero no dimensionable

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Tensión en un momento de caída de La Bolsa de Nueva York.

José Ramón Llanos

La crisis económica catalizada por el covid-19, hizo visible el problema de la indigencia en Estados Unidos y la incidencia negativa de la guerra de los aranceles en el comercio.

La profunda crisis económica que súbitamente se abatió sobre el mundo, era pronosticable, varios economistas lo hicieron. Pero la crisis no era dimensionable, no lo era porque había un elemento catalizador que, aunque era identificable, nadie lo tuvo en cuenta: el cambio climático. Si es el cambio climático el agente que ha propiciado el coronavirus y la zoonosis, que tiene al borde del colapso a la economía mundial.

El fenómeno natural sanitario no tiene precedente, se explica que la llamada Peste Negra, haya eliminado hasta el 66 por ciento de la población de algunos países, por ejemplo, Gran Bretaña y España, en aquella época siglo XVI, ni siquiera el mundo científico había descubierto los microbios y bacterias. Pero hoy con los avances audaces de la ciencia, es increíble que ni siquiera exista un fármaco que cure la infección producida por el coronavirus. Por tanto. No es predecible cuándo se normalizará la vida económica, ni en qué condiciones estará la economía.

¿Quiénes pronosticaron la crisis, pero no sus dimensiones y amplitud?  La asesora financiera MdF Partners, desde 2018 ya pronosticaba la crisis, los economistas alemanes Marc Friedrich y Mathías Weik, desde los inicios del año 2019, incluso destacaban que “teniendo en cuenta todo esto, tenemos mucho para lo que estar preparados: la caída del mercado desde el nivel actual podría ser de entre el 50% y el 80%».

La crisis en Estados Unidos

El diario francés Le Monde afirma que para dimensionar la crisis sería necesario compararla con una “catástrofe natural. Un temblor de tierra, un huracán, un tsunami, pero a escala planetaria”. La realidad es que el mundo enfrenta una recesión incomparable, el Fondo Monetario Internacional, considera que la caída será del 3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del planeta. Incluso se habla de una combinación de “choque de oferta y choque de demanda. La verdad es que el terror y el pánico recorren todo el mundo a velocidades inauditas, si exceptuamos a los tiburones económicos de siempre, menos del 0,01 por ciento del orbe económico, los inversionistas están paralizados.

Concretemos, veamos la catástrofe económico-social de Estados Unidos. Desde 1976 se llevan estadísticas sobre desempleo en la Universidad de Michigan, y nunca antes según afirma el economista Don Grimes, se había pronosticado una tasa de desempleo para un semestre como la pronosticada para el presente: 23 por ciento. Por ejemplo, la Gran Recesión del 2009, fue del 15 por ciento el desempleo. El impacto emocional en las familias es desestabilizador, porque entre 2009 y el año pasado los ingresos de los hogares crecieron 49 por ciento.

Desde el 17 de marzo la industria de automotores anunció los efectos de la crisis, cerraron la General Motors, Ford y Fiat-Chrysler. Estas empresas generan cientos empleos indirectos. Sin embargo, lo sucedido en este sector es apenas una pequeña parte de la tragedia laboral, téngase en cuenta que más de 36 millones de trabajadores han pedido la prestación de desempleo desde que se inició el covid-19 en USA.

Según indicó el viernes el Departamento de Trabajo, en abril se destruyeron 20,5 millones de empleos en el país y la tasa de paro pasó del 4,4% registrado en marzo al 14,7%, en abril. Los sectores con más empleo destruidos son: hostelería, 7 millones 600 mil. Comercio minorista 2 millones cien mil; sector manufacturero 2 millones cien mil. Kevin Hasset informó que la tasa de desempleo puede ser superior a 20 por ciento este mes de mayo. Otros observadores hablan de más del 26 por ciento.

Cristina Lagarde no solo atribuye la crisis económica al covid-19 y sus efectos sobre los servicios sanitarios y la cuarentena, sino que considera que la guerra de los aranceles declarada por Donald Trump contra la economía china le cabe un cierto porcentaje de incidencia negativa sobre la dinámica económica.

Un aspecto de la crisis que tiene una importante incidencia política, es cómo puede afectar electoralmente la candidatura de Donald Trump. Ya que su estrategia electoral la ha fundamentado en el crecimiento económico y en la reducción del desempleo. Para compensar la pérdida de ese apoyo ha iniciado una campaña de agresiones verbales contra China, hasta el punto de que Xi Jinping lo ha acusado de estar desatando una nueva guerra fría.

La cara oculta de Estados Unidos

En medio de la pandemia, es necesario destacar que las carencias y dificultades de una parte de la población, no solo habitan en los países llamados en vías de desarrollo, en la opulenta e imperialista Norteamérica también se encuentran núcleos humanos que viven, -¿o vegetan?- en la extrema pobreza, por ejemplo, carecen de agua potable.

Un ejemplo impresionante de los excluidos en los Estados Unidos lo encontramos en la sociedad de Michigan donde la población de pobres representa el 33 por ciento de los habitantes. Hay unos en estado de extrema pobreza hasta el punto que no tienen para pagar el servicio de agua potable, por lo cual tiene que recibir de caridad botellas de agua para su consumo. Además, se alimentan porque en la iglesia Bautista del barrio Grixdale les ofrecen comida. Un índice de la cantidad de las personas que se alimentan así lo señala el hecho de que a pesar de que la distribución del almuerzo se hace a las 12 del mediodía, la cola empieza a formarse a las 7 de la mañana. La pastora Yvette Griffin manifiesta que allí le sirven a un número de familias que oscila entre cuatrocientas y quinientas. Comenta además que desde el 2014 a ciento setenta mil hogares se les ha cortado el agua. Vale la pena preguntarse, ¿con qué frecuencia pueden lavarse las manos para evitar el covid-19 si sus hogares carecen de este servicio?

Otro aspecto inquietante, es que la crisis afecta más gravemente a los afroamericanos que representan el 78 por ciento de los habitantes de Detroit. Las siguientes cifras lo dicen todo: los afroamericanos representan el 14 por ciento de la población del estado de Michigan, pero son el 40 por ciento de las víctimas del coronavirus.

La crisis del empleo también afecta a los afroamericanos y a los inmigrados. Los despidos se presentan no solo en las empresas industriales y comerciales, sino también en el sector de la salud. Por ejemplo, a causa de la pandemia el hospital Beaumont Health uno de los más grandes del estado de Michigan, suspendió temporalmente a 2.075 y despidió a 450 empleados. El Henry Ford aplicó un ajuste sobre 2.800. Destacamos que nos hemos referido a un solo estado, en otros estados hay igualmente un porcentaje de extremadamente pobres.

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