Cruce de cuentas

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Movilización en el marco del paro nacional. Foto Laura Sophia Martínez.

Gabriel Becerra Y.
@Gabocolombia76

Diciembre, además de ser un mes de festividades diversas y encuentros familiares, es un tiempo para balances y reconocimientos de todo tipo. Grados, cenas, encuentros, reuniones, sirven para hacer un alto en el camino y reflexionar sobre lo hecho y lo que se dejó de hacer en los 11 meses anteriores. Esta especie de ritual personal y colectivo, muy arraigado en nuestra cultura, termina reafirmando o ajustando metas y objetivos para el nuevo año.

Ya los grandes medios, desde sus perspectivas e intereses, hacen sus balances, premiaciones y reconocimientos. Tratan de posicionar temas y personajes. Algunos merecidos, otros bastante polémicos por decir lo menos.

Más allá de las cuentas que hacen las élites y los personajes que les interesa promover, vale la pena que nos preguntemos ¿qué ha sido lo más relevante que deja este 2019 en el campo de las luchas por la transformación democrática en nuestra sociedad?

En primer lugar, el ascenso en la protesta ciudadana que ha desbordado todos los cálculos. Su significado trasciende la coyuntura, las fronteras nacionales y refleja un fenómeno más profundo de rechazo e inconformismo con los efectos económicos, sociales y políticos del neoliberalismo. Su desenlace no se puede medir en lo inmediato, y continuará marcando las disputas del corto y mediano plazo tanto en Colombia como en Nuestra América.

En el país el sujeto principal de esta movilización histórica que ha desbordado el sindicalismo afectado por múltiples factores desde hace décadas, ha sido principalmente urbano, juvenil y una variada expresión del campo democrático marcada por la informalidad económica y la inestabilidad en el empleo y las garantías sociales básicas.

Los levantamientos en Chile, Ecuador, la crisis presidencial en Perú, el inconformismo en Brasil, la libertad de Lula,  la resistencia de Cuba, Venezuela, Nicaragua, la derrota de Macri y el triunfo del Frente de Todos en la presidencia a través de Alberto Fernández y Cristina en Argentina, reflejan lo intenso de la batalla con las oligarquías y el intervencionismo norteamericano, que en los casos de Uruguay significo la pérdida del gobierno del Frente Amplio por una muy pequeña diferencia, y en Bolivia, un feroz golpe de Estado en  curso que no puede cantar victoria definitiva.

En el corto periodo transcurrido es evidente la crisis del partido de gobierno. La baja popularidad de Duque, Uribe y sus orientaciones, indican a la vez un creciente espacio para opciones independientes, entre ellas para la izquierda y el progresismo si supera errores históricos, estrecha su relación con la inconformidad ciudadana, sabe agitar un programa alternativo, y enfrenta con inteligencia los múltiples ataques en curso en contra de la unidad.

El 2019 marca entonces, en medio de la disputa, avances potenciales importantes y una reconfiguración de la lucha social y política favorable a los cambios democráticos, aspiración histórica que ojalá permita avanzar en la construcción de la paz con justicia social tan anhelada.

Ya en términos más cercanos vale la pena resaltar que este año también ha sido un tiempo de avances para el semanario VOZ. Con un trabajo colectivo liderado por su nueva dirección son visibles las mejoras en muchos aspectos, entre ellos, su proyección en redes sociales e internet, el mejoramiento en el diseño y la ampliación de sus contenidos.

A ellos y todos los lectores, felices fiestas y los mejores deseos para el año nuevo.