Dante 700 años: La época, el hombre, su obra

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Imagen de “Dante a la entrada del infierno”, Boticelli

El autor universal puso a disposición del pueblo, cuatrocientos años antes de la Enciclopedia, toda la cultura de su tiempo

José Ramón Llanos

¿Es acaso necesario decir que la Divina Comedia es una obra cimera de la literatura? Es suficiente recordar que este año rememoramos, setecientos años de la muerte de su autor y que a la edad de solo treinta y cinco años la escribió. Dante es un hombre insólito de profesión farmaceuta; dedicó buena parte de su vida a la política, incluso participó en algunas batallas entre adversarios políticos los Guelfos y Gibelinos. Dante en su condición de Guelfo pasó buena parte de su vida criticando a la iglesia en cabeza del papa por haberse apropiado no solo del poder religioso, sino también del poder temporal, y aprovecharse de este último para apropiarse de grandes riquezas.

Para infortunio de Dante los Guelfos se dividieron en blancos y negros, él se identificó con la primera facción que era más democrática con el pueblo y era partidaria de la modernización y se oponía a que el papa detentara el poder religioso y el poder temporal o político. En la lucha política los blancos perdieron y Dante, quien fue en representación de estos a Roma a dialogar con el papa Bonifacio, este lo retuvo y finalmente lo condenó al destierro, realmente lo habían condenado a muerte, pero le cambiaron la sentencia por el destierro. Por esa razón, Dante vivió hasta su muerte lejos de Roma y de su natal Florencia y murió en Ravena. Su militancia política, como destacaremos más adelante, explica el importante contenido de este tema en la Divina Comedia. Es precisamente la política una de las actividades de gran importancia y significación en la Italia medieval.

Antes que expresar mis valoraciones de la obra de Dante me parece más pertinente acudir a los conceptos calificados de algunos narradores y poetas. Jorge Luis Borges, por ejemplo, hace esta valoración: “Creo que Dante edificó ese poema, ese incomparable poema para intercalar algunos encuentros con la irrecuperable Beatriz”; Roberto Alifano considera que Dante en esa obra: “le entregó un idioma a toda Italia. La sonoridad, la belleza del Toscano encontraron en Alighieri su enaltecimiento y su eternidad”.

Por su parte Roberto Benigni manifiesta que Dante con su obra: “pone a disposición del pueblo, 400 años antes que la Enciclopedia, toda la cultura de su tiempo y no en orden alfabético sino en rimas, indicándonos el camino supremo hacia la felicidad”. El mismo Benigni en otro texto agrega: “cuando se habla de Dante, se me extrémese el cuerpo y el alma; es un poeta eterno… todo lo que digamos sobre Dante siempre viene bien porque es una contribución a la poesía, a la belleza y la alegría de vivir.”

Para entender la Italia en la época en que Dante escribe su obra tenemos que quitarnos del cerebro algunos prejuicios o ideas equivocadas sobre ese país en el siglo XIII. Muchos historiadores nos hablan de la oscura Edad Media, pero revisando la descripción de quienes han estudiado a Europa en esa época a profundidad caemos en la cuenta que nos han vendido algunas valoraciones equivocadas de esas calendas.

El mismo Benigni afirma que Florencia en el siglo XIII era el Wall Street del siglo XX; ya habían inventado los bancos; los jóvenes vestían con trajes de muchos colores, “se organizaban procesiones con un aparato y una coreografía que ni Federico Fellini” era un mundo abigarrado, un gentío invadía calles y plazas semejante a lo que ocurre en el siglo XXI también muchos seudo apóstoles anunciaban “el fin del mundo está cerca”.

La obra

Antes de escribir la Divina Comedia Dante escribió La Vida Nueva, muchos estudiosos consideran que esta es una especie de prólogo de la obra cumbre, Borges también se identifica con esta valoración. Boccaccio, quien escribiera la primera biografía de Dante dice que este inició la redacción a finales del siglo XIII y que recuperó lo que había escrito en 1306. Escritos que se le habían extraviado en 1302, los siete cantos iniciales, esa pérdida se produjo cuando sus enemigos políticos le saquearon su casa.

La crítica también considera que son múltiples las maneras de leer y tratar de interpretar la Divina Comedia. El hecho cierto es que en una carta de Dante dirigida a Can Grande, su protector, sugiere que su poema puede leerse de cuatro modos distintos. Alifano observa que “en la Comedia hay un sentido personal para cada lector”.

Sobre este asunto nosotros preferimos destacar una voz autorizada la de Pietro di Dante, hijo del vate, quien expresa: “que su padre se había propuesto describir tres estados humanos: el del culpable, que había escrito con imágenes infernales; el del hombre arrepentido, con la imagen del Purgatorio, y el estado del hombre virtuoso, del hombre justo representado bajo la imagen del Paraíso”1.

La perdurabilidad de Dante y de la Divina Comedia en la memoria del mundo intelectual es debido a la riqueza temática de la obra y a los múltiples tratamientos de los hechos y problemas en ella narrados. Por esa razón encontramos un Dante poeta, un Dante prosista, un Dante polemista, un Dante político, un Dante historiador y hasta un Dante apologista y también detractor. Como todos sabemos Borges, Alifano, Benigni, Boccaccio y tantos otros, destacan embelesados, lo sublime, la musicalidad, el ritmo de su poesía. Nosotros en cambio destacaremos al Dante político, al pugnaz crítico de sus adversarios, especialmente de la iglesia de su época en la persona de Bonifacio VIII, igual que la denuncia de su gran corrupción.

Dante dice en el Infierno, XIX: “¿Estas ya ahí de pie derecho? ¿De pie derecho, Bonifacio? (…) ¿tan presto has llegado a saciarte de todos aquellos bienes por los que no temiste apoderarte con engaños de la bella Esposa (la Iglesia), has renunciado a envilecerla por más tiempo?”. Gonzalo Montenegro considera que la Divina Comedia “se dedica a evidenciar la corrupción del clero … siendo la Divina Comedia la más completa recopilación de esos ataques”2

Vamos a expresar algo casi herético utilizando el lenguaje del siglo XX, la Divina Comedia es una obra comprometida políticamente, con una crítica cáustica, leamos lo que escribe Dante en el Purgatorio juzgando a Alberto Primero de Austria elegido emperador en el año 1298: “¡Oh Alberto Alemán, que abandonas a la que se ha vuelto indomable y salvaje, cuando debieras oprimir sus arzones! caiga el justo castigo de las estrellas sobre tu sangre, castigo nuevo y patente, que sirva de escarmiento a tu sucesor; porque habéis consentido tu padre y tú, alejados de aquí a impulsos de la codicia, que el jardín del imperio quedase yermo”, el Purgatorio canto sexto.

Aunque conocidos por muchos de nuestros lectores sucumbo a la tentación de compartir la significativa belleza del verso inicial de la Divina Comedia:

A mitad del camino de la vida, / yo me encontraba en una selva oscura, / con la senda derecha ya perdida/ (Nel Mezzo del cammin di nostra vita/mi ritrovai per una selva oscurca, /ché la diritta via era smarita).

1 Roberto Alifano. Borges y la Divina Comedia. Alloni-Proa Editores. Buenos Aires. 2007. P. 50

2 Gonzalo Montenegro, Dante y su Pensamiento Político. P.,1. Revista el Orador, año 9, nro. 10. octubre 2003, pp. 123