De tabúes, cólicos y dolores

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A nadie podemos engañar, el sexo masculino jamás entenderá lo que son unos cólicos menstruales. Foto Sora Shimazaki, Pexels

Es momento de empezar una conversación sincera sobre el ciclo menstrual. Es necesario debatir acerca de la incapacidad que tienen las mujeres de realizar actividades o esfuerzos en los primeros días de su periodo, en una sociedad que, por cuenta del machismo, no reconoce el descanso. Si los hombres menstruaran, este día sería ley

Violeta Forero
@Violeta_Forero

Argentina una vez más demuestra que le lleva años luz a Colombia al momento de pensar en las mujeres. Esta vez a la Cámara de Diputados llegó una propuesta impulsada por la asesora de gabinetes, Carmela Moreau, y por el diputado Lucas Godoy solicitando un día de licencia para las mujeres que sufren graves cólicos menstruales.

Sin embargo, este proyecto no es nuevo, pues en 2016 una empresa británica ya había tomado la decisión de darle un día libre a las mujeres cada vez que empezara su periodo menstrual. En Japón esto se lleva haciendo desde 1948, en Corea desde 2001, en Taiwán desde 2014, en Italia desde 2017, mientras que América Latina ni siquiera se había explorado la posibilidad hasta el pasado 3 de febrero.

Esto ha causado rechazo y aceptaciones, pues según el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, «el 14% de las mujeres no pueden asistir al trabajo en los días intensos del periodo menstrual”.  En Colombia esta posibilidad no se ha planteado, sin embargo, el tema estuvo sobre la mesa el mismo día que Argentina presentaba su propuesta, y en las redes sociales hubo un boom en la cual analistas defendían que esto no se sería viable, pues probablemente traería un fenómeno que incrementaría el desempleo para las mujeres.

Nunca entenderán

Como este es un país en su mayoría dirigido por hombres, no se logra entender lo que los cólicos menstruales o el Síndrome Pre Menstrual, SPM, significan. La falta de empatía, de educación y de conciencia de género han llevado a no entender lo que son en realidad unos cólicos menstruales, a punto de decir comentarios como: “es que las mujeres son muy consentidas y por eso les duele tanto” o “es que las mujeres que tienen el periodo huelen feo”, sin tener en cuenta los diferentes factores que podrían causar la dismenorrea (cólicos menstruales fuertes), por ejemplo, el estrés, el frío, los cambios hormonales, los métodos anticonceptivos, la vida sexual, la alimentación, enfermedades como ovarios poliquísticos, genética, etc. A nadie podemos engañar, el sexo masculino jamás vivirá lo que son unos cólicos menstruales.

Nunca van a entender cómo las punzadas pueden debilitarnos al punto de desmayarnos y hasta ser hospitalizadas por lo mismo, porque por más normal que sea, el cuerpo está perdiendo sangre, entonces el nivel de defensas comienza a bajar de manera increíble, por eso especialmente el primer día nos sentimos cansadas, con mareo, visión borrosa, poca concentración, fiebre, calambres, sueño e incluso vomito, sin contar los sentimentales y aunque hay forma de disminuir los físicos, no desaparecen del todo y los demás síntomas quedan circundando durante todo el día. Según el servicio de información Medline Plus, hay dismenorrea secundaria que, dependiendo de la afectación del problema, puede incluso necesitar cirugía.

Científicamente los cólicos son provocados por una sustancia química, llamada prostaglandina, que hace que el útero se contraiga. Al inicio de la menstruación, los niveles de esta sustancia son más elevados y a medida que pasa el tiempo, comienzan a bajar; por eso que los cólicos fuertes se experimenten por lo general el primer día, y a veces, el segundo día de la menstruación.

El tabú

Estamos hablando de Andrés (el que llega cada mes), de la luna, de la regla, del periodo, del ciclo menstrual, de la menorrea, de cosas de chicas, de la menstruación. De esa palabra tan natural pero que causa tantos tabúes, que está relacionada con la vergüenza, con la pena, con la «sangre procedente de la matriz que todos los meses evacuan naturalmente las mujeres y las hembras de ciertos animales», según la suprema y fálica Real Academia Española, RAE.

Es contradictorio que una palabra tan normal como menstruación, sea sinónimo de vergüenza, pero también de fertilidad. Es un ciclo natural por el que pasamos todas las mujeres después de los 12 años de vida y que acaba más o menos cuando cumplimos 50 años, es decir cuando nuestros niveles de fertilidad empiezan a bajar.

Sin embargo, esta vergüenza se da por un mundo machista en el que como “el cuerpo masculino (el que no menstrúa) es el que ha sido el eje de medidas de muchas cosas, de cómo funciona el organismo normalmente y de cómo la menstruación entonces sería considerada como una patología», según lo explica Eugenia Tarzibachi en su libro Cosa de mujeres menstruación, género y poder, es decir esto es un tabú social que ha sido estigmatizado por muchísimos años y que debería cambiar, pues como afirma la misma Tarzibachi, “es la única sangre que no nace de la violencia y es la que más asco te da”.

Una forma de misoginia

Estos eufemismos «demuestran que hay una reticencia a hablar claro y que la gente prefiere eludir los detalles de lo que es una función biológica normal que afecta a la mitad de la población», analiza Amanda Shea, directora de ciencia de la aplicación digital Clue.

El estigma de la menstruación es una forma de misoginia que «responde a la dominación del sistema patriarcal», opina Tarzibachi. Sea como sea, esto que es algo tan natural como tener saliva o como sudar, pero que se ha estigmatizado a tal punto que se ha convertido en un tema del que casi no se habla, entonces las mujeres crecen en sociedades donde por no hablar del ciclo menstrual, poseen grandes problemas físicos y sentimentales.

Sin embargo, esta estigmatización no es nueva, según la BBC, “incluso hay pasajes sobre el período femenino en los libros religiosos milenarios como el Corán y la Biblia. ‘Es dañina, así que manténganse alejados de las esposas durante la menstruación. Y no se acerquen a ellas hasta que estén puras’ (Corán 2:222). Y ‘cuando a una mujer le llegue su menstruación, quedará impura durante siete días. Todo el que la toque quedará impuro hasta el anochecer’ (Levítico 15, Biblia).”

Lo único cierto es que, aunque la menstruación se percibe como algo lejano, extraño y poco explorado, debemos entender que es normal, que hace parte de la salud de las mujeres y debemos estar conscientes de ella, dejar de hablar de la menstruación con pena y cerrar la puerta a que se creen tantos mitos sobre la misma. Es importante recalcar que, a pesar de estos tabúes, hay culturas donde la menstruación es algo sagrado y poderoso, pues el aparato reproductor de la mujer es el que da paso a la vida.

¿Queda alguna duda sobre la necesidad de la ley de la menstruación?

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