Debate programático

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Caballería ligera

José Ramón Llanos

La tan anhelada y urgente unidad de las izquierdas en Colombia enfrenta graves riesgos y obstáculos que deben superarse con prontitud, si lo que los militantes y direcciones de esas tendencias ideológicas tienen como objetivo inmediato es participar en las elecciones del año próximo, con alguna opción de llegar a la presidencia de la república o por lo menos obtener una significativa votación que permita otear el horizonte futuro con perspectiva promisoria.

El estudio de la situación de los partidos y movimientos de centro izquierda y las agrupaciones revolucionarias como el Partido Comunista Colombiano y el Partido de la FARC y los candidatos que a nombre de esas banderías políticas se han lanzado en calidad de aspirantes a la presidencia del país en el año 2018, nos permite identificar algunos problemas que se le platean al propósito unitario. Destaquemos algunos de éstos.

La primera dificultad que observamos para iniciar el sendero unitario, es que los candidatos que se han lanzado hasta ahora no son promovidos por partidos políticos, sino que son decisiones de carácter individual. Dado el talante caudillista de algunos de esos candidatos, en lugar de facilitar y estimular la unidad se convierten en obstáculos para la acción unitaria. La egolatría, y las posiciones individualistas de las personas que alegan ser candidatas, no propician el desarrollo de acciones unitarias.

Ante esta situación, es necesario no seguir organizando y promoviendo encuentros en favor de la unidad que algunos convierten en una especie de maratón oratoria, en donde los oradores compiten para ver quien expresa un mínimo de ideas con el máximo de palabras. La forma rápida como la extrema derecha se está reorganizando, exige que las izquierdas, especialmente los sectores revolucionarios, se planteen urgentemente la elaboración de proyectos de programas que se sometan a la discusión no solo de sus militantes, sino también de todos los sectores potencialmente interesados en defender la paz y la implementación de los acuerdos de La Habana y del Teatro Colón.

El PCC debería estimular a los distintos regionales y zonales para que abran el debate en sus bases sobre posibles contenidos de un proyecto de programa que merezca someterse a discusión de los comunistas inicialmente y posteriormente se socialice para ser discutido abiertamente con todas las organizaciones progresistas para que sirva de insumo útil en el propósito de redactar el programa que concite la unidad de las izquierdas colombianas.

Los proyectos de programas unitarios de cada uno de los partidos y movimientos de izquierda, debe ser el objeto de discusión de los próximos encuentros de estas organizaciones. Así se dinamiza y se hace más efectiva la unidad y la lucha y defensa de la paz con equidad.