Débil a la hora de implementar

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Carlos Antonio Lozada.

La bancada de FARC señala que Santos se rajó en su segundo periodo presidencial

Simón Palacio
@Simonhablando 

A unos días de verle la banda presidencial a Iván Duque, el ungido por Uribe, la FARC en el Congreso de la República hizo un balance político de la administración del saliente presidente Juan Manuel Santos con quien firmaron los acuerdos de paz de La Habana.

Desde su posesión en el año 2010 el presidente Santos buscó la manera de sentar a las FARC en una mesa de conversaciones. En un principio lo hizo de manera secreta, y con la ayuda de emisarios de parte y parte se acordó una agenda común, que a la postre dejó sentadas las bases de un proceso de paz. Eso se lo reconocen a Santos la FARC y todas las organizaciones sociales que acompañaron el largo proceso de conversaciones en La Habana.

La llave de la paz

“Santos ha tenido un Gobierno igual al de sus antecesores, que obedecen a políticas intervencionistas y neoliberales, un Santos que defendió en su periodo la concepción militarista de un régimen que cercena la democracia coartando los derechos de los ciudadanos, un presidente que viene de las entrañas del poder de la oligarquía colombiana, pero fue con él con quien nos sentamos frente a frente a negociar un proceso de paz, que con gallardía nosotros le reconocemos”, le dijo a VOZ la senadora de la FARC, Sandra Ramírez, quien también hizo parte de las conversaciones de paz en La Habana.

El gobierno saliente pudo hacer más por la implementación de los acuerdos de paz, la reincorporación social y económica de los excombatientes farianos, y la cohesión del país en torno a la reconciliación. Para las FARC solo se rescata de Juan Manuel Santos la firma de los acuerdos, nada más.

Justo en el momento en que la ONU advierte al Gobierno nacional que la pésima implementación de los acuerdos, apenas llega a un 30%, se está poniendo en peligro la paz y abriendo la posibilidad de nuevas violencias, Santos se despide con una deuda muy difícil de saldar: el cumplimiento de lo acordado.

Cero voluntades

Para el nuevo senador de la FARC, Carlos Antonio Lozada, Santos fracasó en lo social porque el país sigue aumentando su brecha de desigualdad, en lo político porque a pesar de tener las mayorías en la denominada Unidad Nacional, no pudo concretar la agenda legislativa necesaria para implementar la paz y en lo internacional porque su prioridad fue la OCDE y no la integración regional.

“Tendríamos que abonarle al segundo mandato de Juan Manuel Santos que permitió cerrar un acuerdo con las FARC y ese solo hecho es significativo. Cerró el conflicto, pero nada más. Le faltó voluntad política para avanzar en las medidas necesarias de la implementación de los acuerdos, fue tímido a la hora de dar peleas políticas en el parlamento por la aprobación de la agenda legislativa de paz. Pero también quedó pendiente desarrollar todo lo concerniente a la reincorporación económica de los excombatientes: ni un metro de tierra entregado por el gobierno para proyectos productivos. El balance es muy negativo”, señaló Lozada.

A Santos también le cuestionan la falta de decisión para detener los asesinatos de los líderes sociales y defensores de derechos humanos. Pero a eso se le suma que no hizo lo suficiente en torno a las medidas de protección colectiva para los reincorporados de las FARC. Las nuevas violencias que está generando la falta de implementación del acuerdo ha dejado a las FARC con casi 42 de sus excombatientes muertos y la persecución de sus familias.

Fracaso social

“Es un gobierno nefasto y violento. No hemos tenido políticas públicas que alivien los padecimientos de los humildes, y al contrario se han agudizado las causas del conflicto social, con el aumento de la pobreza extrema, la nueva ola de desplazamientos a causa de la presencia del paramilitarismo en las regiones. El Gobierno nacional saliente tiene la característica de ser sordo: no escucha el clamor de la gente, y cuando la escucha no hace nada por solucionarle sus necesidades”, sostuvo Sandra Ramírez, quien se refiere a las innumerables actas de entendimiento y compromisos desatendidos por el gobierno nacional con las comunidades.

De hecho, ya es común que al presidente Santos se le haga un paro para reclamar derechos y otro para reclamar el cumplimiento de los acuerdos del primer paro. Para las FARC las cifras de avance social presentadas por Juan Manuel Santos el pasado 20 de julio se muestran en favor de un sector de la población que no es el mayoritario.

En la realidad colombiana la desigualdad social crece mientras los ricos son más ricos y los pobres más pobres. “Hay una deuda enorme por saldar con las mayorías, pero lo grave es que el gobierno que sigue va ahondar en una política social solo en favor de los empresarios del país y seguirá gobernando a espaldas de las necesidades sociales que intentará solucionar con la fuerza pública o regulando la protesta como ya lo advierte el entrante ministro de Defensa”, señala Carlos Antonio Lozada.

Así las cosas, el gobierno Santos se despide con una calificación política y social deficiente para la gran mayoría de colombianos, mientras sus contradictores coinciden en que pudo hacer más para mejorar la democracia colombiana, reducir la desigualdad social y entregar un país en paz, pero su capacidad política la direccionó a gobernar para su clase social.

Sandra Ramírez.