Juventud, Estado y movimiento sindical
Colectivo de Jóvenes Trabajadores
se trata de la participación de la juventud en las instancias institucionales que tiene el Estado colombiano y en las juntas directivas de los sindicatos, cuando se habla de incentivar la presencia de jóvenes en los asuntos de la democracia, la política y en los espacios de decisión del movimiento sindical, abundan los discursos acerca de las bondades de lograr una participación efectiva, pero nada de ello se traduce en hechos concretos que materialicen una real vinculación de esta población con los asuntos que les atañen.
El tratamiento del Estado
Muchos son los problemas a los que se enfrenta la juventud en Colombia; uno de ellos, a propósito de la conmemoración del primero de mayo, es el desempleo. Según cifras del DANE en el trimestre móvil diciembre 2018 – febrero 2019, la población joven presentó una tasa de desempleo de 18,9% lo que representó un aumento de 1,2 puntos porcentuales frente al mismo trimestre del año anterior. Las mujeres jóvenes se llevan la peor parte con una tasa de desempleo del 25,7%, mientras que para los hombres la tasa de desempleo fue del 13,9%.
Esta problemática amerita una acción efectiva del Estado para disminuir dicha tasa y una participación real de la juventud para aportar soluciones; sin embargo, ni las acciones de los gobiernos solucionan, ni existe una participación juvenil.
La ley estatutaria 1622 de 2013 por medio de la cual se expide el estatuto de ciudadanía juvenil es un claro ejemplo del tratamiento accesorio con el que son abordados los asuntos de la juventud.
Si bien es cierto que con el estatuto se logra generar una institucionalidad que puede favorecer la participación de las y los jóvenes a través de las plataformas y consejos de juventud, este aspecto resulta insuficiente. Dichos espacios tienen carácter consultivo y asesor, carecen de un presupuesto real y no tienen capacidad de decisión.
En otras palabras, son espacios de encuentro, deliberación y construcción colectiva de la juventud desde la institucionalidad, pero que en la mayoría de los casos sus aportes, definiciones y ejercicios democráticos no son tenidos en cuenta por los gobernantes, incumpliendo los compromisos y generando falsas expectativas sobre la resolución de sus problemáticas.
El movimiento sindical
Con sus respectivos matices y estilos, el discurso en el fondo es el mismo. El movimiento sindical habla de la necesidad de la participación juvenil, de la vinculación de jóvenes al sindicalismo, del relevo generacional, del empoderamiento de la juventud para asumir la defensa de los derechos de las y los trabajadores, de la promoción de jóvenes a las juntas directivas, etc.
Pese a ello, en la práctica poco se materializan estas “intenciones”. El tratamiento accesorio es similar. Se generan espacios de encuentro y deliberación colectiva de la juventud trabajadora, pero sus definiciones no son tenidas en cuenta por las direcciones.
Tal es el caso de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, que en el marco de la preparación de su VII Congreso, máxima instancia de decisión de esta central, realizara el III Congreso de la Juventud Trabajadora. En la edición 2973 de VOZ se informó ampliamente acerca de las definiciones del Encuentro Nacional de Jóvenes Cut, realizado en la ciudad de Bogotá a mediados de marzo como espacio de preparación del III Congreso, muchas de las cuales no fueron tenidas en cuenta por el Comité Ejecutivo Nacional, CEN, de la central.
Las expectativas que se generaron del encuentro en cuanto a que se constituía un proceso unitario, incluyente, amplio y abierto, se vieron frustradas con las decisiones que sobre el Congreso de jóvenes ha tomado el ejecutivo de la CUT.
Por ejemplo, la consigna del congreso decidida democráticamente en el encuentro fue cambiada sin ningún tipo de explicación; se limitó el proceso de preparación regional, ubicando cronogramas que no daban el tiempo suficiente para recoger los aportes de las regiones; se constituyeron comisiones de trabajo a las que no se les ha dado capacidad de funcionamiento; se excluye de su participación a las organizaciones sindicales de menos de 100 afiliados; no se informó ampliamente sobre los plazos para realizar las inscripciones al congreso dejando por fuera a un importante número de participantes; no se extiende la invitación como delegados fraternales a jóvenes trabajadores no afiliados a sindicatos, como mecanismo de acercarlos al movimiento sindical; entre otros aspectos.
En síntesis, sucedió algo muy parecido a lo que sucede con las plataformas y consejos de juventud. Se reunió a un importante número de jóvenes trabajadores a botar carreta sobre su papel en el movimiento sindical, para simular un ambiente democrático y de construcción colectiva, que termina siendo desechado por los “gobernantes” de turno, en este caso, por el CEN de la CUT.
Por el poder de decisión
A pesar del tratamiento que reciben los jóvenes en estos escenarios, ellos han sabido sortear cada obstáculo y avanzar en propuestas reales de construcción colectiva, democracia, participación política, entre otras.
Sea esta la oportunidad para que la CUT en su VII Congreso, con una buena asistencia de jóvenes, tome la decisión de darle un carácter decisorio a los congresos de juventud, de implementar seriamente una política dirigida a la juventud trabajadora colombiana que la vincule como sujeto de cambio y de transformación con poder de decisión, que logre afiliar a más y más jóvenes sin importar su forma de contratación laboral, ya que es la única opción de supervivencia que tiene el movimiento sindical, si quiere que sus banderas de lucha permanezcan en el tiempo.
El Colectivo de Jóvenes Trabajadores seguirá aportando al fortalecimiento de la organización juvenil, a la defensa y conquista de derechos para la juventud trabajadora y al fortalecimiento del movimiento sindical con una perspectiva clasista, unitaria, amplia, incluyente y democrática, para ubicar a la clase trabajadora en el papel de vanguardia que debe asumir para los cambios y transformaciones que demanda el país.