En 2004 Beatriz Guerrero fue a visitar la exuberancia de la selva y terminó secuestrada 20 meses por las Farc. La historia hoy está plasmada no solo en un diario, sino también en un documental que hace un homenaje a la reconciliación en un país que aún no sana las heridas
María Libertad
Beatriz Echeverry y su primo Julio Arango llegaron juntos al cautiverio por los ríos del Vichada y el Guaviare. Allí fueron entregados en custodia a un joven guerrillero, con quien después establecieron una relación de respeto y de consideración primaria.
En un diario, por más de año y medio, Beatriz escribió día a día su situación plasmando sus sentimientos, sus temores, sus angustias, su entorno natural, su monótona y difícil situación cotidiana de retenida, y poco a poco fue tejiendo una relación con su custodio, una relación sui géneris, pues él encontró en ella el amor de una madre, que seguramente le faltó en su infancia y en su vida de guerra; y ella, encontró en ese muchacho el apoyo para seguir viviendo esas circunstancias a las que estaba sometida.
Con su gran corazón lleno de amor y su sentido del cuidado, estableció una relación que solo una mujer puede reestablecer a pesar de las vejaciones a las que nos someten. Así somos las mujeres.
Durante su cautiverio ese grupo de guerrilleros que la tenían bajo secuestro, fueron evadiendo los ataques del Ejército. La orden del jefe inmediato fue proteger a Beatriz, preocuparse porque tuviera un espacio seguro para su supervivencia siguiendo el mandato de sus superiores de no permitir el rescate. Este mandato se debía cumplir sin necesidad de afectar la vida de la señora.
Beatriz se sostuvo, desfallecía y se recuperaba, perdía y nuevamente la esperanza de reencontrarse con sus hijos la fortalecía, fue capaz de mantenerse y regresar llena de vida. Fue liberada a los 20 meses de cautiverio y lo primero que hizo al llegar fue llamar a su casa.
Tras las pistas
Beatriz falleció poco tiempo después de empezar los diálogos de paz en La Habana, Cuba. El diario sirvió a su hijo Iván y a su hermano como guía para llegar al sitio donde su madre vivió esa tragedia, comprender la grandeza de su alma y reescribir su realidad. Cuando llegaron al lugar de destino, contemplaron y recorrieron la majestuosa selva olvidada y abandonada, encontraron cuán difícil es para sus habitantes la vida en este lugar.
Iván Guarnizo, cineasta, director, productor de cine e hijo de Beatriz le propuso al cuidador de su madre, ya reincorporado a la vida civil, que estuviera presente en su nueva producción, un documental titulado Del otro lado (2021). En este largometraje, se deja ver la relación creada entre el guerrillero y “Doña Beatriz” como solía llamarla; un joven que tuvo varios sentimientos al momento de recibir la orden de liberar a la mujer que por dos años se convirtió en su madre.
El documental no habla de perdón, pero sí de reconciliación. Llama a reestablecer los vínculos positivos del pueblo colombiano. No se trata de pedir perdón, este solo lleva al olvido y no a la reflexión. Se trata de la reconciliación la cual trae consigo un trabajo interno, para limpiar el corazón, el alma, y poder seguir viviendo en paz. Las últimas imágenes de Beatriz, en el documental fueron las de una mujer alegre, cuidando de sus nietos, lección que debemos aprender para entender cuánto daño nos ha hecho una guerra donde el pueblo colombiano ha sido la principal víctima.
* La película se encuentra en salas de cine.