
Luego de un arduo trabajo de los tribunales electorales y de un inadecuado proceso eleccionario se eligieron nuevas direcciones nacionales y regionales
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino
La Central Unitaria de Trabajadores, CUT, presentó lo que será su nueva dirección nacional ejecutiva compuesta por 21 miembros y electa el pasado 21 de septiembre en un proceso nacional en el que también se eligieron direcciones departamentales.
El complejo conteo de votos produjo que los resultados estuvieran listos hasta el pasado 5 de octubre, día en el que el tribunal nacional electoral dio por finalizado el escrutinio y comunicó los resultados.
De esta manera, se conoció que el nuevo comité ejecutivo de la central para los años 2018 a 2022 está compuesto por los siguientes dirigentes sindicales, pertenecientes a disímiles organizaciones: Luis Eduardo Varela, Fabio Arias, Rosalba Gómez, Winston Petro, Édgar Mojica, Francisco Maltés, Over Dorado, Manuel de Jesús Rivas, Libardo Enrique Ballesteros, Ligia Inés Alzate, José Diógenes Orjuela, Elías Fonseca, Jorge Enrique Cortés, Carlos Arturo Rico, Timoteo Romero, Jairo Arenas, Huber de Jesús Ballesteros, Gilberto Luis Martínez, Pedro Luis Arango, Omar Romero y Luis Fernando Loaiza.
Anomalías
No obstante, en muchas regiones hubo denuncias sobre malas prácticas, al punto de que las votaciones en algunas mesas tuvieron que ser anuladas. Varios dirigentes sindicales acudieron al clientelismo, la politiquería y la corrupción para intentar cumplir con el objetivo de hacerse elegir en una dirección regional o nacional.
María Magdalena Ramírez Debia es docente en Bogotá y está organizada en la Asociación Distrital de Educadores, ADE. Perteneció al tribunal electoral de la CUT, subdirectiva Bogotá – Cundinamarca, compuesto por 10 miembros, y habló con VOZ sobre algunos casos que dejan mal parado al movimiento sindical.
Inicialmente, luego de compuesto el tribunal, organizaron el kit electoral para 700 mesas que hubo en Bogotá y Cundinamarca, con tarjetones para elección de miembros ejecutivos de la subdirectiva y nacional, actas de escrutinio y listados según el censo electoral entregado por la central. Además, hubo colaboración de la Registraduría con el préstamo de urnas, cubículos y acompañamiento en algunos puntos, incluso, capacitación para los jurados nombrados por los sindicatos.
En esta subdirectiva estaban habilitados para votar 80 mil trabajadores de los que acudieron a las urnas el 49%. Hasta el momento de los escrutinios todo marchaba según lo planeado, pero al momento de trasladar los votos a la sede de la CUT Bogotá, algunos miembros del tribunal notaron que varios sindicatos tuvieron actas con los mismos jurados en por lo menos 20 municipios. Asimismo, evidenciaron que algunas firmas tenían rasgos similares. “Hubo denuncias acerca del no vínculo laboral de candidatos a la subdirectiva, sino que tenían sindicatos fantasmas”, explicó María Magdalena Ramírez.
A cambiar
También hubo impugnaciones por movimiento y trasteo de urnas, y por el censo de organizaciones sindicales. “Estas sospechas y fraudes comprobados lo que causan es crisis en el movimiento sindical, porque si no se hace un trabajo directo, uno a uno con los trabajadores, quienes no sabían que había elecciones, hay desinformación y se cae en las mismas prácticas clientelistas y fraudulentas de los partidos tradicionales”, comenta la dirigente sindical.
Para María Magdalena, se puede generar un cambio en estas prácticas si se va sindicato por sindicato, trabajador por trabajador en un proceso de formación con profundización, con una lectura crítica de las diferentes coyunturas del país. “No hemos podido enfrentar al enemigo porque el trabajador de base no sabe lo que está pasando. Es necesario que en el próximo congreso de la CUT se tomen medidas para cambiar el proceso electoral y que no haya lugar a dudas del voto efectivo, transparente y honesto de cada trabajador. Hay que actualizar cada año la base de datos de los trabajadores y de los sindicatos”, concluyó María Magdalena Ramírez Debia.
La tarea le corresponde a los nuevos ejecutivos de la dirección nacional y de las direcciones regionales, y a los sindicatos que le apuestan a un sindicalismo limpio, transparente, clasista, pero principalmente a los dirigentes nacionales y regionales que fueron electos desde la honestidad y la transparencia.