De derrota en derrota hasta la Independencia

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Batalla de Boyacá, 7 de agoto de 1819.

José Ramón Llanos

Con el título De derrota en derrota hasta la Independencia, iniciamos una serie de artículos sobre el complejo proceso político militar de la Independencia. En este texto inicial desarrollamos  el diagnóstico sobre la situación de la Nueva Granada que hicieron funcionarios y militares españoles en los años previos a las batallas definitorias de la Independencia en 1819: Pantano de Vargas y de Boyacá.

En esta serie de artículos utilizaremos profusamente los aportes de dos connotados historiadores conocedores de los archivos colombianos, venezolanos y españoles sobre la historia colonial y republicana: Juan Friede y Vicente Lecuna.

En este primer artículo aprovechamos los documentos que Juan Friede identificó en los archivos españoles y que posteriormente analizó y divulgó. Los documentos escritos por los militares y funcionarios del gobierno español sobre el estado de la economía y el descontento de la población, nos permiten comprender mejor las complejidades del proceso que culminó con la Independencia de América del sur del colonialismo español y portugués. Del contenido de esos informes se infiere el alto grado de inconformidad prevaleciente en todas las clases sociales, excepto los criollos beneficiarios de las políticas colonialistas y por tanto defensores de los realistas.

La situación económica-social

El informe de Agustín de Lopetedi, alto funcionario de la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá, si utilizamos el lenguaje actual, lo podemos catalogar como un texto socio-económico muy esclarecedor de la situación deplorable en que se hallaba la Nueva Granada.

El informe enviado por este funcionario el 25 de septiembre de 1819 al rey Fernando VII, es tan útil para comprender el momento que vivía la Nueva Granada en vísperas de la definitiva Independencia, que haré una extensa cita del documento: “El exponente llegó a este Reino desde el de Nueva España por el mes de febrero de este año y entró a la capital en los últimos días del mes de mayo. Desde que puso el pie en el puerto de Santa Marta descubrió el descontento de los habitantes, la ruina de la agricultura, el atraso del comercio, el desorden de las rentas, la miseria general y la pobreza de la hacienda…entonces pudo examinar detenidamente el cuadro melancólico del reino.”

Agustín de Lopetedi hace unas observaciones sobre la conducta del virrey Sámano que nos permiten comprender que las condiciones subjetivas y objetivas estimulaban la identificación y simpatía de la población por las ideas independentistas y las acciones anticolonialistas. Se extiende el funcionario español en criticar las acciones represivas cruentas y el presidio de los ciudadanos ante cualquier leve crítica al régimen. Además, los comerciantes estaban enojados por las continuas contribuciones y donaciones que se les exigían y empréstitos forzosos que nunca se les pagaban. Anotaba como el ciudadano común y corriente no se sentía súbdito de un gobierno benevolente, sino que padecía “un trato duro y siempre desconfiado con todos los excesos de una conquista de país extraño”

Téngase en cuenta que este es un informe posterior a la gran derrota sufrida por el ejército español en la Batalla de Boyacá. Ahora veamos la visión militar española antes de esa batalla.

La visión triunfalista de Barreiro

En los numerosos informes que envía el comandante José María Barreiro desde el 16 de junio hasta el 31 de julio de 1819, identificamos un militar prepotente que subestima a Simón Bolívar y a su ejército; en esos documentos no encontramos una valoración objetiva, siempre consideró que derrotaría, que rápidamente exterminaría a las fuerzas patrióticas. Sin lugar a dudas estas consideraciones subjetivas, contribuyeron a su derrota y real exterminio de su ejército, que debía evitar que Bolívar se tomara a Santa Fe y expulsara a Sámano de la capital de la Nueva Granada.

Un ejemplo de la prepotencia de Barreiro la encontramos en un informe del 10 de julio, en la cual reconoce la superioridad numérica de la tropa de Bolívar que en ese momento tiene dos mil hombres, pero él afirma: “Las mías apenas alcanzan a mil hombres, pero sin disputas los excedo en calidad y ardor, por cuya razón puedo asegurar la victoria”.

Nueve días después de este informe, el 19 del mismo mes, afirma: “Lo que siento es que no se me hayan incorporado las tropas que mandé se me reuniesen, no porque sin ellas desconfíe o dude de la victoria sino porque con mayor número de columnas, me sería más fácil envolverlos y que no se escapasen muchos.”

Barreiro continuamente destaca que sus espías le proporcionan detalles sobre el número de hombres que integran las diferentes divisiones de las fuerza liberadoras, de su armamento, de los lugares de sus desplazamientos; incluso la composición étnica: número de indios, negros, europeos, etc., pero pareciera que no le prestaba atención ni siquiera al hecho que le habían informado de la valentía y destreza extraordinaria de los llaneros dirigidos por Páez; del arrojo casi suicida de Rondón al atacar, ni de la precisa y exitosa estrategia de Bolívar.

Además no sopesó el hecho que a medida que pasaba el tiempo el carisma de Bolívar y su innegable habilidad para conducir y orientar a hombres como Santander, Soublete, Córdoba, Sucre y Páez y algunas victorias obtenidas en combates, habían aumentado el apoyo y fervor de los pueblos a la causa independentista. En fin, no tuvo en cuenta que sin el apoyo del pueblo no es posible ganar ninguna guerra.

Todos sabemos cómo terminó la Batalla de Boyacá, pero pocos conocen como informó Morillo al Ministro de Guerra español la derrota, en informe del 12 de septiembre escribe: “…se enterará Vuestra Excelencia de la desgraciada acción del 7 de agosto último, en que fue completamente derrotada la tercera división del ejército de mi mando, a las órdenes del Coronel don José Barreiro en las inmediaciones de Tunja. El sedicioso Bolívar ha ocupado inmediatamente la capital de Santa Fe, y el fatal éxito de esta batalla ha puesto a su disposición todo el Reino…Bolívar en un solo día acaba con el fruto de 5 años de campaña, y en una sola batalla reconquista lo que las tropas del Rey ganaron en muchos combates”.

En el próximo artículo destacaremos el significativo aporte del pueblo a la Independencia. Recordemos la afirmación de José Martí: “No es que los hombres hacen los pueblos, sino que los pueblos, en su hora de génesis, suelen ponerse vibrantes y triunfantes en un hombre”.