Continúa la desfinanciacion de la educación superior. Comunidad académica llama destinar los recursos necesarios y a abortar el programa Ser Pilo Paga que solo beneficia a las privadas
Carolina Tejada
@carolltejada
La universidad pública colombiana atraviesa por una crisis estructural. Los presupuestos destinados a garantizar su funcionamiento, además de brindar una formación de calidad, vienen siendo insuficientes, y cada año que pasa los directivos de las instituciones deben buscar los recursos faltantes para garantizar la apertura de nuevos cupos, el pago de salarios y la nómina de los docentes y trabajadores, el mantenimiento de las sedes, entre otros.
En qué consiste la crisis
El principal elemento corresponde a la desfinanciación de la educación. La universidad estatal en el país, cuenta con un déficit presupuestal acumulado que surge por el hecho de que el presupuesto general de nación desde el año de 1992, le gira a las universidades lo concerniente al IPC, mientras los salarios de la planta de trabajadores, funcionarios y docentes están por encima del IPC y los gastos para la sostenibilidad de las universidades es superior a estos ingresos. Más aun, cuando cada año crece el costo de nuevos estudiantes, los cuales paulatinamente han venido recibiendo menos presupuesto para garantizar la calidad de su educación.
La ausencia de estos recursos ha instado a que los mismos directivos de las universidades, busquen la manera de mantener su funcionamiento. Una de esas salidas es el aumento en la matrícula, la venta de servicios o la no contratación de decentes de tiempo completo, entre otros. Por otra parte, esa misma desfinanciación hace que cada año las universidades se priven de abrir nuevos programas o facultades o cupos, conllevando a que crezca la demanda y que cientos de jóvenes se queden por fuera del sistema.
Según estudios, en Colombia la demanda para acceder a la educación superior estaría por los dos millones de jóvenes anualmente, sin embargo, un alto porcentaje se queda sin poder acceder a uno. Solo en el caso de Bogotá, de cada 100 personas que desean obtener su ingreso, 48 lo logran. Lo que quiere decir que Colombia está muy por debajo de garantizar un derecho a la educación superior, pues los cupos que brindan las 32 universidades estatales del país, siguen siendo insuficientes y la calidad cada vez se maltrata más. De acuerdo con los estudios adelantados por los mismos docentes vinculados a ASPU y Asccun, algunas instituciones educativas solo cuentan con tres millones de pesos por cada estudiante al año, para garantizar su calidad académica.
Esta situación se ha venido agudizando desde que se puso en marcha la llamada Revolución Educativa impulsada por el gobierno de Álvaro Uribe. En este periodo las universidades triplicaron la cobertura universitaria con un mínimo presupuesto que no correspondía con la responsabilidad del Estado para su sostenimiento.
Pero además, algunos de los recursos destinados para la financiación y sostenimiento de las universidades han sido desviados en el camino en los últimos años. Así lo afirma el rector de la Universidad Pedagógica Nacional Adolfo León Atehortúa: “A las instituciones les dejaron de ingresar 430 mil millones de pesos menos, que han ido a parar a los créditos del Icetex, con el ánimo de garantizar el programa Ser Pilo Paga”.
La academia se pronuncia
Este semestre el congreso de la República discute la destinación presupuestal para la educación superior que se hará efectivo en el año 2018. Mas sin embargo, según afirman los mismos docentes, trabajadores y estudiantes, los 3,20 billones que se quieren destinar para este fondo, no responden a la necesidad estructural de la misma.
Por esta razón, a mediados del mes de septiembre, los docentes vinculados a la Asociación Sindical de Profesores Universitarios, ASPU, enviaron una misiva a los parlamentarios de las comisiones III y IV, afirmando que es necesario, “incrementar en un billón de pesos, las aprobaciones presupuestales para funcionamiento de las instituciones de educación superior (…)” contenido en dos proyectos, uno de senado y otro de cámara, para el funcionamiento de la universidad en el 2018. Allí se solicita que se incremente de 3,20 billones hoy consignados en el proyecto a 4,20 billones de pesos. Agregando, que la idea es superar la grave crisis presupuestal y financiera que presentan las universidades. Los docentes también afirman, que la intención del proyecto es seguir fortaleciendo el Icetex, con el programa de Ser Pilo Paga, y que dicha intención agrava la crisis de la universidad.
Adolfo León Atehortúa, quien es además presidente de la Asociación Colombiana de Universidades Ascun, también sostiene que “el presupuesto destinado por cada estudiante anualmente, está en algunas universidades en tres millones de pesos. Necesitaríamos una ampliación del presupuesto en 13 billones de pesos”.
En defensa de la universidad
Los estudiantes universitarios, también han mostrado su descontento, pues son ellos en carne propia quienes padecen el incremento de las matrículas, la ausencia de espacios físicos para el desarrollo de sus clases, el recorte presupuestal para las salidas académicas, entre otros. Así lo afirma Paula Pardo, líder de la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios, ACEU: “las políticas públicas que el gobierno viene sacando no ayuda a solucionar la desfinanciación de la educación. Ejemplo de ello es el programa Ser Pilo Paga, que es una de las banderas del gobierno, queriendo convertirla en política de Estado. El problema es que se ha evidenciado que los recursos que se invierten en este programa para la educación no llegan a la universidad pública, por el contrario, están destinadas a los altos pagos de las matriculas de las universidades privadas, mientras se caen las públicas”.
La joven también señala que dicha crisis, “se ve reflejada en el bienestar institucional y en la infraestructura de las universidades. Es importante enfocar los recursos para la educación superior, dado que al invertir en el Icetex o en programas como SPP, corresponde a una lógica de financiar la demanda, mas no de la oferta, lo que crea más desigualdad”.
Estas son las razones por las cuales, el movimiento universitario, creó una agenda de diálogo y movilización para exigir al gobierno la garantía del rescate de la universidad pública. Según plantea Paula, “el movimiento estudiantil se ha vuelto a reagrupar, nos hemos movilizado en una gran jornada a inicios de octubre y para el 12 de este mismo mes, saldremos a exigir que Ser Pilo Paga, no sea una política de Estado y se adopte la forma transitoria, además de un plan de pagos del déficit que tienen las universidades públicas”. Finalmente comenta, que cada región tendrá su plan de movilización, de encuentros y diversas iniciativas en defensa de una educación pública, de calidad y financiada por el Estado.