En alianza con la Universidad Concordia de Canadá, el Foro Internacional de Víctimas, FIV, realizó su sexto encuentro denominado ‘Desde el origen hacia la paz – escuchar a las víctimas en el exterior’. VOZ dialogó con Lisandro Medina, exiliado colombiano residente en la República Bolivariana de Venezuela
Anllel Ramírez
@RamirezAnllel
El VI Foro Internacional de Víctimas en el Exterior contó con la participación de 23 países receptores de exiliadas y exiliados por el conflicto armado colombiano y tuvo como objetivo central la escucha efectiva de las víctimas de exilio por medio de la realización de diversas actividades colectivas y la entrega de cuatro informes al Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, a saber: 1) “Informe de personas defensoras de derechos humanos en el exilio”, 2) “Informe colectivo del exilio: lo que la violencia no pudo acallar, reinvención organizativa desde el exilio”, 3) “Desde el exilio seguimos buscando sus voces, nuestras memorias sobre la desaparición forzosa” y 4) “Informe salvar la vida para seguir educando por la vida, la paz y la libertad”.
Así mismo, el Foro tuvo como ejes centrales el avance en la búsqueda de verdad, la proposición de elementos nuevos de solución política al conflicto y la promoción del diálogo como un compromiso real con la paz.
En ese sentido, se desarrollaron distintos espacios con la presencia y el apoyo de la embajada de Canadá, uno de los cinco países que más connacionales ha recibido en las últimas tres décadas, que permitieron la reunión presencial y virtual de más de 250 personas pertenecientes a procesos sociales, políticos, ambientales, artísticos, étnicos y de género, así como de instituciones nacionales que pudieron conocer de manera más cercana los sentires de quienes han sufrido en carne propia los vejámenes de la guerra.
Una historia para la memoria
Lisandro Medina, barranquillero exiliado, perteneciente al FIV capítulo Venezuela y a la Asociación Civil de Voluntariados de Refugiados de Venezuela, cuenta parte de su historia con el propósito de que la misma sirva como un ejercicio de memoria para Colombia. Justamente esa historia que debe conocerse de manera obligada para que no sea repetida, quizá porque a diferencia de lo que exclaman, no hay forma de que se repita sin que la misma signifique una tragedia más para el país.
¿Qué es ser exiliado en Venezuela?
-No es fácil ser exiliado en ningún país, pero cuando llegamos a las tierras bolivarianas, apenas iniciaba el proceso del presidente Hugo Chávez, tuvimos la fortuna de que se construyó una nueva constitución en el año 1999, se incorporó un artículo que, a mi juicio, ampara a las víctimas colombianas en Venezuela. Es el artículo 69 de la Constitución Bolivariana que reconoce el derecho a asilo y al refugio.
¿Qué significó esa nueva constitución?
-Para nosotros fue algo esperanzador porque a través de este derecho fundamental que se establecía en la constitución, pudimos acceder al estatus de refugiados muchas de las víctimas que no habíamos accedido a ninguna de las protecciones internacionales. Además de eso, se promulgó una ley orgánica para exiliados y el 96% de las personas que se atienden a través de esa ley, son de origen colombiano. Podemos decir entonces que fue hecha para mitigar la tragedia del pueblo colombiano que tuvo que desplazarse hacia Venezuela.

¿Cómo está hoy la situación para un refugiado en Venezuela?
-Yo aún estoy refugiado en la República Bolivariana de Venezuela, sabemos que el pueblo venezolano afronta grandes dificultades y es una lástima que en estos momentos los hermanos y hermanas venezolanas tengan que migrar igual que como lo hicimos nosotros y lo seguimos haciendo, solo que nuestras razones están aquí mismas en Colombia, por causa de la violencia que seguimos viviendo.
La experiencia ha sido enriquecedora, seguimos luchando, esta crisis que afronta el pueblo venezolano también golpea a las víctimas que estamos en Venezuela. En ese sentido, el llamado es a las instituciones del Estado colombiano, creadas en el marco del Acuerdo de Paz y las ya existentes, que miren hacia las víctimas colombianas que estamos en Venezuela. Según estadísticas del Gobierno venezolano, hay al menos cinco millones de colombianos que disfrutan de los derechos que les brinda el pueblo venezolano.
¿Cuál es la importancia del Foro Internacional de Víctimas? ¿Por qué hacerlo?
-Porque estamos visibilizando a las víctimas que hay en el exterior. A veces se suele trabajar solamente con las víctimas que están acá en Colombia, pero hay un país afuera y un importante grupo de víctimas por fuera de las fronteras patrias. En el caso concreto de donde yo vengo hay muchas víctimas que no han accedido siquiera a un estado de protección internacional, y por no acceder a ese procedimiento, el desplazamiento sigue siendo continuado, porque no pueden gozar de los derechos fundamentales.
Entonces llevan a cuesta los efectos del desplazamiento forzado transfronterizo porque no tienen derecho a la educación, no tienen derecho a la salud, no tienen derecho a un trabajo digno, no tienen derecho a una identidad.
Todavía hay mucho por hacer y lo que este foro de víctimas pretende es visibilizar eso y que, en ese sentido, el Estado colombiano tome conciencia y haga lo propio para no seguir desconociendo que existimos y atienda esta población.
Una forma de resistencia
¿Por qué continuar luchando a pesar de haberte tenido que desplazar justamente por querer que el país se transforme?
-El exilio es una forma de resistencia. Los que tuvimos que salir de nuestro país, los que fuimos expulsados, los que fuimos desterrados nos rehusamos a perder las esperanzas, a que nos quiten los sueños de construir una patria más justa, una patria más humana, una patria más incluyente, más democrática, una patria donde el pensar diferente no sea un motivo para el exterminio físico. Esa es nuestra convicción, a pesar de estar por fuera de las fronteras, nos duele la patria y queremos construir un país distinto, que sea justo para todos y todas.
Este VI Foro Internacional de Víctimas, se destacó por sus apuestas de escucha y perdón entre distintos, por sus adelantos políticos y sociales al ser entendido como un espacio que debe ser tenido en cuenta en la memoria colombiana y, finalmente, por su inmensa capacidad de leer el contexto actual del país para exigir no solo garantías y condiciones dignas para quienes deseen retornar, sino para quienes en estos momentos se encuentran luchando por un futuro mejor.