
Paula Trujillo
El capitalismo enfrenta una crisis bastante aguda y Cartagena no está exenta de sufrir sus consecuencias. Una de ellas es el aumento del desempleo, que ha afectado principalmente a las mujeres. Cada vez son más las personas que ingresan a la informalidad o salen del mercado laboral, producto de no conseguir un trabajo. Esto sin mencionar que los trabajadores han sufrido una agudización en sus precarias condiciones, por lo tanto, terminan pagando las consecuencias de la crisis.
Cartagena no es ajena a esa realidad mundial, como lo explica Elkin Mora Alonso, miembro del Colectivo de Jóvenes Trabajadores en Cartagena, Bolívar, al afirmar: “La ciudad está sufriendo la precarización de las condiciones contractuales, la tercerización de la mano de obra evitando la contratación directa, la reducción del pago de jornadas laborales al pago por horas con el propósito de mayor rentabilidad. Todo lo anterior, se traduce en que el contrato en realidad esté en peligro de extinción, en el aumento del desempleo y consigo el incremento de la pobreza y la miseria y, casi que seguidamente, de la delincuencia común. Pero también en el incremento de impuestos a la clase trabajadora y en reformas tributarias, laborales y pensionales”.
Según el último informe del Departamento Nacional de Estadísticas, DANE, el desempleo se encuentra en una tasa del 8.4% y la informalidad se elevó en un 55%. Esto significa que actualmente hay 432 mil ocupados en la ciudad, 31 mil desempleados y 357 mil personas inactivas, que no son tenidas en cuenta en el mercado laboral.
La ciudad sufre una situación alarmante. Al profundizar en las cifras, el Observatorio Laboral de Cartagena, dio a conocer que de cada 100 ocupados en la ciudad, 53 son informales. Existen 428 mil personas ocupadas, de ellas 176 mil son empleados particulares; 19 mil empleados del Estado; 20 mil, domésticos; 199 mil, trabajadores por cuenta propia y ocho mil son patrones, entre otros.
Al tener en cuenta estas cifras, es evidente que la informalidad ayuda a que sea más discreto el desempleo, posicionando a la ciudad con el menor índice, en comparación a otras del país.
Para Omar Mejía Salgado, miembro del ejecutivo de la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia, CUT, seccional Bolívar: “El tema del desempleo en Cartagena se vive a través de una gran informalidad. Un ejemplo de eso son los mototaxis. Aquí se habla que hay alrededor de 35 mil. La mayoría de esos trabajadores no tienen seguridad social, sin embargo, para el DANE ellos están trabajando porque ganan el mínimo vital y cuentan como unos trabajadores. Por lo tanto, uno de los aspectos que se debe privilegiar es la contratación de la mano de obra local, pues tenemos mucha gente preparada, pero son poquitas las oportunidades de empleo”.
El de Kevin Cohen, egresado del Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, de la carrera tecnológicaGestión Comercial de Servicios, es apenas un caso de los miles que buscan trabajo. Lleva cinco años buscando uno formal o informal y no ha encontrado nada. Vive de trabajos informales que realiza de manera esporádica.
Dice que uno de los motivos para no conseguir trabajo es que: “Ante la gran demanda de personas que buscan empleo, existen pocas oportunidades y, los que hay exigen demasiado requisitos que uno no alcanza a llenar, como lo es la experiencia, pero ¿Cómo vamos a tener experiencia si no nos dan trabajo?”
Lo cierto de esta situación es que el desempleo aumenta el índice de informalidad, obligando a la población a rebuscarse en la calle o crear negocios en sus casas, que ofrecen un futuro incierto. Esto sin mencionar que va a ser difícil que se generen nuevos puestos de trabajo, debido a que el incremento de la sistematización y la informática desplazan la mano de obra y a políticas eficientes desde el Estado.