Aunque el conflicto continúa, los trabajadores dieron un tiempo de espera para que la entidad cumpla con algunos acuerdos logrados en los últimos días, luego de la votación de la huelga
Redacción Laboral
Luego de algunos acuerdos a los que se llegó entre Sintraproaceites y la administración de la empresa Indupalma, en los que hubo intermediación del Ministerio de Trabajo, los trabajadores permitieron el vencimiento de términos para el inicio de la hora cero de un cese de actividades al que habían llegado mediante votación, el pasado 7 de agosto, y en la que 221 obreros habían decidido a favor, nueve en contra y cuatro en blanco.
Según el presidente de Sintraproaceites, Arturo Rincón, el conflicto inició por incumplimientos de la empresa a puntos de la convención colectiva de trabajo y a normas legales: “Los salarios no son pagados a tiempo o sea catorcenalmente sino al mes; la seguridad social no es pagada en forma oportuna y por largos periodos de tiempo estamos sin seguridad, porque pagan fuera de los tiempos establecidos; las cláusulas convencionales no las cumplen y en estas hay auxilios para por ejemplo ir al médico a Bucaramanga; auxilios para vivienda que no desembolsan aunque ya estén los beneficiarios seleccionados; no han dado las dotaciones como está estipulado, esta es la hora que no la han dado así la convención diga que es dentro del primer trimestre de cada año, la del año pasado la dieron en diciembre, pero tocó con intervención del Ministerio de Trabajo; incumplen un acuerdo sobre vacantes para que sean cubiertas mediante concurso interno y en los últimos años se han ido unas 60 personas que no han sido reemplazadas; entre otras cosas”, explicó a VOZ Arturo Rincón.
Acercamientos
Por lo anterior, los trabajadores han ido presentando las quejas y los requerimientos necesarios ante la entidad y ante el Ministerio de Trabajo, sin embargo, no ha habido soluciones. El cansancio de los trabajadores los había hecho tomar la decisión de la huelga imputable al empleador, en la que solo faltaba definir la hora cero, aunque tenían tiempo hasta el 20 de agosto.
En ese lapso hubo intervención del Ministerio de Trabajo y con el acompañamiento de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, el sindicato se reunió en Bogotá con el viceministro Carlos Baena y representantes de la firma. En dos reuniones se lograron algunos compromisos con la productora de aceite y que los trabajadores desistieran del cese de actividades.
También se acordó un cronograma de reuniones del sindicato con la empresa, la CUT y el Ministerio para revisar las cláusulas de la convención, los incumplimientos y un despido de 22 trabajadores sucedido en julio de 2018, justo cuando iban a elegir junta directiva del sindicato: “La mitad de los que despidieron eran familiares directos de nosotros los directivos sindicales, hermanos, esposas, primos, y otros de los despedidos eran postulados en las planchas para los cargos directivos del sindicato”, comenta Arturo Rincón, quien además agrega que la compañía ha argumentado una mala situación económica, pero que los trabajadores han controvertido basándose en que la productividad es la misma, que lo que sucede es que hay un flujo de caja diferente por grandes inversiones que han hecho en los últimos años, en los que han utilizado recursos de Indupalma: “El retorno de capital no es lo que ellos esperaban y tienen créditos bancarios, pero en realidad la producción de fruto es la misma”, argumenta el presidente de Sintraproaceites, San Alberto.
Por ahora, los trabajadores están a la espera de más acuerdos, pero sobre todo de cumplimientos de la convención colectiva; de no ser así volverán a contemplar medidas de presión en defensa de sus garantías laborales y sindicales.
Indupalma es una de las principales empresa del sector palmero, ubicada a 10 kilómetros del municipio de San Alberto en el departamento del Cesar y pertenece al grupo Grasco. Cuenta con 10 mil hectáreas de palma de donde extraen aceite rojo y aceite de palmiste.
Tiene 434 trabajadores directos que incluyen el área administrativa, de los que hay afiliados a Sintraproaceites, seccional San Alberto, 245. En trabajos de campo, mantenimiento y producción hay 1.500 obreros más, aunque subcontratados o vinculados con intermediación, muchos por firmas, que según el presidente del sindicato, son de los mismos dueños de la empresa.