Diana Cardona Saldarriaga: la alcaldesa no olvidada de Urabá

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Diana Cardona Saldarriaga. Foto archivo VOZ.

El pueblo de Apartadó no olvida la gestión administrativa en favor de las clases menos favorecidas. Tres décadas después de su asesinato, la Unión Patriótica la recuerda como referente de dignidad del movimiento de mujeres

Óscar Sotelo Ortiz
@oscarsopos

“Estoy segura que si me matan no será en Apartadó, me matan en otro lugar”, dijo sin vacilación Diana Estela Cardona Saldarriaga la noche anterior a su asesinato. Estaba rodeada de su familia en Medellín, luego de una apretada agenda en la capital paisa y de una importante reunión con la gobernadora de Antioquia, Helena Herrán de Montoya. “Cuando llegue a Urabá yo los llamo”, fueron las últimas palabras de Cardona a su familia.

En la madrugada siguiente, del lunes 26 de febrero de 1990, la alcaldesa de Apartadó por la Unión Patriótica debía estar en el aeropuerto Enrique Olaya Herrera. El itinerario contemplaba volar hacia las seis y media con dirección al Urabá antioqueño. Por eso, cuando los escoltas llegaron sobre las cinco y cuarto de la mañana al apartamento ubicado en el sector de Altamira, las sospechas de Diana Cardona fueron mínimas, pues el tiempo apremiaba y su presencia en la capital bananera de Colombia era necesaria.

Al abordar el automóvil Monza Gris, su suerte, como el de toda la región de Urabá, ya estaba echada. Se trataba de un secuestro, de un operativo fríamente calculado, donde los falsos escoltas tenían la orden de segar la vida de la joven dirigente upecista. El vehículo, como el cuerpo sin vida de Diana, fueron encontrados sobre las siete de la mañana en el puente Argos en el sector industrial de Guayabal. El magnicidio se había consumado. Diana murió de 34 años recién cumplidos.

Alcaldesa

En el reportaje hecho por el periódico alternativo Periferia, Luz Helena Cardona, recuerda a su hermana como una mujer conciliadora que trabajaba por la dignidad de la región urabaense. “Apartadó lamentó mucho su muerte porque ella trabajaba por la dignidad de la mujer. Ella decía que como fuera tenía que sacar a la mujer por delante. Esa era la meta, luchar por ellas. Pero le truncaron su camino en la mejor época de su vida”, fueron las nostálgicas palabras de Luz Helena al periodista.

Diana Cardona era abogada de la Universidad de Antioquia. Luego de un fugaz paso en la Contraloría departamental, se vinculó al trabajo social en la región de Urabá, específicamente con la Unión Patriótica, movimiento que por aquel entonces disputaba seriamente la hegemonía de la región y que experimentaba un extraordinario avance, tanto cuantitativo como cualitativo, de su lucha política.

El 5 de septiembre de 1988, Diana Cardona llegó a la alcaldía de Apartadó para reemplazar a Ramón Castillo Marulanda, quien había sido electo en marzo de ese mismo año como burgomaestre de la ciudad, en el primer ejercicio de elección popular de alcaldes en Colombia. Castillo tuvo que refugiarse en el exterior debido a los cinco atentados que se habían perpetrado en su contra.

Gestión

Pese al poco tiempo al frente de la administración, al insignificante presupuesto, al modelo institucional centralista del momento y al cerco militar cuya orientación era frenar cualquier propuesta de gobierno de la Unión Patriótica, la alcaldía de Diana Cardona Saldarriaga es recordada como una administración eficiente y cercana a la gente de Apartadó.

El periódico antioqueño de orientación conservadora, El Colombiano, en artículo fechado el 8 de abril de 1990, evoca la gestión de Cardona así: “el balance de su administración fue más que satisfactorio: ordenamiento de recursos, tecnificación de los cargos, adelanto del relleno sanitario, iniciación del proceso de actualización del catastro, adecuación de infraestructura básica urbana con redes de alcantarillado, electrificación e iluminación pública, adecuación de planta de tratamiento de agua, adjudicación de lotes y legalización de viviendas, construcción de cinco parques infantiles y la puesta en marcha del foro regional «Urabá es Colombia en el siglo XXI»”.

Sin embargo, el pueblo de Apartadó tiene en su memoria una lucha particular que le dio solución de vivienda a un sinnúmero de personas pobres. La invasión Pardo Leal quedaba ubicada a orillas del río en condiciones precarias. Cardona fue al lugar y se comprometió a reubicar a la comunidad a partir de una acción que contemplaba compra de terrenos y legalización del barrio. El día de la repartición de los nuevos solares para que la gente pudiera asentarse, llegó la noticia del asesinato. En medio de la indignación y la tristeza, la barriada popular decidió que el nuevo espacio llevaría su nombre.

Urabá rebelde

Al rastrear la historia, no solo de la región de Urabá, sino del proyecto político de la Unión Patriótica en el territorio, se expone uno de los planes más exitosos del movimiento popular y revolucionario, pero al mismo tiempo queda en evidencia un pedazo de la tragedia del conflicto armado en Colombia.

Finalizando la década de los cincuenta, Urabá se convirtió en territorio del siglo XX. La violencia que se desarrollaba en el interior del país, desplazó a miles de colonos campesinos que se establecieron en esta estratégica, pero olvidada región. Al mismo tiempo llegó el cultivo industrial del banano de la mano de una emergente clase terrateniente.

Urabá se convirtió en el teatro económico, político, social y cultural de una genuina lucha de clases. El Partido Comunista, que venía de la compleja experiencia de la clandestinidad, encontró en este territorio un extraordinario lugar para reivindicar las ideas revolucionarias y expandir las luchas de la gente. De acuerdo con la realidad concreta, el Partido se concentró en dinamizar la pelea de la clase trabajadora bananera y en orientar la fundación de barrios desde la organización popular. El laboratorio fue exitoso.

Debido a la ubicación estratégica y a las contradicciones sociopolíticas de la región, Urabá se fue transformando en uno de los escenarios más complejos del conflicto armado. La inevitable llegada de las guerrillas en la década de los setenta, se contrastaba con el crecimiento demográfico y la agudización del conflicto obrero-patronal en la industria bananera, principal foco económico del territorio.

Sin olvido

Para la mitad de la década de los ochenta, tres hechos calentaron la región y pusieron la balanza a favor del movimiento revolucionario. El primero fue el lanzamiento de la Unión Patriótica en Urabá en junio de 1985, hecho que derivó en un amplio apoyo popular y que se cuantificó en excelentes resultados electorales; el segundo fue la explosión de la movilización social, que se materializó en dos exitosos paros cívicos regionales, específicamente en 1985 y 1988; y el tercero fue la unidad del movimiento bananero, que se cristalizó con el triunfo del pliego unificado de la clase trabajadora en 1989.

Por supuesto, el panorama donde la izquierda gobernaba, la gente se movilizaba y la clase trabajadora estaba en avanzada, generó la peor reacción de la élite regional. Sustentado en el anticomunismo y la lucha contrainsurgente, el Establecimiento de Urabá estructuró un modelo de violencia con el fin exterminar y expulsar al Partido Comunista, que años después se consolidó en un poderoso proyecto militar y paramilitar, que aún hoy está vigente en el territorio.

Este fue el contexto en el que 1.330 militantes del Partido Comunista y de la Unión Patriótica, entre ellas Diana Cardona, perecieron violentamente en el Urabá antioqueño en la década de los ochenta y noventa. La militancia sobreviviente, ya sea en el exilio o resguardada en la trinchera del anonimato, no olvida que esta ofensiva contrarrevolucionaria tuvo un origen: en las dinámicas estrechas de una democracia restringida, la izquierda revolucionaria ganó la simpatía y el cariño de la gente.

El pueblo urabaense y la Unión Patriótica no olvidan a Diana Cardona.

Referencias

Verdad y memoria, para que florezca la primavera de la Unión Patriótica. Periódico Periferia, comunicación popular. URL:  https://www.periferiaprensa.com/index.php/component/k2/item/2302-verdad-y-memoria-para-que-florezca-la-primavera-de-la-union-patriotica