Una formación equitativa de niños, niñas y otras disidencias de género es fundamental para la construcción de sexualidades sanas y enriquecedoras
Mariel Aranguren
Dignidad Violeta nació en el año 2017 como secretaría de mujer, género y diversidad de secundaria, gracias al trabajo gremial de la Asociación Nacional de Estudiantes de Secundaria, Andes. Se conforma como secretaría, entendiéndose como el ente que proyecta, dirige y articula diferentes procesos dentro de la escuela y la Asociación, que son importantes e imprescindibles para la construcción de una escuela y una ANDES feminista, antipatriarcal y diversa.
La sexualidad comprende una parte esencial del ser humano en su desarrollo de identidad, es necesario tener claro el concepto en términos de educación sexual inclusiva y analizar cómo la educación sexual tradicional determina ciertos estereotipos frente a cómo un hombre y una mujer pueden y deben vivir su vida sexual, también invalidando otras identidades fuera de lo binario.
Esto claramente representa un sesgo sexista en el desarrollo de la sexualidad, donde para los hombres es un tema ampliamente discutido y para las mujeres sigue siendo bastante restringido generando múltiples tabúes alrededor del tema.
Educación para la transformación
Una formación equitativa de niños, niñas y otras disidencias de género es fundamental para la construcción de sexualidades sanas y enriquecedoras, que favorezcan relaciones positivas y constructivas entre los géneros. El derecho a la educación sexual integral forma parte de los derechos sexuales y reproductivos, reconocidos por Colombia a través de diversos instrumentos normativos, incluyendo la Política Nacional de Salud Sexual y Reproductiva.
En este sentido, educar o no, para la sexualidad no es obligación dando herramientas que permitan a los adolescentes tomar decisiones con relación a su sexualidad, que se correspondan con lo que quieren, sueñan y esperan de su realidad, desde la escuela, la familia y el resto de las instituciones y espacios sociales, de manera consciente. Por ello, desde Dignidad Violeta se exige una educación adecuada para una vivencia de la sexualidad sana, responsable, informada y consensuada.
Este 8 de marzo de 2020 las y los secundaristas salimos a las calles por las proletarias, las profesoras, las putas, las madres, las estudiantes, las trans y todas aquellas violentadas dentro de este sistema educativo patriarcal transfóbico, misógino y machista.