Documentos Políticos: Huellas de una revista marxista

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Ejemplar número 157 de la revista Documentos Políticos

En la publicación del Comité Central del Partido Comunista escribieron autores como Jacques Aprile, Jorge Zalamea, Manfred Kossok, Luis Vidales y Lisandro Duque. Se publicó en mimeógrafo por primera vez en 1956, en clandestinidad, y desafiando la represión de la dictadura de Rojas Pinilla

Beatriz Guerrero – Alejandro Cifuentes

El Partido Comunista afrontó una difícil situación por cuenta de la represión de la que fue objeto durante el periodo de las dictaduras conservadoras. Los comunistas se vieron obligados a operar desde la clandestinidad durante el régimen militar de Rojas Pinilla.

No obstante, el Partido no abandonó la lucha por la legalidad y el retorno de las garantías democrática, por eso, y sin importar los rigores de la persecución violenta, se hizo un gran esfuerzo para impulsar publicaciones que aportaran a la lucha ideológica.

Así apareció la revista Documentos Políticos, publicada por el Comité Central, y que existió hasta el año de 1984. Junto con Estudios Marxistas, fundada en 1969 para publicar el trabajo investigativo del CEIS, Documentos Políticos se convirtió en un espacio para la divulgación de investigaciones en el campo de las ciencias sociales, el análisis político, y la difusión de la cultura.

Contra el delito de opinión

El primer número de esta publicación data del mes de diciembre de 1956, mientras que el Partido Comunista se encontraba en la ilegalidad. El decreto de ilegalización del comunismo incapacitaba al Partido para toda actividad pública y de participación política, además que creaba de facto el delito de opinión.

Por ello, la revista resultaba ser una expresión de la lucha por la legalidad. En el XIX Pleno del Comité Central reunido en el mes de agosto de 1956, se planteó la reforma del programa del Partido. Allí se estipuló que el programa vigente desde 1947 presentaba muchos errores y vacíos, pues caía en las reivindicaciones inmediatas que corrían el riesgo de constituirse en lineamientos reformistas, y así se abrió un debate para reformularlo. El programa debía ser la brújula de la lucha de los comunistas para el logro de una revolución democrática y popular, por lo que su reestructuración era una tarea primordial.

Entonces, el Comité Central vio la importancia de una publicación, que en principio serviría para discutir lo relativo a la reforma del programa, pero que posteriormente sería una plataforma para la reflexión teórica, donde se darían fuertes discusiones con las posturas militaristas de las guerrillas activas.

De esta necesidad nació Documentos Políticos, que fue publicada inicialmente en zonas rurales del Tequendama. Su primera serie fue organizada por los dirigentes Hernando Hurtado, Martín Camargo y Álvaro Vásquez del Real, quienes hicieron uso del mimeógrafo, pues hacía que la producción de copias de la revista fuese mucho más barata y sencilla en medio de un contexto en el que el acceso a una imprenta era imposible por la persecución gubernamental.

La lucha por la democracia y la legalidad

En el número 2 de la revista se trató el problema de la propaganda política, exponiendo la experiencia de un equipo de propagandistas del Partido, el cual venía operando desde hacía ocho años consecutivos en la clandestinidad. Estos se dedicaron a promover publicaciones de carácter semilegal, en periódicos, folletos, revistas, etc., y realizaron ediciones con una frecuencia casi diaria, y a pesar de la persecución, nunca interrumpieron su labor.

Al difundir esta experiencia, el Partido buscaba compartir con los políticos de la oposición, escritores, editores, corresponsales, distribuidores, lectores organizados, sin importar el partido político o la clase social a la que pertenecieran, las lecciones aprendidas en la lucha ideológica contra la dictadura. La idea central era que la propaganda era clave para lograr la unidad de las fuerzas opositoras al régimen, para llegar a coordinar dichas fuerzas, y así lograr, unidad de acción en contra del régimen represivo.

Lo más interesante del artículo sobre propaganda es que proponía un método para una agitación eficiente contra la dictadura. Se afirmaba que, en primer lugar, debía recopilarse la información que la prensa oficial no estaba publicando, así como sucesos que tienen que ver con la lucha del pueblo, que a su vez permitan denunciar los atropellos del régimen. En segundo lugar, se deberían agrupar los elementos y relacionarlos entre sí para comenzar a difundirlos en un volante, con los que se debía ganar el interés del lector para que este siga demandando más materiales de propaganda.

Y precisamente la difusión era un problema difícil de sortear dada la fuerte persecución de los militares a la prensa más o menos independiente; muchos escritores y propagandistas de oposición eran tildados de bandoleros o delincuentes, encarcelados, recluidos y asesinados. Pero no por ello, argüía el equipo de propagandistas de Documentos Políticos, se debía asumir que la propaganda “clandestina”, al ser ilegal, debía ser agresiva y carente de contenido.

Hacia el Frente Nacional

Los seis primeros números de la revista se publicaron en la clandestinidad copiados en el rudimentario mimeógrafo. En estas ediciones resaltan los artículos sobre acontecimientos centrales del movimiento comunista internacional: los sucesos de Hungría en 1956, el XX Congreso del PCUS y la subsecuente denuncia del estalinismo, y la Revolución China. Precisamente destaca el hecho de que la revista sirvió como espacio para la recepción de la experiencia china a través del esfuerzo de traducción de artículos de Mao y Liu Shaoqui publicados en el Renmin Ribao. Los editores de Documentos se preocuparon por difundir las reflexiones de los líderes chinos en el frente único y la construcción de organizaciones de masas.

De igual forma, en los números publicados a lo largo de 1957, se comenzaba a percibir la posibilidad de la derrota de la dictadura. Los artículos al respecto eran muy incisivos en la necesidad de recuperar las garantías democráticas que facilitarían la acción organizativa entre las masas por parte de los comunistas. Pero de igual forma se advertía que el fin de la dictadura no sería la solución a todos los problemas del país, más si se consideraba el escenario latinoamericano, donde el intervencionismo estadounidense arreciaba por las dinámicas de la Guerra Fría.

A mediados de 1957 los acuerdos bipartidistas comenzaron a rendir frutos. Rojas renunció a la presidencia, y la Junta Militar que lo reemplazó comenzó a preparar el terreno para la aprobación del Frente Nacional, régimen que se presentó como el “retorno a la democracia”. Para finales de ese año, el Ministerio de Gobierno le concedió a VOZ y a Documentos Políticos una licencia para su publicación.

Desde entonces los editores de la revista pudieron acceder a imprentas y potenciar el diseño de la publicación, así como ampliar su difusión. Hasta 1984 en la revista se publicaron no solamente artículos primordiales para la vida partidaria, sino que fue también un espacio para el análisis de los movimientos sociales o de hechos fundamentales en el escenario internacional como la Revolución Cubana.

De igual forma, en Documentos encontramos testimonios del compromiso del Partido con la paz, pues sus páginas se usaron para agitar la campaña que buscaba evitar la agresión oficial contra los campesinos de Marquetalia. E incluso, cuando los recursos y la tecnología lo permitieron, en la revista encontraron espacio piezas gráficas de artistas como Fernando Oramas u Olivia Miranda.

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