Educación y derechos humanos

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Inéride Álvarez Suescún

En un país como Colombia urge la educación en derechos humanos. ¿Qué podemos decir sobre los trabajos de profesores y profesoras al respecto? Claramente existe un gran camino por recorrer en términos investigativos y pedagógicos, ya que se trata de un área del quehacer docente en constante construcción; porque entre otras, es un concepto que recoge las comprensiones y práctica de las profesoras (es).

Sobre el primer aspecto, resultan inacabadas las investigaciones, ya que se trata de un terreno que requiere de estudios que se desarrollen de manera contextualizada, de tal manera que se aporte no solo desde las reflexiones académicas, sino, desde el quehacer docente en un contexto particular, es decir, investigaciones que no se realicen en abstracto, sino que, por el contrario, respondan a realidades y sujetos específicos.

Sobre el segundo aspecto, el camino por recorrer en términos pedagógicos es más que necesario. Es una equivocación pensar que todas las profesoras (es) están equipadas de herramientas pedagógicas para desarrollar la educación en derechos humanos en su quehacer. En consecuencia, se trata de pensar, construir y recrear de manera colectiva con quienes hacen este trabajo día a día en los colegios y reconocer las formas en las cuales es posible materializar dicha educación.

En este orden de ideas, pensar la educación en derechos humanos en términos dialécticos es una de las rutas, con seguridad la más pertinente, ya que una de sus principales características es que no existe una única forma de recrearla en la escuela. Esta, al igual de lo que se enseña en las diferentes áreas de conocimiento, está mediada por lo que piensan el y la docente, lo que hacen y pueden hacer, por la cultura institucional y el contexto.

Por ejemplo, en algunos colegios las compresiones pasan por su desarrollo a través de temas, vivencias y proyectos, los cuales dependiendo del que hacer del profesor y de su experiencia, toman forma: dictando contenidos de DDHH, analizando los hechos históricos desde la perspectiva de los DDHH, analizando el contexto próximo de los estudiantes desde la perspectiva de los DDHH, desarrollando proyectos y usando vivencias cotidianas que permiten analizar situaciones desde los DDHH.

En consecuencia, es necesario que una educación en y para los derechos humanos tenga una intencionalidad explícita en la formación de sujetos de derechos. Por ejemplo, cuando se habla de formación en derechos humanos, se hace referencia a su incorporación como objetos de enseñanza y aprendizaje; y, cuando se habla de la formación para los derechos humanos, se hace referencia a su incorporan como parte de la formación para la ciudadanía.

Teniendo en cuenta lo anterior, resulta imposible hablar de EDH sin hablar de cultura escolar y su relación e incidencia en la práctica pedagógica de las y los profesores. Esta se concreta en el currículo y la cultura institucional; es decir, comprendiendo que la escuela construye unos marcos de referencia dentro de los cuales actúan los integrantes de la comunidad educativa (en constante tensión). Por ejemplo, en la cultura escolar existe un cruce de varias culturas: la cultura académica (los contenidos de las áreas) y, la cultura institucional (el PEI y políticas educativas). Considerar estas variables pueden ayudar a comprender las formas como se enseña y las rutas posibles para su desarrollo.

Entonces, no se trata de verdades ni recetas. Se trata de una lucha de prioridades y de volver al carácter político de la educación.

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