El covid develó el modelo económico

0
834
El sector salud ha sido de los más golpeados al tener que enfrentar el coronavirus en condiciones laborales y de bioseguridad insuficientes, por eso han apoyado las movilizaciones. Foto Nelson Cárdenas.

Desde el Establecimiento se intenta hacer creer que el virus es el responsable de la crisis económica; el coronavirus solo la agravó. Superar el covid pasa por hacer reformas económicas incluyentes

Redacción VOZ

Sin sorpresa recibieron los colombianos las cifras del Instituto Nacional de Salud, INS, que mostraron el record de muertes diarias por coronavirus alcanzado en el país, el pasado 29 de abril: 505. Al 2 de mayo se reportaban dos millones, 893 mil, 655 contagiados, y 74.700 fallecidos.

No hubo asombro porque se experimenta el tercer pico de la pandemia, y es evidente que los gobiernos nacional y de las principales ciudades no han tomado las medidas adecuadas para disminuir la velocidad de contagio ni acelerar la inmunización con los biológicos.

En entrevista con este medio de comunicación, hace pocas semanas, la vicepresidenta de la Federación Médica Colombiana, Carolina Corcho, cuestionaba por qué ante la crisis sanitaria ciudades como Medellín no estaban totalmente cerradas, e insistía en la propuesta de su organización, confinamiento estricto por 14 días.

Proposiciones como la anterior, acompañadas de una renta básica y un subsidio a las nóminas de las pequeñas y medianas empresas, no han tenido recibo en los entes gubernamentales. Y, por la informalidad, el desempleo, las crecientes pobreza y miseria, las inadecuadas políticas del sistema de salud como no hacer cercos epidemiológicos, y algo de indisciplina social, no se ha podido hacer un control del virus.

De pandemia a sindemia

Lo primero a tener en cuenta es que el control del covid-19 no se puede dar solo con medidas sanitarias, hay que contar con políticas económicas y sociales. En ese sentido, el médico Víctor de Currea-Lugo, quien también es periodista, explica que la pandemia tiene dos niveles de debate, uno desde el punto de partida del sistema de salud, del desempleo, de los niveles de pobreza, de la fragilidad de las camas de cuidados intensivos y de las malas condiciones laborales.

Y el segundo, comprende lo que se agrava con la coyuntura. “El gobierno ha manejado pésimamente la pobreza, la salud, el desempleo, la informalidad y todo esto es agravado por la pandemia y se evidencia o desnuda y agrava la crisis y la inequidad. No se aprovecha la oportunidad de la pandemia para una corrección de los problemas, se prioriza el mercado financiero y las EPS sobre los hospitales, por ejemplo”.

Hay que recordar, como se había dicho en estas páginas, que el análisis integral de estos factores es a lo que algunos científicos ingleses han llamado Sindemia. En otras palabras, es la combinación de los términos sinergia y pandemia, y tiene relación con la interacción de epidemias con fenómenos sociales como la inequidad, la pobreza y la violencia estructural que dejan múltiples consecuencias, obviamente, sanitarias y sociales.

Las cifras del DANE

Por lo anterior, y para entender lo que sucede en la crisis sanitaria, es necesario ver ¿qué ha pasado con los indicadores de desempleo y pobreza que agravan el comportamiento de la pandemia? Pues el mismo Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE, en su informe sobre mercado laboral publicado en marzo, dice que la tasa de desempleo fue del 14,2%.

Asimismo, el informe de pobreza monetaria, publicado el 29 de abril, expresa: “Entre 2019 y 2020 3,5 millones de personas entraron a la pobreza monetaria, y 2,8 millones ingresaron a la pobreza monetaria extrema”. Es decir, en 2020 el 42,5% de los colombianos se encontraba en condición de pobreza monetaria y 7,5 millones de personas, en pobreza monetaria extrema.

Lo anterior evidencia que hay fenómenos que al no ser atendidos y al sumarse al ineficiente sistema de salud y a una lenta vacunación, se puede encontrar explicaciones de lo que sucede actualmente. El mayor cuestionamiento se hace al hecho de que al enfrentar el virus se fracasa, pero se mantienen las mismas políticas.

El doctor De Currea-Lugo lo explica de la siguiente manera. Cree que mientras para las élites salga más rentable los días sin IVA o las medidas tributarias, o la persecución al liderazgo social, lo seguirán haciendo. “El error es apelar al sentido común o a la racionalidad con las élites, ellas tienen claro lo que tienen que hacer y no van a dejar de hacerlo, tienen la misma agenda”.

Sin renta básica

Ahora bien, al no poderse solucionar la crisis sanitaria sin hacer cambios económicos, y si desde el Establecimiento no hay voluntad para ello, aunque existan los recursos; la salida pasa por un fuerte y articulado movimiento social que exija y presione modificaciones al modelo, como garantizar las medidas de bioseguridad, una renta básica integral y digna que permita a una familia sobrevivir y “un plan de vacunación de unas 200 mil diarias”, anota Víctor de Currea-Lugo.

Por otra parte, la renta básica ha sido el tema de mayor disenso. Desde el Establecimiento a través de los medios de comunicación corporativos se difunde la idea de que no hay recursos. Sin embargo, desde diferentes organizaciones del movimiento social se ha dicho de dónde podrían salir.

Es así como el 16 de marzo se radicó en el Senado de la República con la firma de 52 parlamentarios, 584 organizaciones cívicas, gremiales, políticas y comunitarias de la sociedad civil un proyecto de ley que busca una renta básica para mitigar la pobreza, pero no ha sido discutido.

Actualmente, el Gobierno nacional asegura que existe una renta básica, y se refiere a 160 mil pesos mensuales para menos de cinco millones de hogares. El proyecto del movimiento social plantea una transferencia monetaria incondicional desde 320 mil pesos al mes para un hogar de un miembro, y hasta 470 mil al mes para un hogar de cinco o más, con el fin de reducir asimetrías e inequidades horizontales entre hogares en situación de pobreza y vulnerabilidad como población focalizada, que alcanzaría hasta 7.45 millones de hogares en el país. La transferencia monetaria mensual promedio por hogar superaría en más de 2.62 veces la transferencia actual bajo los programas sociales vigentes: “Familias en Acción”, “Jóvenes en Acción”, “Adulto Mayor” e “Ingreso Solidario”.

Su costo fiscal sería de cerca de 3.75% del PIB en el año 2021, cifra que se sitúa 2,3 puntos porcentuales del PIB por encima del costo fiscal de los cuatro programas sociales mencionados.

Recursos sí hay

El Comité Nacional de Paro, desde el año pasado en el pliego de emergencia, también había propuesto una renta básica de por lo menos un salario mínimo legal mensual. Y en su último comunicado, del pasado 3 de mayo, reiteró en que “los recursos para atender estas peticiones están en préstamos del Banco de la República, uso de las reservas internacionales, renegociación de la deuda externa, eliminación de exenciones tributarias a los grandes capitales individuales y a las grandes empresas nacionales y extranjeras, controles a la evasión, a los paraísos fiscales y a la corrupción”.

En conclusión, al ser la pandemia un problema sanitario, económico y social, el doctor De Currea-Lugo argumenta que para enfrentarla también debe haber una reforma al sector salud para que el Estado recupere su papel rector, una política laboral que favorezca a los trabajadores y no solo a los empresarios, y un sistema de impuestos progresivos, es decir, que quienes más tienen más pagan.

Acerca de los recursos para ello, dice que los hay pero que debe haber una reubicación de prioridades como el gasto militar, y que existen otras fuentes. Que no se hace porque falta voluntad política.