Renata Cabrales
@RENATARELATA
Mucho da para hablar por estos días el tema de la Revolución rusa, pues, no conformes con contar su historia en general, su vigencia actual y la incidencia de las mujeres rusas en esta, considero necesario recordar a un personaje femenino digno de toda la atención, si queremos conocer a fondo la historia de cómo, poco a poco, debido a la indignación y a la toma de conciencia de su lugar en el mundo, las mujeres rusas decidieron enfrentar el opresor sistema zarista para alcanzar una sociedad más justa, donde fueran realmente consideradas sujetas de derechos.
Este personaje es una metáfora de muchas mujeres que han despertado luego de la más terrible de las pesadillas: la opresión del patriarcado, del capitalismo y de la extrema pobreza, y es Pelagia, personaje principal de la famosa novela, La madre, del gran escritor ruso, Máximo Gorki.
Gorki muestra en esta obra maestra el despertar de la clase obrera, que lucha por defender todos los derechos que le han sido robados por el régimen injusto que los gobernaba, esto es, el zarismo, de la mano de la iglesia ortodoxa rusa.
El acontecimiento histórico principal alrededor del cual se lleva a cabo la historia de La madre, es real, pues se relatan los hechos ocurridos durante la manifestación del 1 de mayo que se realizó en Sórmovo en 1902 y las actividades del partido revolucionario.
A partir de estos acontecimientos, Gorki narra la historia de Pelagia, “La madre”, personaje simbólico del despertar femenino que vive en una humilde casa con un esposo maltratador y a quien su hijo Pável, líder socialista en la fábrica donde trabaja, al quedar esta viuda, la guía por el camino de la revolución del proletariado, convirtiéndola en una especie de heroína trágica, digna de ser rememorada como un majestuoso personaje femenino que abrió el sendero de la gran revolución.
La labor más importante de La madre consiste en llevar pasquines y periódicos ilegales a la fábrica donde trabaja su hijo Pável (luego de este ser encarcelado) y trasladarse a zonas rurales para llevar a los más vulnerables la ideología socialista que los liberaría de la opresión zarista, perdiendo además, del todo, el temor al régimen que finalmente se encarga de torturarla, debido a su labor de revolucionaria clandestina.
El despertar de la madre sigue siendo hoy en día la inspiración de muchas mujeres en Colombia y en el mundo, que han empezado a abrir los ojos para no permitir que la opresión, tanto patriarcal como capitalista, siga vulnerando aún, hoy en día, muchos de sus derechos.