El “feminismo” de Ivanka

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Ivanka Trump en reciente visita a Colombia.

Mientras lanzaba una mirada lujuriosa a las nalgas de la gringa idolatrada por miembros del gabinete presidencial, en días pasados, fue sorprendido el ministro de Defensa. Para defenderse del escarnio público al ser señalada su actitud como machista, este argumentó que miraba hacia el piso en busca de una señal de ubicación. En fin, el señor que hizo célebre la frase “líos de falda”, al referirse a los motivos por los que eran asesinados los líderes sociales, terminó, irónicamente, metido en un escándalo por un lío de faldas al hacerse viral su mirada libidinosa a la invitada de la Casa de Nariño.

Peor aún la posición de la señora vicepresidenta, Martha Lucía Ramírez, al acusar de actos de “mala fe” a las críticas de los usuarios de redes a la actitud lasciva del ministro y dijo, negando el evidente machismo, que: “Una visita tan importante para empoderar a las mujeres colombianas, la trivializan con una mirada del ministro de Defensa”.

En última instancia, no se sabe quién hace más daño a las mujeres, si la obscenidad de un viejito ridículo que hace parte de la elite gobernante y por consiguiente, debe dar buen ejemplo a los colombianos, o el feminismo neoliberal de la “Primera Hija” de la Casa Blanca.

Sí, la hija del presidente misógino del país del norte, vino a enseñar a las mujeres de América Latina a “empoderarse”. Su gira tenía como objetivo el “empoderamiento femenino y las relaciones entre Latinoamérica y Estados Unidos”. Presentó en Colombia la Iniciativa para el Desarrollo y la Prosperidad Global de las Mujeres, para empoderar a 50 millones de mujeres para 2025.

En el caso de Colombia, Trump relacionó el empoderamiento económico femenino con la construcción de la paz en el país, “donde las mujeres están jugando un papel creciente en el desarrollo económico”. Vaya acto de hipocresía, cuando en realidad, muchas excombatientes padecen el incumplimiento del Acuerdo de Paz y han tenido que sustentar, de forma independiente, sus proyectos productivos.

El discurso feminista de Ivanka Trump nada tiene que ver con las exigencias del movimiento al callar sobre los derechos sexuales y reproductivos en su país y su apoyo a la legislación más limitada contra el aborto seguro.

Vemos así que su misión “altruista” de empoderamiento está en enmarcada en el neoliberalismo que relaciona el discurso de igualdad con el de creación de empresa, que conlleva la autoexplotación e individualismo característicos del modelo económico que va en contra de las bases de la lucha feminista.

El feminismo propende por una sociedad justa y equitativa y por el éxito de las mujeres como colectivo. Nada que ver con la promoción individual y la meritocracia, como temía Nancy Fraser que llegara a ser la bandera feminista.