
Las calles de las principales ciudades colombianas fueron los sitios donde miles de ciudadanos expresaron solidaridad y respaldo a los paros campesino, de camioneros y salud, y rechazaron la violencia gubernamental
Juan Carlos Hurtado F.
En las capitales de los departamentos, volvieron a las principales vías los manifestantes de diversos sectores sociales para manifestarse por reivindicaciones, oponerse al modelo económico y solidarizarse con los paros de los campesinos, camioneros y el sector salud. La primera movilización se había desarrollado el 20 de agosto, y esta segunda el 29.
Aunque las marchas se vieron alteradas por el actuar de infiltrados que provocaron los desmanes policiales, los pronósticos de estas desbordaron lo calculado en cuanto a cantidad de participantes. En Bogotá, fue ordenado el desalojo violento de la Plaza de Bolívar, justo cuando estaba llena y se realizaba el acto político.
Paro agrario
En su alocución en Bogotá, el representante de los campesinos y de la Mesa Nacional Agropecuaria y Popular de Interlocución y Acuerdo, MIA, agradeció las muestras de solidaridad y acompañamiento que se hacen desde distintas ciudades. Dijo que la crisis no se resuelve con migajas o limosnas sino con cambios profundos en la política agropecuaria del país. Por consiguiente, aseguró que los campesinos han hecho propuestas contundentes en ese sentido, pero que han sido desconocidas.
“Desde el sur del país la crisis cocalera hoy afecta a todo el pueblo colombiano y el gobierno con su política antidrogas lleva más de 20 años intentando acabar con el problema, lo cual es un fracaso. Creemos que tienen que sentarse a discutir propuestas de los campesinos ya que es una problemática ligada al sistema neoliberal”, explicó el dirigente agrario.
Transporte de carga
El representante de la Asociación de Camioneros de Colombia, ACC, Ricardo Virviescas, explicó parte de su problemática. Aseguró que no entienden cómo si en el país se producen un millón ciento treinta cinco mil barriles diarios de petróleo, se importe este producto a 95 dólares el barril, si se vende en la boca de pozo a 37, para que sea exportado y luego tengan que importarlo.
“Esa política estatal ha hecho que grandes industriales colombianos tengan que importar el combustible por ser más económico para transportar mercancías. Eso está llevando a la crisis de competitividad al país. Somos conscientes del alto costo de vida y los bajos salarios; por eso damos la pelea hace más de 16 años, por bajar el precio de los combustibles”, dijo el dirigente camionero.
Reclamaron del gobierno y el Congreso, normas ajustadas a la realidad productiva del país, del agro, para que haya generación de riqueza para colombianos no para extranjeros. Explicó que no era fácil tener los camiones parados pero que hay que dar la lucha para que el petróleo sea de todos los nacionales.
El cese de actividades de los transportadores de carga inició el 19 de agosto, pero por lo bloqueos campesinos no se había sentido hasta que inició el desbloqueo de las vías.
Otro modelo de salud
En nombre de los trabajadores de la salud, expuso parte de su problemática, Héctor Alvis, presidente nacional de Anthoc, quien inició su intervención con la denuncia por la agresión de la Policía cuando fueron a manifestarse frente al Ministerio de Salud. Los hechos dejaron gravemente herida a una dirigente sindical.
Dejó claro que usuarios y trabajadores de este sector no aceptan remiendos a la ley 100, sino que exigen un nuevo modelo que la garantice como un derecho humano fundamental; sin intermediarios como los gestores.
A nombre de la Asociación Nacional por un Nuevo Modelo de Salud, ANSA, expuso algunos de los puntos que solicitan, “los tratamientos, la atención médica sea inmediata y de calidad; que los medicamentos sean eficientes y no como hacen hoy que demoran una semana para entregarlos, lo que representan millones de pesos para quienes manejan el negocio; la eliminación del proyecto de salud estatutaria y se vincule uno con un régimen laboral que acabe con las cooperativas de trabajo asociado o bolsas de empleo, que imponen un nuevo modelo de esclavitud”.
A los ministros de Trabajo y Salud les pidió respetar las decisiones de las altas cortes y que no pidan a los secretarios de salud violar esas disposiciones. Reclamó una nueva legislación laboral. Por último, exigió al gobierno atender sus peticiones y negociar con ellos.
Sin una real solución
La crisis de la salud, es la misma de la educación, de los trabajadores en el sector privado y estatal, de los trabajadores del campo. Es una problemática producto del modelo neoliberal que hace aguas en todo el mundo, pero que en Colombia se busca mantener.
El presidente de la República, Juan Manuel Santos, cosecha los primeros frutos del proceso que él mismo ayudó a iniciar como ministro de Comercio Exterior en el gobierno de César Gaviria, cuando le vendieron al país la idea de una necesaria y desaforada apertura económica que modernizaría la economía nacional y la integraría al mundo globalizado. Ninguna de las dos sucedió.
A Juan Manuel Santos le estallaron conflictos sociales de diferentes sectores productivos. Problemas que se fueron acumulando por más de 20 años de imposición a sangre y fuego del actual esquema económico. Contrariedades que exigen soluciones de fondo que el mandatario no está dispuesto a ofrecer; como el cambio del modelo. Solo habrá paliativos que calmarán por un corto lapso de tiempo las indignidades. Seguirá maquillando conflictos mientras se destapan otros.
La torpeza gubernamental para enfrentar estas manifestaciones sociales dejó en evidencia su carácter violento y plutocrático, lo que muy seguramente le costará su tan anhelada reelección.