El oligarca rebelde

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Falleció el destacado periodista, columnista y caricaturista bogotano. Su obra enriqueció la literatura, la política y el periodismo

Simón Palacio
@Simonhablando

Caballero era un oligarca en todo el sentido de la palabra. Nació en una cuna de oro de la típica aristocracia bogotana en la mitad del siglo XX. Hijo del periodista y diplomático Eduardo Caballero Calderón, y de Isabel Holguín y Caro, su infancia y adolescencia la vivió entre Europa, Bogotá y el departamento de Boyacá. Estudió en los mejores colegios para señoritos, como el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario y el Gimnasio Moderno.

Aunque inició estudios en derecho en la Universidad del Rosario, se trasladó junto con su padre a París para comenzar la carrera de Ciencia Política, iniciativa académica que no pudo finalizar por el estallido social del Mayo Francés en 1968. Si bien los acontecimientos rebeldes que estremecieron las calles parisinas lo obligaron a regresar a Colombia, estos dejaron una impronta de rebeldía e independencia que fueron determinantes por el resto de su vida.

Prolífica trayectoria

La carrera periodística de Caballero inició un poco antes. Sus caricaturas ya eran conocidas desde 1964, época en la que comenzó a colaborar con el diario El Tiempo en el espacio ‘Cartones’. Tras su regreso a Bogotá y nuevos viajes en Europa, se radicó en Londres donde empezó a escribir para la BBC y en la revista The Economist. Viajó a Madrid y hasta 1975 trabajó en la revista Cambio 16, época de turbulentos cambios en el país ibérico ante la muerte del dictador Francisco Franco.

De regreso, Caballero trabajó en la revista Alternativa, proyecto periodístico fundado por Gabriel García Márquez, Enrique Santos Calderón, Orlando Fals Borda, Jaime Melo, entre otros. Como corresponsal internacional y luego como jefe de redacción, contribuyó en la iniciativa que tenía como propósito ser un referente de información para los grupos de oposición en la izquierda.

Con el cierre de la revista, Caballero pasó a escribir durante la década de los ochenta en El Espectador, para después ser columnista en la revista Semana desde 1996 hasta el 2020, fecha en la que se retira de la otrora reputada publicación por diferencias con la línea editorial. Desde entonces y hasta su fallecimiento, colaboraba en el portal digital Los Danieles.

Estilo

Entre sus múltiples obras escritas se destacan la novela Sin Remedio (1984), la antología ilustrada Historia de Colombia y sus oligarquías (2018), El oficio de opinar (2006), entre otros trabajos sobre historia, periodismo, caricatura, política, arte y toros, su gran pasión, que defendió a capa y espada ante los implacables argumentos que emergen del movimiento antitaurino y animalista.

Sin lugar a duda, la pluma de Caballero fue una de las más agudas y críticas en la historia del periodismo colombiano. Como librepensador combinó el realismo, el pesimismo y la ironía, construyó a lo largo de su carrera un legado escritural y gráfico que lo hacen irrepetible. Siempre desde la independencia, fue inclemente contra el poder y su clase (burguesía), a la que nunca renunció pero que siempre criticó.