
Entre los obstáculos para detener la enfermedad están la lenta vacunación, las fallas estructurales del sistema de salud y la monopolización mundial del proceso de producción y comercialización de los biológicos
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino
El pasado 5 de septiembre fue el día del año en que el Ministerio de Salud reportó menos decesos por covid-19: 48. Recuperados 3.474 y 1.669 nuevos casos de contagio. Desde semanas atrás, las cifras descendían paulatinamente.
Aunque los datos parecen alentadores, el 27 de agosto el Ministerio de Salud había emitido la resolución 1315 con la cual extendía hasta el 3 de noviembre la emergencia sanitaria por coronavirus, y ordenaba adoptar medidas como continuar con el autocuidado, seguir desarrollando el plan de vacunación y a las entidades territoriales del orden departamental, distrital y municipal garantizar las medidas de seguridad para propiciar el retorno gradual, progresivo y seguro a las instituciones educativas, entre otras medidas.
A su vez, el Instituto Nacional de Salud, INS, informaba que el 89% de la población colombiana ya habría tenido covid-19. Según Martha Ospina, su directora, el 53% de los infectados adquirió la variante Mu, que ha perdido participación en Colombia, mientras en agosto aumentaron los casos de Delta.
Ospina expresó a la prensa que un cuarto pico de la pandemia en Colombia dependerá del comportamiento o contagios de esta última variante y de la velocidad de la vacunación.
También es cierto que, aunque las cifras estén descendiendo, las autoridades sanitarias sí esperan otro pico y si este depende de la velocidad de la vacunación, será más alto, pero gracias a los biológicos inoculados, menos letal.
En ese sentido, el ministro de Salud Fernando Ruiz dijo a un medio de comunicación que en este momento Colombia se encuentra a mitad de camino del Plan Nacional de Vacunación, y que su objetivo es que a finales de diciembre haya 35 millones de personas vacunadas. El 4 de septiembre, esta cartera reportó 36 millones 235 mil 580 dosis aplicadas y apenas 14 millones 912 mil 159 esquemas o vacunas completas. Datos que ya no son alentadores.
Lenta vacunación
Es del plan de vacunación del que depende lo alto y letal que pueda ser el cuarto pico, y es aquí donde nace el miedo y la incertidumbre.
VOZ entrevistó a la doctora Carolina Corcho, vicepresidenta de la Federación Médica Colombiana, FMC, quien explicó que desde el punto de vista epidemiológico no se pueden hacer predicciones más allá de una semana, porque el virus ha sorprendido y todos los modelamientos han sido derrotados en términos de la capacidad de predicción.
“Lo que sí es claro es que en Colombia va a haber una siguiente ola porque no se tienen los suficientes niveles de vacunación, ya que aún no tiene a 45 millones de colombianos con las dosis completas. Estamos en menos de la mitad de eso porque ha habido mucha improvisación, más los problemas que ha habido con Moderna y las segundas dosis”.
Corcho advierte que ellos como organización le habían dicho al Gobierno sobre la improvisación de la que hoy se pagan las consecuencias. Compara a Colombia con países de Europa como Inglaterra que tenían el doble de la vacunación e ingresaron a las terceras o cuartas olas, y cree lógico que llegará un siguiente pico.
A lo anterior hay que sumar otras fallas en las medidas tomadas como la ausencia de rastreos, de seguimientos, de cercos epidemiológicos o pruebas masivas en poblaciones de riesgo: “La medida es sálvese quien pueda. Seguramente disminuirá la mortalidad por el porcentaje de la población vacunada, pero vamos a tener otra ola”, señala la vicepresidenta de la FMC.
Asimismo, indica que se ha generado una capa de opinión para hacer una negación de lo que ocurre, “ya que en Colombia hay suficientes problemas como para omitir este y seguir de largo. Luego nos enteraremos cuántos muertos hubo. Hay un sector de la prensa corporativa que es responsable porque ha minimizado lo que ha pasado y pueda pasar”.
Monopolios y duración
Como si fuera poco, surgen dos problemas más: la inequidad mundial en el abastecimiento de las vacunas por su monopolización para la comercialización y la duración de la inmunidad o la protección de los biológicos.
Para la galena, ante la primera situación la preocupación está en la no liberación de las patentes, lo que se convertirá en un problema global que va a cobrar muchas más vidas.
“Además, el oscurantismo en Colombia para saber cuánto se gastaron en ese plan de vacunación que ha sido muy costoso y podría no ser sostenible a largo plazo, y si se requieren más dosis. La vacunación será un problema en tanto no haya una gobernanza global que permita que la vacuna sea un bien público universal y su producción en todos los países sin costos exorbitantes, sin que sea negocio para los oligopolios”.
Sobre el segundo aspecto, es conocido que los biológicos que están actualmente en el mercado tienen tiempos diferentes de duración de la inmunización, pero en promedio es de diez meses, y hasta que la ciencia no encuentre otra solución, las sociedades deberían estar vacunándose constantemente contra el nuevo coronavirus.
“Hay países que hablan de la tercera dosis y ya empezaron a aplicarlas. Es probable que el virus se extienda y se vuelva endémico, es decir, que se vuelva de existencia permanente en todos los territorios del mundo y requiera más dosis de vacunación como pasó con la influenza”, complementa Carolina Corcho.
Agrega que hay que diferenciar las críticas a las transnacionales farmacéuticas y las políticas oligopólicas o de acaparamiento, con la eficacia de las vacunas. “La ciencia ha cumplido, el problema es la política. Hay movimientos antivacunas que se amparan en la política global para descalificar los bilógicos. Se han hecho estudios en todo el mundo que dicen que efectivamente las vacunas sí protegen de las mortalidades, inclusive frente a Delta”.
No sobra recordar que los biológicos tienen un alto nivel científico, sin embargo, dada la emergencia tuvieron que fabricarse a una mayor velocidad de lo requerido en otras condiciones.
La incertidumbre
En Colombia hay una de las mortalidades más altas del mundo, el plan nacional de vacunación se adelanta a paso de tortuga y no se sabe con exactitud el tiempo de la inmunidad, por lo que se podrían requerir más de tres dosis. Si a esto se suman las fallas estructurales del sistema de salud, la corrupción que caracteriza a estos gobiernos, la falta de biológicos y la inminente llegada de un tercer pico, la incertidumbre crece.
Sobre la falta de liberación de las patentes o la no fabricación de biológicos en el país, la doctora Corcho explica: “Nosotros podríamos armar un bloque latinoamericano para producir vacunas con Cuba, México, Brasil y Argentina. Hay que recordar que César Gaviria, cuyo candidato es Alejandro Gaviria, desmontó el sistema de ciencia, tecnología e investigación, por eso no tenemos capacidad de producir”. Añade que ojalá los chinos y los rusos liberen patentes de Sputnik y Sinovac.
En conclusión, al no haber inoculación masiva de biológicos en el mundo entero, el virus va a seguir mutando, se volverá más fuerte e irá aprendiendo del sistema inmunológico poblacional de varios países, de varias razas para poderse volver más contagioso.
“Hay muchos problemas de improvisación en el plan de vacunación, relacionados con fallas estructurales del sistema de salud, la intermediación. Es un tema preocupante porque este virus nos ha costado demasiadas muertes, más de las que debió costarnos. No sé si en Colombia tengamos una resiliencia tan alta para entender que no tenía que haber muerto tanta gente”, concluye la doctora Carolina Corcho.