El poder popular en el pensamiento de Camilo Torres

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Camilo Torres Restrepo

“¿Te acordás de aquel muchacho, el que vendía tortillas? / Se salió del seminario pa’ meterse a la guerrilla / Murió como todo un hombre, Allá por el cementerio / Cometió el atroz delito de agarrar la vida en serio / Cometió el atroz delito de agarrar la vida en serio”: Carlos Mejía Godoy

Harold García-Pacanchique
@HaroldGarcia95

La concepción del poder popular como herramienta de construcción y acción colectiva es determinante para el que hacer revolucionario del movimiento popular en su conjunto. A 55 años del asesinato del sacerdote y revolucionario Camilo Torres en las montañas del Santander y en la diatriba actual de la izquierda colombiana, hablar de la herejía camilista que propone la dualidad del poder y la unidad de los sectores revolucionarios que se oponían al antidemocrático Frente Nacional, se hace una necesidad.

Plataforma para un movimiento de unidad popular

Hacia el año de 1965, en pleno apogeo del Frente Nacional (1958-1974), la necesidad de poder enfrentar la antidemocracia y avanzar en la consolidación de una organización revolucionaria que lograra articular los esfuerzos separados de la clase popular, la plataforma hace un llamado a que diversos sectores se unifiquen en torno a una política que buscara articular propuestas y acciones de los sectores populares colombianos.

Es allí, donde la invitación camilista a la plataforma del Frente Unido de los movimientos populares toma fuerza y se hace necesaria para enfrentar los avatares del momento histórico y la única forma orgánica de proponer una salida real al bipartidismo liberal-conservador que vivía Colombia en la década de los sesenta.

Este documento que es central para la discusión del poder popular en el pensamiento de Camilo genera algunas claridades sobre la forma en que se concibe la organización de los movimientos populares, siendo en ella la autonomía, la diversidad y la horizontalidad las piezas angulares de un proyecto eficaz de unidad programática y de acción para la clase popular.

Se puede encontrar la importancia que juega la participación comunal en esta propuesta, su apuesta por una construcción política desde abajo y la opción primordial por romper con los caudillismos y personalismos del régimen antidemocrático.

Se fomentará la acción comunal, como fundamento de la planeación democrática, tanto en los sectores rurales como urbanos. Con base en ella se revitalizará la vida municipal hasta lograr que los municipios, con autoridades libremente elegidas por los vecinos, se conviertan en células vivas de la nacionalidad (Torres Restrepo, Plataforma para un movimiento de unidad popular, 1965, p. 3).

Lo anterior reafirma y justifica el planteamiento de poder que tiene Camilo, uno que emerja del poder comunal que se fortalezca desde las bases y que sea pilar y fuerza democrática para la consolidación de un verdadero proyecto  democrático en Colombia.

Toda realización que se emprenda deberá contar con la iniciativa y el esfuerzo del pueblo organizado en acción comunal, ligas campesinas, sindicatos, organismos estudiantiles y profesionales, partidos políticos, etc. (Torres Restrepo, Plataforma para un movimiento de unidad popular, 1965, p. 5).

El esfuerzo por la consolidación de un proyecto unitario que fortalezca el papel desempeñado por los trabajadores del campo y la ciudad, son la muestra de la opción real de un poder distinto y que puede avanzar en función de unificar las fuerzas populares y revolucionarias del país, en el cual se pueda edificar un aparato organizativo plural, que se fortalezca desde el barrio y la vereda, emergiendo de abajo hacia arriba.

La proclama al pueblo colombiano

En la proclama al pueblo colombiano, escrita en enero de 1966 durante la incorporación de Camilo al Ejército de Liberación Nacional, ELN, se puede encontrar en una lectura rápida el llamado insistente de Camilo a los militantes del Frente Unido y al conjunto de los sectores populares a que asuman como camino la vía armada y la propuesta organizativa de los “elenos” para el desarrollo de la revolución en Colombia.

Siendo la anterior afirmación la más cotidiana entre las discusiones frente a este documento, hoy se puede asegurar que Camilo más allá de convocar a la toma de las armas, en esta proclama hace un sucinto análisis de la historia política colombiana del siglo XX.

Cuando el pueblo pedía un jefe y lo encontró en Jorge Eliécer Gaitán, la oligarquía lo mató. Cuando el pueblo pedía paz, la oligarquía sembró el país de violencia. Cuando el pueblo ya no resistía más violencia y organizó las guerrillas para tomarse el poder, la oligarquía intentó el golpe militar para que las guerrillas, engañadas, se entregaran Cuando el pueblo pedía democracia se le volvió a engañar con un plebiscito y un Frente Nacional que le imponían la dictadura de la oligarquía (Torres Restrepo, Proclama al pueblo colombiano, 1966).

Arrojando una justificación de lo que sería el devenir de la lucha armada para el país, en la proclama se esbozan tres argumentos que nos permiten un acercamiento a la concepción de poder popular y su construcción colectiva como elemento transversal para el desarrollo del proceso revolucionario en Colombia: 1. El pueblo no cree en las elecciones, 2. El pueblo sabe que las vías legales están agotadas, y 3. No se necesita que todos hagamos todo, hagamos pequeños trabajos contra el enemigo, en los que la victoria sea segura.

Para poder relacionar estos tres elementos es necesario enunciar que es el poder popular. Este es entendido como una fuerza organizada por los sectores desdeñados de la clase popular, que construye alternativas de poder y genera disputas territoriales por nuevas formas de gobierno, que no pasen por los escenarios burocráticos del Estado.

Cuando Camilo propone la discusión sobre estos tres elementos en lo que sería su último mensaje a los colombianos, muestra de manera transversal el desarrollo de la construcción del poder popular para la Colombia venidera. Es allí donde cuestiona la institucionalidad burguesa y sus desgastados mecanismos de participación.

Ya todo está preparado. La oligarquía quiere organizar otra comedia de elecciones; con candidatos que renuncian y vuelven a aceptar; con comités bipartidistas; con movimientos de renovación a base de ideas y de personas que no sólo son viejas sino que han traicionado al pueblo. ¿Qué más esperamos, colombianos? Yo me he incorporado a la lucha armada (Torres Restrepo, Proclama al pueblo colombiano, 1966).

Camilo propone salidas alternas que desarrollen el potencial de la clase popular, en el proceso de la lucha revolucionaria en Colombia.

Encontré el deseo y la realización de una unidad por la base, la base campesina, sin diferencias religiosas ni de partidos tradicionalistas. Sin ningún ánimo de combatir a los elementos revolucionarios de cualquier sector, movimiento o partido. Sin caudillismos. Que buscan liberar al pueblo de la explotación, de las oligarquías y del imperialismo. Que no depondrá las armas mientras el poder no esté totalmente en manos del pueblo. Que en sus objetivos acepta la plataforma del Frente Unido (Torres Restrepo, Proclama al pueblo colombiano, 1966).

Identificando la necesidad de la unidad del campo popular, desde la diversidad e insistiendo en el fortalecimiento de escenarios programáticos comunes que lograran esa tan anhelada unidad por la base, Camilo y diversos sectores progresistas de la Colombia de los años sesenta desataron un escenario extraordinario popular en la plataforma del Frente Unido.

Camilo, el poder popular y el momento actual

Analizar la plataforma para un movimiento de unidad popular y la proclama al pueblo colombiano, nos ayuda a comprender cuál es la real inclinación de Camilo frente a la discusión del poder y en ella se puede encontrar la necesidad de forjar escenarios comunes de la clase popular para la toma de las instituciones del Estado y hacer de ellas estamentos eficaces para las mayorías colombianas.

La propuesta que emanan estos escritos no es más que la ferviente decisión de crear escenarios colectivos al interior del campo popular, que le permitan a las bases acceder a espacios de deliberación comunitaria que vaya en dos vías; una que proponga la construcción del poder desde los territorios y otra que sea capaz de disputar desde los espacios burocráticos del Estado.

Para Camilo estas dos opciones no son antagónicas, pero si, en una lectura detenida de cada una de ellas, prevalece la primera sobre la segunda, es decir, el movimiento popular debe aglutinar sus mayores esfuerzos en la creación de escenarios comunales que le permitan al pueblo elevar su nivel de conciencia y organización política en los territorios, aumentando con ello la participación de la clase popular en las decisiones políticas en su escenario local.

Hoy por hoy en Colombia el deber de los y las revolucionarias es pues, fortalecer una cultura democrática colectiva, de acción comunal y de movilización plebeya, que le permita a los sectores populares, brutalmente golpeados por el paramilitarismo y el fascismo estatal, avanzar hacia la consolidación de un fuerte y eficaz movimiento político y social que logre disputar en la calle, en las juntas administradoras locales, en los concejos municipales, las asambleas departamentales y en el Congreso de la República, las propuestas que emerjan del seno de la clase popular.

“La lucha es larga, comencemos ya”.

Bibliografía

Torres Restrepo, Camilo (1966). Proclama al pueblo colombiano. Recuperado el 19 de febrero de 2019, de Marxists org: https://www.marxists.org/espanol/camilo/pueblo.htm

Torres Restrepo, Camilo (1965). Plataforma para un movimiento de unidad popular. Recuperado el 16 de Enero de 2019, de Archivo Chile: http://www.archivochile.com/Homenajes/camilo/d/H_doc_de_CT-0038.pdf

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