Los pasados 17 y 19 de septiembre se realizaron elecciones legislativas en Rusia, en las que el electorado escogió 450 escaños a la Duma Estatal (parlamento) de la Federación Rusa. En el proceso de renovación parlamentaria, el Partido Comunista de la Federación Rusa consolidó un significativo avance, colocándose como la segunda fuerza política en el país, después del gobernante Rusia Unida, del presidente Vladimir Putin.
En efecto, con el 95 por ciento de los votos escrutados, el lunes de la presente semana se informó que los comunistas habían alcanzado el 23.04 por ciento del electorado. Hace cinco años, para las presidenciales, los comunistas habían obtenido el 13 por ciento de la votación.
Rusia Unida lideró las elecciones legislativas, como era de esperarse. Pero porcentualmente, obtuvo los peores resultados desde el 2003, debido en lo fundamental a una pérdida de confianza del electorado en el partido de gobierno. La participación en las urnas fue del 45.15 por ciento, muy poca en la tradición rusa. Muchos electores de la oposición se quedaron en casa, por lo que el resultado para el oficialismo pudo haber sido peor.
Rusia Unida lideró el evento con el 49.63 por ciento de los votos, un poco menos de la mitad del electorado. En tercer lugar, se ubica el Partido Liberal-Demócrata, con el 8.77 por ciento de los votos. En la Duma estarán cinco partidos políticos que han superado el umbral del 5 por ciento, uno más que en la anterior legislatura.
En los resultados del partido de gobierno pesaron el manejo de la pandemia, que algunos consideran no fue el mejor, y el empeoramiento de la situación económica de los ciudadanos. En este momento, 17.8 millones de trabajadores tienen ingresos por debajo del nivel de subsistencia. En este panorama, muchos candidatos de oposición no pudieron inscribirse por diversas trabas de los aparatos electorales. Otros permanecen exiliados.
El Partido Comunista ha repuntado como el beneficiario de este desgaste, tras 20 años de Rusia Unida en el poder. En esta ocasión Moscú y San Petersburgo aparecen como baluartes de la votación comunista.