Elecciones locales: un espacio para avanzar

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Marcha de la Unión Patriótica por calles de Bogotá.

El proceso electoral, que se encuentra en pleno desarrollo, mantiene las condiciones históricas que han reproducido el decadente régimen político colombiano.

De acuerdo con la Misión de Observación Electoral, MOE, la trashumancia electoral, el riesgo de fraude y la violencia política superan con creces a las elecciones presidenciales de 2018. La ventana de oportunidad que significó la firma del Acuerdo de Paz parece cerrarse de un portazo. La acción permanente del gobierno y la ultraderecha, para minar la potencia política del Acuerdo, ha redundado en un retroceso de las condiciones políticas en la presente campaña electoral.

Los poderes locales, que en su mayoría están anclados mediante las fuerzas de las economías ilegales, mafias de la corrupción y desfalco de lo público, han encontrado en la política del gobierno nacional la legitimidad para actuar de manera descarada y sin contención alguna.

La ultraderecha encuentra en este medio las condiciones para mantener sus posiciones, no solo mediante el partido de gobierno, sino también desde partidos y agrupaciones políticas, de distinta índole, que les sirven de plataforma electoral a posturas retrógradas.

No obstante, ante este panorama, las fuerzas que se plantean como alternativas al estado de cosas, hacen su mayor esfuerzo por lograr avances electorales, que, además de garantizar cambios reales en la ciudadanía, pongan un pie adelante en la carrera presidencial del 2022. No siempre estos esfuerzos alcanzan los niveles de unidad que garanticen avances necesarios, aunque un número importante de candidaturas alternativas multiavaladas, demuestran que sí es posible transitar el camino de los acuerdos políticos.

Las elecciones se plantean como un escenario de combate político donde buscamos ganar, en medio de un sistema electoral estructuralmente perverso, el voto activo de la ciudadanía. Y no solo a unas candidaturas, sino, sobre todo, a una apuesta política que no termina el próximo 27 de octubre.

Así mismo, las elecciones locales se presentan como un componente importante de un conjunto de expresiones de resistencias, que en diferentes formas de movilización, hoy se desarrollan. Las acciones estudiantiles contra la corrupción y el Esmad, la movilización de Fecode y las acciones de rechazo a las políticas del Gobierno nacional, en materia de pensiones y de mayor desregulación laboral, que ha programado el movimiento sindical, hacen parte de un panorama en el que la lucha electoral aporta en la construcción de una alternativa política. Cada reunión, caminata, conversación con transeúntes y pieza comunicativa, es un paso afirmativo en ese propósito.

La construcción de la articulación política entre Colombia Humana y la Unión Patriótica, así como las alianzas con otros sectores democráticos en distintos territorios, deben operar más allá de la mecánica electoral y ganar mayores identidades en objetivos políticos de mayor alcance.

Estamos a menos de 20 días de la fecha electoral, debemos invertir todas nuestras fuerzas para que las apuestas políticas, representadas en candidaturas alternativas, que hoy respaldamos, recojan el espíritu democrático y de resistencia del pueblo colombiano. Debemos hacer los esfuerzos para que los votos de la ciudadanía den un espaldarazo a la construcción de un bloque alternativo que avance de la mano de la movilización popular, hacia una nueva correlación de fuerzas que favorezca la democracia.