Eliminar todas las violencias

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Fabiola Calvo Ocampo

Un día más pero no un día cualquiera para llamar la atención sobre las violencias contra las mujeres. 25 de noviembre, fecha para la memoria, es decir, para no olvidar la muerte de Patria, Minerva y María Teresa en 1960 bajo la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo en República Dominicana.

Recordamos para no olvidar y no olvidamos para que no se repitan hechos que denigran la condición humana, hechos que atentan contra más de la mitad de la humanidad: feminicidios, violencia física, violencia sexual, psicológica, patrimonial, económica, verbal, simbólica.

Las cifras gritan pero no lo dicen todo. De acuerdo al informe Forensis de 2018 Datos para la vida de Medicina Legal, “en el año 2018 se realizaron 49.669 peritaciones en el contexto de la violencia de pareja, cuya tasa es de 120,57 casos por cada cien mil habitantes, siendo el hombre, el principal agresor. Del total de valoraciones realizadas, el 86,08%, 42.753, se practicaron a mujeres. En nuestro país por cada hombre que denuncia ser víctima de violencia por parte de su pareja, seis mujeres lo hacen…El mayor número de casos se registró en el grupo correspondiente a los 25-29 años (10.902), seguido de los de 20-24 años (9.952).

Las mujeres llevamos la historia de cientos de años de discriminación y violencia, de cientos de años en el cuerpo, en las emociones, en el inconsciente pero también cientos de años de lucha por nuestros derechos que vio sus resultados con el derecho al voto y hoy podemos decir muy alto que también lo hacemos por el respeto, la dignidad, por la eliminación de todas las violencias.

Hemos conquistado normativas en todo el mundo y que hoy aplican en Colombia como parte del paquete constitucional pero que necesitan de más voluntad política de todo el Estado y los diferentes gobiernos nacionales, siendo prioritario en los territorios. Saber que existen alcaldes, concejales, gobernadores (podríamos seguir) que no conocen la Ley 1257 de 2008 “Por la cual se dictan normas de sensibilización, prevención y sanción de formas de violencia y discriminación contra las mujeres, se reforman los Códigos Penal y de Procedimiento Penal, la Ley 294 de 1996 y se dictan otras disposiciones”.

Estamos en el momento oportuno para que las administraciones departamentales y locales incluyan en sus planes de desarrollo presupuesto suficiente no solo para la sensibilización sino para procesos con la comunidad que permita promover un cambio en la manera de relacionarnos entre hombres y mujeres, para enterrar el machismo que tanto daño ha hecho a las diferentes sociedades.

No obstante, sería insuficiente quedarse en la sensibilización y la formación, es preciso generar condiciones económicas, políticas y sociales para que las mujeres puedan de verdad ejercer sus derechos desde la autonomía, para que puedan practicarse relaciones de igualdad en un marco de equidad.

Es necesario que las y los gobernantes tomen conciencia, conozcan las leyes, los derechos de las mujeres, trabajen por eliminar todas las formas de violencia contra ellas con una actitud y una convicción firme pero que también la sociedad civil tanto de mujeres como de hombres, participemos e incluyamos en los planes de desarrollo esta urgencia social y hagamos un seguimiento para que se cumplan.