
Unasur es el espacio político que mejor pensó y diseñó la premisa de la integración en todas sus variables, no sólo desde el punto de vista económico, sino integral, pensando en el ser humano.


Una de las particularidades de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) es que, a lo largo de su accionar, no sólo definió unas reglas de juego para el intercambio económico y comercial entre sus socios, sino que ha integrado un Consejo Regional de Defensa, que intenta crear una nueva doctrina militar patriótica y nacionalista; un Consejo de Salud; un Consejo de Energía; un Consejo de Ciencia y Tecnología; uno de Desarrollo Social; otro de Economía y Finanzas; uno de Seguridad y Justicia; y otro de Educación y Cultura.
Esta característica obedece a que Unasur es el espacio político que mejor pensó y diseñó la premisa de la integración en todas sus variables, no sólo desde el punto de vista económico, sino integral, pensando en el ser humano.
El anterior es uno de los aspectos que sirven para hacer un balance de la gestión de Unasur, que el pasado 17 de abril cumplió ocho años de existencia, que hoy se puede calificar como la más importante iniciativa de integración regional en la parte sur del continente, y que tuvo a Néstor Kirchner y a Hugo Chávez entre sus inspiradores.
Este espacio de integración ha sido el medio natural en el que interactúan los tres países de mayor peso económico y político en el Cono Sur: Brasil, Argentina y Venezuela, y a la vez los que con más ahínco han enfrentado la política de libre comercio de Estados Unidos, que tuvo su primer revés en la Cumbre de Mar del Plata, en 2005, donde fue derrotada la propuesta norteamericana de articular el ALCA para consolidar la influencia imperial en la región.
Unasur ha sido un referente frente a otros procesos regionales de cooperación, como Mercosur, el ALBA y Petrocaribe, y ha sido escenario de unidad en el marco de gobiernos mayoritariamente posneoliberales.
Ha cumplido el papel de barrera frente a diversos intentos de desestabilización de gobiernos democráticos, víctimas de las arremetidas de la derecha. Así por ejemplo, cuando en Bolivia, en 2008, el movimiento denominado la Media Luna quiso derrocar al gobierno indígena de Evo Morales. O cuando en 2010, un amotinamiento policial pretendió derrocar a Rafael Correa en Ecuador; o más recientemente, cuando grupos de ultraderecha en Venezuela impulsan un complot denominado ‘La salida’ para asesinar a Nicolás Maduro.
Unasur se ha integrado a otros bloques regionales como los Brics, el Movimiento de los No Alineados, Celac y el Grupo de los 77+China. Ahora tiene nuevos planes, entre ellos impulsar el Banco del Sur, confirmar a América Latina como territorio de paz y, desde luego, reforzar su presencia en el proceso de diálogos de La Habana con la insurgencia colombiana.