Endeudamiento familiar y derecho a la vivienda

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La precariedad de la vivienda en las regiones del país.

Rodrigo A. Álvarez

La deuda de las familias colombianas contraida con el sistema financiero al año 2018 es del 20% del PIB, según datos del Banco de República. El 6% de esta deuda se contrató para crédito de vivienda y el 14% en consumo de las familias. Ello significa que del total de la deuda de las familias el 30% es hipotecaria y el 70% es de consumo.

La tendencia del endeudamiento de las familias ha cambiado de manera importante desde que en los últimos 20 años, hasta el año de 2004, el crédito familiar se dirigía fundamentalmente a la compra de vivienda. Desde el 2005 la tendencia se ha invertido y la adquisión de bienes durables, semidurables (automóvil y electrodomésticos) y de consumo ha cobrado una mayor proporción (gráfico 1).

De cierta manera, la expansión del crédito es la que ha sostenido la dinámica de la demanda familiar, mientras que aumenta la proporción de deudores morosos y en riesgo de convertirse en morosos, 5% y 12% respectivamente.

Los precios de la vivienda

De los datos del Banrep y la Superfinanciera, es necesario preguntarse por qué las familias colombianas han desistido de endeudarse para la compra de vivienda, principal activo familiar con rendimiento en el tiempo.

Varios informes han señalado que las personas menores de 40 años utilizan el crédito para financiar sus estudios de profesionales. Según datos de Fedesarrollo, solamente el Icetex ha expandido el número de créditos como porcentaje del total de las matrículas, del 5.3% al 20.3% en 2016. Para las nuevas familias, contraer dos deudas en una temporalidad similar, con un ambiente laboral marcado por la precariedad y la inestabilidad, es realmente desalentador.

Democratizar el acceso a la vivienda

Por otra parte, desde el año 2004 en adelante los precios reales de la vivienda nueva como usada en Colombia han crecido rápidamente (Gráfico 2), lo cual lleva a muchas familias a desistir de la compra. La principal razón del aumento de los precios de la vivienda está relacionada con la especulación con el suelo urbano y la alta demanda de los mismos para la construcción de viviendas, ambos fenómenos se conjugan para llevar los precios hacia arriba, incluso en momentos de bajo crecimiento entre 2014 a 2016.

Los mecanismos de mercado y las nuevas disposiciones sobre la gestión del suelo urbano urbanizable, han fallado en satisfacer la necesidad humana de techo para cientos de familias colombianas y cumplir con el derecho a la vivienda digna, plasmado en el artículo 51 de nuestra Constitución Política Nacional.

Dentro de las propuetas fundamentales para la realización del proyecto democrático nacional y para ciudades democráticas, sera colocarle coto a la especulación inmobliaria, la gentrificación del espacio urbano y permitr que la mayoría de nuestros habitantes puedan acceder a un techo digno mediante subsidios y tasas de interés bajas, según sean las condiciones particulares de cada familia.