Daniela María Isabel Sánchez Rojas (22 años), Michelle Amaya (15 años), María Ángel (4 años) y Mayra Alejandra Orobio Solís (11 Años) son los nombres de cuatro de las 18 mujeres que han sido asesinadas en los primeros días del año. Entrevista con Paula Márquez, abogada feminista
Violeta Forero
@Violeta_Forero
El 6 de enero se registró el primer caso de feminicidio del año 2021 en Rozo, Valle del Cauca. El homicida después de haber asesinado a su pareja sentimental, se quitó la vida. De igual forma, en los pocos días del año, casi dos decenas de feminicidios han sucedido en Colombia. Niñas, mujeres y jóvenes están expuestas a diario de morir a manos de su pareja sentimental, o simplemente de alguien que se quiera sobrepasar física, psicológica o sexualmente.
A la aterradora cifra de 18 casos reportados en el año 2021 por la Fundación Feminicidios Colombia, se le tiene que agregar y no olvidar el también escalofriante número de 569 asesinatos contra las mujeres reportados en el año 2020 por el Observatorio de la Red Feminista Antimilitarista.
El semanario VOZ en búsqueda de la ampliación de este fenómeno de asesinatos sistemáticos contra las mujeres por razones de género, entrevistó a Paula Márquez, abogada feminista y líder del movimiento.

-Todas las instituciones y la sociedad en general se han pronunciado en contra del feminicidio, incluso hay una ley para castigar, pero siguen existiendo casos, no más este año han matado a casi 20 mujeres. ¿Por qué es tan difícil cambiar ese fenómeno de violencia?
–Este no es un tema de institucionalidad o de que se regule o prohíba porque igual está prohibido matar y siguen matando gente, está prohibido robar y la gente roba, este es un tema estructural y toca la cultura de educación. Vivimos en una sociedad misógina, machista, patriarcal, donde las vidas de las mujeres no importan, donde los hombres tienen poder sobre el cuerpo de las mujeres y a eso obedece que la violencia machista no pare. Porque no es solamente que nos asesinen, que mutilen nuestros cuerpos, son todas las violencias, entonces cuando un feminicidio se da, no es solamente que yo llegué un día y dije “te voy a matar” y te mato, sino que antes de todo eso, hay un continuo de violencias a las que se ha sometido a esa mujer.
No es un tema de regulación normativa, pero sí tiene que haber endurecimiento de las penas, mayor investigación y rigurosidad en las mismas, pero además un compromiso mucho más fuerte en prevenir porque aún nos falta mucho. Y sobre todo tenemos que denunciar, no sólo las víctimas, sino acompañar desde afuera y alentar esa denuncia. Porque se soporta la violencia por varios factores, entonces es un tema cultural y es hora de que las mujeres dejemos de ser cosificadas, y es hora de que nuestras vidas empiecen a valer.
Odio por las mujeres
-Algo que tiene consternada a la sociedad es que en este año han matado a menores de edad, niñas como María Ángel de cuatro años, como Michelle de 15, ¿Qué está pasando?
–Es importante hacer énfasis en que la culpa nunca es de la víctima. No somos culpables de que nos asesinen a ninguna edad, es un tema cultural, un patrón patriarcal y es importante que los hombres puedan romper ese pacto y cuestionarse sus privilegios, pero que las mujeres también empecemos a cuestionarnos las prácticas machistas-misóginas que tenemos entre nosotras y que reproducen la estructura patriarcal que es muy fortalecida con el capitalismo porque se aprovecha de un sistema de desigualdades basadas en el género, en el poder y sus relaciones.
Por ejemplo, en el caso de la menor María Ángel lo que se ha dicho, es que su asesino sentía odio por su mamá, entonces nos matan porque sienten odio, porque nos ven como sus inferiores, porque nuestra vida no vale y en efecto nunca fue culpa de ella. Y la respuesta no son los velatones y las denuncias porque no van a responder de fondo el problema sistemático, tenemos que empezar a denunciar mucho más, pero también a exigirle a las instituciones investigaciones oportunas, certeras, mayor educación y acceso y sobre todo economía para las mujeres, que las mujeres puedan tener recursos propios.
En este mismo caso de María Ángel, también está todo un móvil económico que indica la mamá, ella dice “le van a dar algo a mis hijas”, eso la movilizó a ella a trasladarse a un lugar y allí fue donde la niña fue raptada y su hermana fueron raptadas y bueno, ya se sabe en qué terminó.
Pandemia y violencia
-¿Crees que la pandemia y los confinamientos han agudizado la violencia en contra de las mujeres?
–Yo no creo que sea razón de la pandemia que la violencia en contra de las mujeres haya aumentado o se haya recrudecido, no soy psicóloga, no podría hablar desde el punto de vista comportamental, pero creo que lo que ha pasado es que se ha incentivado la denuncia, entonces ha habido muchos más casos denunciados de violencia intrafamiliar y de violencia machista, pero insisto, creo que tiene que ver con incentivar la denuncia, de decirles a las mujeres que no están solas, que hay forma de vivir una vida diferente y de cerrar ciclos de violencia. También por la ruta de atención a las mujeres se han recibido muchos casos de denuncias. Muchas mujeres llegaban a los centros de salud y hacían la denuncia, pero no se hacía el conducto regular de los casos competentes para que se efectuara la denuncia.
-¿Qué falta para que la sociedad (incluyendo a los medios de comunicación) entiendan la magnitud del problema de la violencia contra la mujer y empiecen a cumplir y a hacer cumplir la Ley 1761 de 2015?
–Bueno, primero debemos mencionar que los medios de comunicación son muy buenos desinformando y manejando muy mal los términos, es decir, debemos dejar de hablar de “crímenes pasionales” porque estos no existen, tenemos que reconocer la violencia machista con ese nombre, pues es un patrón cultural y comportamental donde se violenta y se asesina en razón al género. El término es violencia basada en género, el aporte está ahí, en poder enunciar. Es decir, “lo que no se nombra no existe”, entonces cuando se habla del fenómeno y de la violencia machista, se le está dando un lugar en el mundo, se está diciendo que existe.
Feminismo como prioridad política
-¿Cómo se podrían articular las luchas del movimiento feminista y todas las redes en contra de la violencia de género para generar cambios aprovechando el momento histórico que estamos viviendo?
–Si bien hay que guardar recelo con la institucionalidad y con la acción institucional, para que el movimiento no quede subsumido en ella, hay que empezar a tejer puentes, a exigirle que cumpla con su misión, que cumpla con su función y mucha organización y resistencia. Tenemos que organizarnos más, movilizarnos más, y al interior del movimiento, debemos dejar de atacarnos unas con otras y definitivamente el “feministómetro” es algo que ha boicoteado terriblemente el movimiento y entonces todo el tiempo hay gente con varas midiendo qué tan feminista es otra chica por cualquier circunstancia.
Yo sé lo difícil que es educar a los hombres, hay que seguir con la tarea con las mismas mujeres, y acompañarlas en su proceso de aprendizaje porque hay un montón de cosas que sólo se reconocen cuando se es feminista, entonces uno puede acompañar procesos de VBG y otras cosas, pero hasta que se interioriza el feminismo se da cuenta cualquier persona de un montón de cosas. Así mismo siempre será prioritario exigir en los espacios en los que estamos mayor participación y proyección de las mujeres en la política.
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