Cómo resolver las demandas sociales exigidas por los manifestantes y apoyadas por millones de ciudadanos
Óscar Dueñas
El gobierno evita la negociación después de apelar a la violencia. Habrá que buscar mecanismos que concreten las propuestas del Comité Nacional de Paro, de la minga indígena, de los jóvenes de primera línea y de los colectivos locales. Todos ellos se ganaron en franca lid el derecho a hacer propuestas, a que éstas sean agendadas y a participar en las decisiones. Tantos esfuerzos, ilusiones, actos heroicos no pueden quedar como una simple tempestad en seco.
¿Existen variantes institucionales que conjuguen la democracia participativa de quienes han luchado en las calles con la democracia representativa que tendrá como una de sus expresiones la elección de congresistas el año entrante?
Democracia participativa y democracia representativa
La democracia por excelencia es la participativa. También existe la representativa que se visualiza en los gobernantes. Después de lo acontecido en Perú salta a la vista que es factible una verdadera democracia representativa que imprima obligaciones serias al desempeño de los elegidos.
Uno de los elegidos, Pedro Castillo. Al mismo tiempo agricultor, maestro, sindicalista. La agricultura es uno de los más nobles oficios desde hace más de treinta mil años. La enseñanza es la base de la civilización, tan maestro fue Mozart enseñándoles partituras a los hijos de los ociosos nobles como Castillo enseñándoles a leer y escribir a los hijos de los esforzados indígenas.
Ante la avaricia y los atropellos de los capitalistas, los dirigentes sindicales crean el derecho colectivo del trabajo y lo defienden a capa y espada. El docente, el campesino, el sindicalista va a remplazar en la Presidencia de la República del Perú a personajes de las élites que aunque tienen postgrados en el exterior cuando han ocupado el gobierno se tornan expertos en asaltar al erario público y en acudir a la fuerza para defender sus privilegios.
Los antiguos y famosos magistrados Juan Francisco Mújica (marxista) y Antonio Rocha (liberal burgués) en salvamento de voto conjunto firmado el 25 de noviembre de 1935, precisaron: El gobernante no lo es porque pertenezca a una capa cualitativamente mejor, frente a una capa social inferior menos valiosa. Desde el momento que el poder emana del pueblo, el gobernante se diferencia a través del pueblo pero no frente al pueblo. Se supone que el gobernante lo es porque tiene la confianza del pueblo, pero no porque esté colocado sobre éste, porque la igualdad democrática descansa sobre la homogeneidad sustancial de los ciudadanos como tal.
Mecanismos de participación
En la Colombia de hoy algunos altos funcionarios “nombrados por Duque” podrán carecer de méritos, pero no les falta astucia para no desaparecer entre las grietas que deja el deshumanizado modelo neoliberal que hace agua por todos los costados. De manera que no hay que ilusionarse con soluciones de fondo dentro del actual gobierno. Entonces, ¿Qué hacer con los pliegos nacionales y locales que han movilizado a millones de personas?
Existen variados mecanismos de participación ciudadana.
Está por ejemplo el caso de la consulta popular. El exprocurador Carrillo la ha mencionado como posible solución. Según la Constitución, versará sobre temas generales propuestos por el gobierno, o sea normas programáticas, que lo lógico es que deberían surgir de lo que se acordara con el Comité del Paro, la minga y la primera línea, sin embargo, ello no ocurrirá sino que serían las preguntas que tengan la bendición de Uribe, política del Gato Pardo, cuando no eminentemente reaccionaria.
Entonces, ¿Quedaría frustrada la parte final del proceso de una hipotética consulta popular nacional, que es muy interesante porque el parlamento no se puede apartar de lo que señale el ciudadano y debe hacerlo en un corto plazo?
¿Qué hacer para que los ciudadanos le impongan al futuro parlamento una agenda legislativa, con tiempo definido para responder a lo exigido en el levantamiento masivo llevado a cabo en las diferentes regiones del país? Es decir, ¿Cómo lograr un compromiso ineludible de quienes aspiren al congreso?
Actores populares
Si algunos aspirantes dicen que están en contra de los reclamos surgidos de la movilización, bien sea porque pertenecen a la extrema derecha uribista o porque son de «centro» y no están de acuerdo con los «extremismos», entonces, el pueblo tiene la palabra y en vez de una consulta podría hacer uso de la iniciativa legislativa (artículos 10 y siguientes de la ley 134 de 1994).
En la mencionada iniciativa, podrán ser promotores, entre otros, las organizaciones cívicas, sindicales, gremiales, indígenas o comunales del orden nacional, los partidos o movimientos políticos. Se deberá constituir un comité que se inscribirá ante la Registraduría del Estado Civil. El Comité elegirá su vocero. El promotor requiere del respaldo inicial del cinco por mil de los ciudadanos inscritos en el censo electoral. La iniciativa normativa se incluirá en un formulario. La propuesta irá en forma de articulado.
Firmarán los ciudadanos que apoyen la iniciativa legislativa. Vendrá luego la recolección de apoyos que se presentarán debidamente diligenciados a la Registraduría quien certificará sobre el número total de respaldos y el cumplimiento de los requisitos. Se deberá contar, posteriormente, por lo menos, con el 5% del total de los ciudadanos inscritos en el censo electoral correspondiente.
Apoyo a una plataforma
El respaldo puede venir de ciudadanos provenientes de muchas vertientes sin que éstas pierdan su autonomía política o social. El común denominador es apoyar la iniciativa, no al promotor. Es un apoyo a una plataforma. Hecho lo anterior, se presentará el articulado ante el Congreso para su estudio y discusión para que lo propuesto sea aprobado, modificado o negado.
¿Cuáles son las ventajas de apoyar una idea fuerza al margen o paralelamente al apoyo a una lista de candidatos? (i) El proyecto tendrá manifestación de urgencia, es decir queda agendado en forma preferente, (ii) actuará el vocero aunque no sea parlamentario, podrá apelar si hay lugar a ello, (iii) si sobre el mismo tema ya hay trámite en curso la Corporación está obligada a indicar expresamente si su decisión concuerda o contradice la iniciativa de los ciudadanos, así como los motivos que tuvo para ello, (iv) no obstaculiza la independencia de los parlamentarios, aunque los convierte en objeto de control en lo referente a las iniciativas de los ciudadanos.
Lo de resaltar es que las propuestas vienen desde la base y no son imposiciones gubernamentales o de los candidatos o de los centros de pensamiento de la oligarquía.
En la segunda parte de este artículo analizaremos las posibles salidas a la conmoción social. ¿Asamblea Constituyente o Asamblea Legislativa?