Escándalo financiero: La caja de Pandora de Panamá

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Como en el sacrificio de Abraham, que lleva al hijo ante el altar de la muerte, el imperio sacrifica a Panamá, en beneficio de otros paraísos fiscales.

¿Por qué los medios internacionales corrieron a señalar a personajes como Putin, Messi, Almodóvar y no a grandes cacaos del capital transnacional? ¿La fuente oculta que suministró información durante más de un año es acaso George Soros?

Como en el sacrificio de Abraham, que lleva al hijo ante el altar de la muerte, el imperio sacrifica a Panamá, en beneficio de otros paraísos fiscales.
Como en el sacrificio de Abraham, que lleva al hijo ante el altar de la muerte, el imperio sacrifica a Panamá, en beneficio de otros paraísos fiscales.

Alberto Acevedo

La existencia de un dossier de documentos confidenciales, textos de correo electrónico y archivos de Internet, de la firma de abogados panameña Mossack Fonseca, que sumarían algo más de 11 millones y medio de textos, de los que no se conoce toda la dimensión de los negocios ocultos que manejan, ha sido presentada por los grandes medios de comunicación occidentales como “la filtración de documentos confidenciales más grande de la historia”.

Este escándalo se conoce seis años después de que los grandes medios transnacionales disfrutaron el apetitoso menú, suministrado por entregas y en diversas presentaciones gastronómicas de las filtraciones de Wikileaks, relacionadas con el descubrimiento de documentos del Departamento de Estado de los Estados Unidos y de sus embajadas en el mundo, hasta ese momento mantenidos bajo absoluta reserva.

La operación ahora conocida como “Los papeles de Panamá”, fue vinculada de inmediato a monumentales operaciones financieras con capitales non sanctos, relacionados con la política, los negocios, el deporte y el espectáculo, que llevaron a sus protagonistas a “ocultar riquezas” mediante el lavado de activos y la evasión de impuestos. Las mismas fuentes no vacilaron en calificar a Panamá como ‘paraíso fiscal’, señalamiento que no es, por cierto, la primera vez que se hace al país vecino.

Llama la atención que tanto en el caso de Wikileaks como en el de “Los papeles de Panamá”, los destinatarios de informaciones que se suponían ultrasecretas, hayan sido los grandes medios de información ligados al capital transnacional. En el caso de Wikileaks, los hechos revelados influyeron en la denominada “primavera árabe”, que llevó a la desestabilización de varios gobiernos en el Oriente Medio y a los ataques cibernéticos de Anonymous, defensores de Wikileaks.

Los filtradores

¿De dónde viene la filtración? Las versiones de prensa indican que proviene de una fuente anónima, que en forma voluntaria, continua y gratuita suministró información durante más de un año a un conocido medio de prensa alemán. Este medio, ante el apabullante alud de información recibida, la compartió con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés).

El ICIJ fue creado en 1997 por el Center for Public Integrity, organismo a su vez financiado por Rockefeller Brothers Fund, Rockefeller Family Fund, Open Society Foundations y Carnegie Corporation of New York, entre otras.

De estas fundaciones, que también aportan dinero de manera directa a la ICIJ, una de ellas está ligada a los poderosos intereses de George Soros, miembro activo del Council on Foreign Relations, CFR, la estructura más influyente en la política exterior norteamericana. Otra de esas sociedades, The Ford Foundation, es un organismo de fachada de la CIA norteamericana y de la Usaid.

Contra gobiernos incómodos

Soros por su parte, fue pieza clave en el derrumbe del bloque de países socialistas a finales de la década de los 80’ y artífice de la llamada “primavera árabe”, que le permitió a los Estados Unidos y a las potencias occidentales, librarse de gobiernos incómodos, que se interponían en sus planes expansionistas y de control del petróleo y de las riquezas del subsuelo en esos países.

A estas alturas del relato, el lector se preguntará: ¿Por qué se filtraron los ‘papeles de Panamá’ ahora y no antes, y qué tiene que ver con ello el relato anterior?

La existencia de semejante cantidad de documentos es cierta. Y el papel de Panamá como paraíso fiscal, también lo es. Lo que vale la pena indagar es qué se busca con el escándalo ahora.

Juegos desestabilizadores

El señalamiento que la prensa internacional hace de figuras como Putin, o personajes vinculados a los gobiernos de China, Rusia, Venezuela, Siria y otros, mostraría a Estados Unidos en una nueva ola de propaganda de desprestigio de “enemigos” suyos frente a los cuales desde hace rato le ha apostado a la carta de la desestabilización.

No es la primera vez que Panamá es señalado como paraíso fiscal. Al ser puesto en evidencia el escándalo de la firma Mossack Fonseca, Panamá es colocado como chivo expiatorio, forzando el traslado de grandes capitales a otros paraísos fiscales. Algunos analistas económicos han advertido, en los últimos meses, que Estados Unidos se ha convertido paulatinamente en paraíso fiscal, receptor de grandes fortunas, en tanto conocidas firmas inversoras hablan de las cajas fuertes norteamericanas como “la mejor opción”.

Así lo reconocen firmas como Rothschild & Co. que recomienda inversiones en Norteamérica, incluso a empresas que no están dispuestas a plegarse a las exigencias fiscales de la OCDE que pretende imponer a todos los países la Norma de Información Común, suscrita en 2014.

Paraísos funcionales a la crisis

Estados Unidos ha venido perdiendo estabilidad financiera y no le caerían mal esos capitales depositados en sus propios paraísos fiscales. En este sentido, Estados Unidos también compite con sus adversarios. Hace dos semanas, en la página económica de la edición 2829, VOZ mostraba un pobre crecimiento económico del 2.4 por ciento de los Estados Unidos, en tanto la inversión privada en ese país se movió en un -1.0 por ciento.

La existencia de los paraísos fiscales es consustancial al sistema capitalista. Son necesarios para lavar dineros producto del narcotráfico, la venta de armas, la trata de personas y numerosos negocios sucios. En la medida en que se impuso el modelo neoliberal de desarrollo, crecieron los paraísos fiscales, que hoy se estiman entere 60 y 90 en todo el mundo. Según el Fondo Monetario Internacional, el blanqueo de dinero es igual al 5 por ciento del PIB mundial y a la mitad de los flujos de capitales internacionales. Estas sumas fluctúan entre 600 mil millones de dólares y un trillón 500 mil millones de dólares sucios.

En Suiza, uno de los mayores paraísos fiscales, las cuentas secretas representan el 11 por ciento del valor agregado bruto del país, asegura el conocido analista Emir Sader. Este analista asegura que los paraísos fiscales “son verdaderos prostíbulos del capitalismo”.

En estas condiciones, un sofisticado manejo económico en favor de las grandes potencias, parece ser el verdadero trasfondo del escándalo presentado como los “Papeles de Panamá”. El señalamiento que la prensa hace de personalidades como Almodóvar, Mesi, Putin y otros, es apenas un sofisma de distracción. En el caso de Putin, ni siquiera aparece en los papeles hasta ahora conocidos.