Esclavitud moderna

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La trata de personas es un delito que consiste en el traslado al interior o fuera del país de una persona con fines de explotación de tipo sexual, laboral, mendicidad ajena, matrimonio servil, entre otros, sin importar el género, edad o lugar de origen de las posibles víctimas

Renata Cabrales
@renatarelata

Colombia es un país de origen de víctimas de la trata de personas, tanto hacia el interior como hacia el exterior, en modalidades como la explotación sexual, los trabajos forzados y el matrimonio servil.

Solo desde el 2001, la Organización Internacional para los Migrantes, OIM, en Colombia, implementa el Programa Integral de Lucha contra la Trata de Personas con el fin de luchar contra este delito, a través de estrategias de prevención, asistencia a las víctimas, el fortalecimiento institucional y la descentralización de las políticas públicas contra la trata de personas que lidera el Gobierno nacional en coordinación con los gobiernos departamentales. El programa cuenta con apoyo de organizaciones como la Unión Europa y Onumujer, entre otras.

Cada 30 de julio se conmemora el Día Internacional Contra la Trata de Personas.

La trata en Colombia

Colombia es uno de los países de América Latina con mayor número de casos de trata de personas después de Brasil, el cual constituye el negocio ilícito más rentable después del tráfico de armas y del tráfico de estupefaciantes, Adriana Ruiz Restrepo, abogada politóloga que trabaja el tema, en un entrevista con Blue Radio, afirma: “Hubo una época remota en que, el diferente, el extraño, lo que no era familiar y cercano, se veía también como si fuera negocio, entonces, no distinguían entre tratar ganado y tratar seres humanos. De hecho, muchas personas hablan de la “trata de blancas”, lo cual es espantoso, porque si el delito es la trata de blancas significa que lo autorizado era la trata de negras y de negros y así era en las películas, muestran la trata negrera, uno de los episodios más dramáticos de nuestra historia como civilización”.

Por su parte,  Claudia Quintero, una de las mujeres más reconocidas en Colombia  en cuanto a trabajo contra la trata de personas, y quien  dirige además, la Corporación Ana Frank, en conversación con VOZ, advierte que: “La Corporación Ana Frank es una iniciativa de un grupo de mujeres lideresas, muchas, sobrevivientes de diferentes violencias y del conflicto armado que nos unimos para empezar a empoderarnos y a defender nuestros derechos en épocas más duras del conflicto en Colombia, por allá en el año 2006.  Creamos esta corporación con aliados internacionales y con un grupo de personas que quiso irse sumando por esta causa. Somos una fundación, un movimiento de mujeres en todo el país, incluso, hay muchas mujeres en los territorios, cada una trabajando para visibilizar no solo este flagelo sino todas las violencias basadas en género”.

Trata y esclavitud

Dentro de todas las violencias de género están aquellas que se dan por el hecho de ser mujer, entendiendo que hay históricamente una desigualdad entre hombres y mujeres, y una de las peores violencias de este tipo es la trata de personas, que es nada más y nada menos que la esclavitud de una persona. En pleno siglo 21 hay esclavitud.

Según Claudia Quintero: “Hay unos factores de riesgo con las mujeres indígenas, las mujeres que vienen de las zonas rurales, que son víctimas de esa trata de personas. La trata de personas es muy difícil de detectar, porque muchas veces, la víctima no sabe que es víctima, de hecho, en Colombia la trata con fines de explotación sexual se considera un trabajo, la gente se esclaviza porque necesita un trabajo. La trata de personas no se sabe ni qué es, entonces, empecemos por decir que es la captación y la acogida de una persona con fines de explotación, no tiene que ser necesariamente una movilidad trasnacional, no solo los migrantes son víctimas de trata.

En cuanto al consentimiento, la lideresa activista afirma: “Empezamos a ver que en estos casos ni siquiera importa el consentimiento, las víctimas entregan su consentimiento, por eso es que la gente dice cosas como “ah, pero es que les gusta”, y no, uno no puede consentir su propia esclavitud, como ser humano. Una persona puede tener muchas necesidades, puede tener a sus hijos aguantando hambre, pero nadie tiene derecho a esclavizarla y por 5 o 10 mil pesos por un día de trabajo. Eso es esclavización.

Vacíos jurídicos

La activista afirma que en Colombia es necesario un estatuto antiesclavitud. En Colombia no está tipificada la trata con fines de explotación laboral, simplemente hablamos de trabajos forzados, si a la persona no se le amarra, no se considera trata. “Hay que dar mucho la discusión en cuanto a la explotación sexual y hay muchos vacíos en la ley 985 de 2005 que es nuestra Ley de Trata, la cual no está reglamentada en su totalidad y no tenemos rutas claras”.

Asimismo, continúa: “Yo he venido poniendo en la agenda de la organización el tema del estatuto, y no ha sido fácil, porque he padecido amenazas, insultos, persecuciones, porque hay una zona de confort en la compra de sexo, en la compra de cuerpos humanos y en la explotación de los trabajos. Entonces, hasta lo justifican y lo naturalizan. Naturalizamos los niños pidiendo limosnas, las mujeres en la explotación sexual y no creemos incluso, que hay 300 mil personas en condición de trata en Colombia, yo recorro el país desde la Guajira y es increíble ver cómo se venden todavía las niñas en Colombia”.

Los casos detectados

Hay dos tipos de trata de personas: una enmarcada en el conflicto, pues el conflicto no se ha resuelto sino que han empezado otros conflictos, entonces, donde hay zona de narcotráfico hay trata. Por otra parte, “en zonas de extractivismo hay mucha plata y hay muchos hombres, entonces se necesita suplir ese mercado de satisfacción sexual de los hombres, pero también se necesita mano de obra barata, así que hay explotación de varones, también de hombres adultos. Tenemos lo que es la trata doméstica y en la zona turística hay un mercado sexual de los extranjeros que vienen a Colombia en búsqueda de niños y niñas para la explotación sexual. Eso pasa en Popoyán, por ejemplo, en plena Semana Santa”, afirma Quintero.

Mujeres: las más afectadas

Las mujeres constituyen el 80% de las víctimas de la trata de personas en Colombia. En los últimos tres años, hubo un promedio anual de 225 denuncias por este delito, según la ONU.

Según cifras de la Fiscalía General de la Nación, el promedio de denuncias en Colombia por trata, en los últimos tres años, ha sido de 225 casos cada año, de los cuales al menos el 50% tiene como víctimas a mujeres adultas y 23%, a niñas.

Según un informe de la ONU contra la Droga y el Delito, a nivel mundial, el 49% de las víctimas de trata son mujeres, el 23% son niñas, el 21% son hombres y el 7 por ciento son niños.