Un día de protestas y años de espera fueron necesarios para que los sindicatos de estos trabajadores lograran un espacio de convergencia y fueran escuchados, para mejorar sus condiciones laborales
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino
Afectaciones sicológicas y suicidios, son fenómenos presentados en varios escoltas en diferentes partes del territorio nacional, producto de las extensas jornadas laborales, la falta de descansos, que a su vez, causan el alejamiento de sus núcleos familiares y conflictos con sus parejas, entre otras consecuencias de tener que estar lejos de casa por meses.
“En Santander, hubo un accidente donde un compañero cayó a un abismo, murió un policía, ya que era un esquema mixto. Al parecer fue porque estaban en un vehículo que no era el que debía tener el esquema, por las condiciones del terreno. Él quedó con los brazos inmóviles, y desde hace seis años ha estado peleando con el Estado y la ARL, por su pensión. Es un problema que tiene que ver con la tercerización porque se acaban los contratos o se acaban las empresas y se desentienden de los escoltas”, explicó a VOZ, John Monsalve, presidente del sindicato de escoltas Sintrasecol.
Estas y otras irregularidades, producto de las formas de contratación y la falta de personal, generaron protestas de escoltas la semana pasada, frente a edificios estatales en ciudades como Ibagué, Bogotá, Valledupar, Riohacha, Santa Marta, Barranquilla, Cartagena, Bucaramanga, Barrancabermeja, Florencia, Medellín, Pasto, Cali y Apartadó.
Cientos de trabajadores de la seguridad, afiliados a organizaciones como Sintrasecol, Asep, SintraUNP, Memoria Viva, Analtraseg, Sinproseg, Sinescol y Unsitraseg, convergieron, y como un hecho histórico del movimiento sindical de en este sector en Colombia, crearon la mesa intersindical de la seguridad, con más de 3.500 afiliados, correspondientes a todas las organizaciones.
Irregularidades
Discriminación, es el término que utilizan estos servidores para referirse a su situación, evidente en hechos como: “A nuestros compañeros relevantes, quienes hacen las mismas funciones nuestras cuando salimos a descanso, no les reconocen las horas extras o el trabajo suplementario. Se pide esa nivelación”, dice el presidente de Sintrasecol.
Asimismo, entre su problemática está el aspecto de los viáticos o garantías de desplazamiento que le adeudan a muchos, lo que les descompensa sus salarios, ya que en la temporada decembrina tuvieron varios días de esos.
Entre los temas tratados con la dirección de la Unidad Nacional de Protección, UNP, quien se vio obligada a escucharlos, está el desmonte de la tercerización, del cual hubo un acuerdo hace dos años cuando se dijo que 550 de ellos serían formalizados, sin que hasta el momento se haya cumplido. “Eso también genera dificultades, porque no hay el personal necesario para el cumplimiento de funciones operativas como administrativas. También están los que vienen del DAS, a quienes los tienen laborando largas jornadas sin que les reconozcan pagos suplementarios ni descansan bien”, comenta el dirigente sindical.
En comunicación de las organizaciones participantes en la mesa, estas explicaron sobre este tema: “La Unidad manifiesta asumir el compromiso de presentar el proyecto de desmonte de la tercerización laboral, en 550 hombres y mujeres escoltas, acordado con las organizaciones sindicales Asep y Sintraunp que hacen parte de la mesa intersindical y manifiesta que el consejo directivo de la UNP está de acuerdo, creando mesas de trabajo para materializar dicho acuerdo, el cual queda en cabeza del subdirector de talento humano para adelantar las gestiones correspondientes”.
Otro de los asuntos tratados fue la calificación de “alto riesgo” de esta profesión, reconocida por la UNP, pero a su vez manifestó que es de resorte del legislativo definir ese tema. Por lo tanto, invitó a las organizaciones a trabajar mancomunadamente en la presentación del proyecto de ley, con el apoyo político que debe tener el mismo y que la dirección de la UNP se compromete a dar el concepto favorable.
Nueva convocatoria
Por otra parte, la UNP emitió una licitación para 4.800 hombres y mujeres de protección y 486 relevantes, con el objetivo de que empresas privadas suministren este personal. Esto generó otra contradicción con los trabajadores en cuanto a la relación del número de escoltas y sus remplazos. Para los sindicatos, debe haber uno por cada seis, para que puedan hacerse los cuatro días de descanso por mes, y para la UNP, uno por cada 10. “Hemos dicho al Ministerio del Trabajo que eso es un riesgo que ha traído perjuicios para el descanso de los escoltas y que también es un riesgo psicosocial. Hay trabajadores que pasan hasta mes y medio o dos meses sin poder descansar o estar con sus familias. La estructura salarial no permite que los fijos descansen un domingo, porque al relevante no le pagan dominicales ni festivos”, expresa John Monsalve.
Los sindicatos también pusieron a consideración de la mesa de negociación temas como el pago de viáticos por adelantado para evitar los tres meses de demora que se presentan actualmente, por ejemplo; una nivelación salarial; la posibilidad de que las empresas presenten armas modelo 2010, a lo que los escoltas dijeron que no, que debían ser 2012; la edad de contratación y su tiempo de trabajo, que sea más de 55 años y no como se propone desde la UNP.
Compromisos
En el intercambio de opiniones con el director de esta entidad, se evidenció que esta está sin recursos. Para terminar el funcionamiento en el presente año le faltan 270 mil millones de pesos, que tratarán de conseguirse en el segundo semestre.
“Actualmente, hay 4.856 escoltas tercerizados y adicional se contratarán 486 para relevarlos, lo que daría un número de 5.342 contratados de esta manera, lo que nos parece una cifra absurda. Y los de planta de la subdirección especializada, dicen que debe haber 1.200 hombres, de libre remoción y nombramiento, lo que no genera ninguna estabilidad. De planta son apenas unos 200 escoltas en todo el país”, anota John Monsalve.
Estos trabajadores también han sido testigos de denuncias de mal funcionamiento de la UNP, como que a los territorios alejados del centro del país no envían los vehículos en buen estado, ni los convencionales ni blindados, para la protección de líderes sociales.
“Muchos ni siquiera tienen vehículo, el escolta anda a pie o en moto, sin garantías, tiene que asumir de su dinero el transporte en lancha, por ejemplo, dependiendo el territorio. Desde Bogotá se dedican a entregar el esquema así no más, no analizan las complejidades de cada región, de cada caso, y eso afecta la calidad del trabajo”, concluye el Presidente de Sintrasecol, con la esperanza de que los nuevos niveles de organización y unidad, permitan continuar exigiendo condiciones dignas en el desempeño de sus labores.