Escuela María Cano: hacia una política de distribución igualitaria, inclusiva y de clase

0
34126
Mujeres participantes de la escuela Maria Cano. Foto Orseny Montañéz.

La Escuela Nacional Sindical y Política de Mujeres y Géneros, María Cano, liderada por la Asociación Nacional de Mujeres Colombianas, Asonam-C, se llevó a cabo a finales de octubre, en el marco de la convulsión social que hay, no solo en Colombia, sino en diferentes países de América Latina

Renata Cabrales
@renatarelata

La escuela María Cano estuvo dirigida a las mujeres vinculadas a sindicatos, trabajadoras con salarios remunerados y no remunerados, a las mujeres en economía informal, independientes, indígenas, afrodescendientes, campesinas, empleadas oficiales, diversas sexuales y todas aquellas que desean y requieren una amplia formación sindical, económica,  política, clasista y feminista con perspectiva de géneros.

Es por eso que el objetivo general de la escuela es promover la educación de las mujeres a nivel sindical, político e ideológico, en la lucha por trabajos dignos hacia la consolidación de un gran movimiento en defensa del trabajo y del sindicalismo de clase, con justicia social y de géneros.

De este modo, la orientación específica es el trabajo en relación educativa, con el conjunto de las mujeres trabajadoras, campesinas, urbanas y diversas, en la búsqueda de la equidad con justicia de géneros, de liderazgos colectivos, en la defensa del trabajo remunerado y no remunerado en la construcción de la paz con justicia económica y de géneros.

Temática

En la escuela se discutieron temas como: la historia de las mujeres y sus aportes al sindicalismo, al trabajo y resistencias contra el modelo capitalista y el orden patriarcal. La lucha de las mujeres y las luchas feministas por el sufragio y su incorporación a la vida civil y política. También se amplió el conocimiento sobre el sistema patriarcal y el porqué de la violencia contra las mujeres en el trabajo; los desafíos y debates en los diferentes feminismos: socialista, materialista, liberal, comunitario, decolonial, radical, interseccional; y el fortalecimiento del proyecto histórico socialista de estas en la lucha por el trabajo digno en el magisterio.

Se planteó también el debate sobre la reincorporación a la vida civil de las mujeres exguerrilleras, quienes han padecido el incumplimiento del Acuerdo, por parte del Estado y, por su propia cuenta, han llevado a cabo proyectos autofinanciados con el fin de demostrar a la población en general, su disposición de contribuir con la construcción de una paz con justicia social.

La crisis del capitalismo y el feminismo de clase

El asunto central de la escuela giró en torno a la crisis del capitalismo, del modelo neoliberal, el avance y relanzamiento del feminismo de clase y la importancia de la reproducción de la fuerza de trabajo para la humanidad. Todo esto dirigido hacia una política de los cuidados y de los vínculos políticos.

Esta discusión sobre la crisis del capitalismo estuvo dirigida por la doctora en filosofía y ciencias políticas, Adriana Vanegas, quien presentó cinco puntos de reflexión sobre la crisis del capitalismo, del neoliberalismo y la feminización de la pobreza, alrededor de las luchas de las mujeres.

Según Vanegas, para las mujeres, “la crisis se expresa de manera multidimensional, en todas las esferas de lo social, lo económico y lo político. Y no solo es económica, también es financiera, medioambiental, política y social. Así pues, es necesario entender el concepto de capitalismo y sus contradicciones alrededor de toda la cuestión de la filosofía social, la teoría política y las experiencias y prácticas políticas de las mujeres trabajadoras”.

En este punto, vale la pena recordar que el capitalismo siempre tiene la tendencia constante a la crisis, debido a las características fundamentales que este posee, a saber que: es un orden social institucionalizado, es una secuencia de regímenes de acumulación, es la llamada ley de valor de Carlos Marx, es la propiedad sobre los medios de producción y la división de clase entre propietarios y productores, es la institución de un mercado laboral libre. Asimismo, consiste en la dinámica de la acumulación de capital basada en una orientación hacia la expansión del capital y a la obtención de beneficios en lugar de la satisfacción de las necesidades, y por esta razón lo que el trabajador y la trabajadora, remunerada o no, tiene que vender es su fuerza de trabajo. En este sentido, la libertad depende de la vulnerabilidad de los trabajos y el capital se vuelve sujeto en autoperpetuación en la búsqueda de beneficio.

De la producción a la reproducción social

Las feministas socialistas han teorizado sobre la producción y los servicios básicos a la reproducción social y se enfocan en la provisión, asistencia e interacción que las mujeres producen y que mantienen los vínculos sociales. Esto se conoce como cuidado, trabajo afectivo y subjetivación; actividad que sostiene a los sujetos del capitalismo y forma su sustancia ética, sus costumbres y hábitos. Consiste también en el trabajo de socialización de los y las jóvenes y en la construcción de comunidades, disposiciones afectivas y horizontes de valor compartido. Es aquí, entonces, donde se asienta la cooperación social y la mayor parte de esta actividad tiene lugar fuera del mercado, la familia y el barrio. A propósito de estos aportes, llaman la atención las tesis de estudiosas de la economía de las mujeres, como sucede con el trabajo de la economista feminista, especialista en estudios de economía y género relacionados con el desarrollo y con la globalización, quien se encuentra vinculada a la Universidad de Cornell (Ithaca, Nova York); Lourdes Beneria, quien afirma:

“Las mujeres quieren un mundo en que la inequidad basada en el género, la clase, la casta o la pertenencia a una etnia desaparezcan de los países y de las relaciones entre ellos. Quieren un mundo en que las satisfacción de las necesidades básicas se conviertan en derechos básicos y donde se eliminen la pobreza y todas las formas de violencia; donde el trabajo no remunerado de las mujeres para alimentar , cuidar y tejer la trama que sostiene a la comunidad se valore y sea compartido de manera igualitaria por los hombres; donde cada persona tenga la oportunidad de desarrollar su pleno potencial y su plena creatividad, donde el progreso de las mujeres se reconozca como el progreso de todos los seres humanos.”

Consejos para el futuro

Según las mujeres participantes de la escuela María Cano, en el futuro será posible la formación de un bloque histórico contrahegemónico al capitalismo, si decidimos:

Pensar un proyecto progresista, incluyendo a todas las clases en la lucha y asimismo, al movimiento de mujeres.

Alejar a las feministas y a los subordinados y subalternos del feminismo liberal.

Ponerle fin a la economía neoliberal y propender por una política de distribución igualitaria y una política de reconocimiento inclusiva y sensible de clase. Es así como se puede construir un bloque contrahegemónico que saque al país y al pueblo latinoamericano de la crisis actual.