Esos viejos, que ya casi nadie quiere

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Para el año 2050, la población de ancianos en el mundo se triplicara con relación a 2015, de acuerdo con una proyección de la Organización Mundial de la Salud. Esos ancianos, en la mayoría de los países, viven en condiciones de pobreza y abandono

Alberto Acevedo

Con la intención de examinar una agenda en torno al “derecho de las personas mayores en el mundo”, en el Centro de Convenciones Cojimar, de La Habana, se realizará, entre el 3 y el 6 de abril, un coloquio internacional, con  participación de una amplia gama de organizaciones, oficiales y no gubernamentales, especializadas en temas de geriatría y gerontología.

La agenda incluye una mesa redonda sobre “situación de las personas mayores en Cuba y en el mundo”, bajo el lema de construir una sociedad para todas las edades. Se realizará una serie de talleres sobre desprotección, abandono, maltratos, la afectividad y la sexualidad de los adultos mayores, la lucha contra la soledad en los adultos mayores, entre otros aspectos.

La ceremonia inaugural estará presidida por el ministro de Salud del país anfitrión, Roberto Morales Ojeda, y el presidente de la Federación Internacional de Asociaciones de Personas Mayores, FIAPA, Alain Kostas, organización con sede en Paris. El evento cuenta con el apoyo de la Sociedad Cubana de Gerontología y Geriatría, la Sociedad Cubana de Psicología y Cubatur. En Colombia, con el apoyo de la Asociación Red Colombiana de Envejecimiento Activo y Digno, y otras entidades.

Crecimiento acelerado

El tema de la protección a los adultos mayores despierta cada día mayor interés entre gobiernos y entidades civiles. De acuerdo a cifras de la Organización Mundial de la Salud, OMS, hoy por primera vez en la historia, la mayoría de las personas pueden esperar vivir hasta los 70 años o más. La OMS estima que entre los años 2000 y 2050 se duplicará la población de ancianos mayores de 60 años, pasando del 11 al 22 por ciento de la población del planeta. En cifras redondas, esa población pasará de 605 millones, a dos mil millones, en el transcurso de medio siglo. En el mismo lapso, la población mayor de 80 años se incrementará en casi cuatro veces, hasta alcanzar los 395 millones de habitantes.

En relación al continente latinoamericano, Colombia se destaca por tener la más alta relación entre envejecimiento y pobreza. Los adultos mayores en Colombia son los más pobres del continente, de acuerdo a un estudio realizado hace dos años por Fedesarrollo y la OCDE.

La investigación asegura que en el país hay 5.2 millones de adultos mayores, cifra que podría estar ligeramente incrementada para el momento, y la proyección es que para 2050 sean 14 millones, el triple de la población actual, algo así como el 23 por ciento de los habitantes del país.

Menor tasa de fecundidad

Mientras la población total del país tiende a duplicarse para el 2050, la que está entre los 60 y los 70 años tiende a multiplicarse por seis, y los mayores de 80 o más, lo hacen en 17 veces. Esto se explica en el hecho de que la tasa de fecundidad ha disminuido y la expectativa de vida creció en forma considerable, de acuerdo a los investigadores de Fedesarrollo.

En otro estudio anterior al citado, coordinado por José Luis Diago Franco, de la División de Patologías Crónicas del Ministerio de Salud, el gobierno reconoce una ausencia de políticas sociales y planes de salud en favor de las personas mayores, lo que ha imposibilitado el diseño de programas que garanticen la atención integral del anciano.

Según cifras del ministerio de Salud en esa época, el 87 por ciento de los ancianos en Colombia carece de seguridad social. El 41 por ciento vive en condiciones de miseria, algunos de ellos en la indigencia, especialmente en áreas marginales de las principales ciudades.

El 42 por ciento de los ancianos no tiene ningún tipo de ingresos; el 39 por ciento ejerce oficios domésticos en hogares, el 35.5 por ciento es analfabeta y el 11 por ciento vive en tugurios.

Apenas el 30.8 por ciento de los ancianos tiene un trabajo remunerado y solo el 8.7 por ciento de ellos disfruta de una pensión de retiro o de vejez. Llama la atención el hecho de que, producto del desplazamiento a causa del conflicto armado, o la emigración natural por razones económicas o de sobrevivencia, el 70 por ciento de los ancianos del país vive en áreas urbanas, y de éstos el 54 por ciento reside en Bogotá.

Extraños en su patria

Debido a esta situación general de desprotección, si no son habitantes de calle, muchos ancianos, en situación de invalidez, violencia o maltrato, son internados en ‘centros de bienestar’, donde mueren, abandonados por sus familias, o porque sencillamente ya no tienen familiares vivos.

Pero en la generalidad de los casos, también esos centros de atención resultan un infierno. De los ancianatos de Bogotá, el 63.6 por ciento no tenía licencia de funcionamiento al momento del estudio. El mismo, porcentaje no tenía instalaciones propias, vivían en arriendo, trasteándose a cada rato con su herencia de viejos y de trastos.

De 55 centros de acopio de adultos mayores en Bogotá, la mitad no tenía personal calificado en atención geriátrica; 30 de ellos permanecían en malas condiciones higiénicas, 28 de ellos suministraban alimentación inapropiada y 24 presentaban malos manejos en la preparación de alimentos, hechos que, sumados, constituyen una forma de maltrato al anciano.

Ese maltrato, reconoce la Superintendencia de Salud, es un fenómeno generalizado, y no conoce límites culturales, ideológicos, sociales o geográficos. En estas condiciones, el anciano resulta un extraño en su propio país, al que nadie, o casi nadie, acoge con respeto y cariño.

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Envejecimiento en Cuba

De acuerdo con cifras de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, y de la Comisión Económica para América Latina, Cepal, ambas de 2009, Cuba encabeza los procesos de envejecimiento en América Latina. Los servicios sociales, el bienestar general y el aumento de las expectativas de vida, creadas a partir del triunfo de la Revolución Socialista, contribuyen al bienestar de los adultos mayores en la isla de Martí y de Fidel.

Pero cuando los especialistas abordan este problema en la mayor de las Antillas, se refieren también al hecho de que el tema del envejecimiento ha tomado por sorpresa a las autoridades cubanas y aluden al asunto como una “revolución silenciosa”. En Cuba no es que falten medidas de protección y bienestar para los ancianos.

El problema allí, es que no hay el número suficiente de personas que asuman el cuidado de los ancianos. En los últimos años, los cuidados del adulto mayor siguieron anclados en la familia, especialmente en manos de las mujeres. Pero la mujer cambió su rol de cuidadora y ha venido vinculándose de una manera más protagónica a los procesos de producción y dirección del Estado.

En estas condiciones, hace falta un impulso mayor por parte del Estado, a programas de asistencia (cuidadores) a las nuevas generaciones de ancianos. En 1985, los adultos mayores en Cuba eran el 11.3 por ciento de la población. En 2015 eran ya el 19.4 por ciento, de acuerdo a cifras de la Oficina Nacional de Estadística e Información, ONEI. En los próximos 30 años, el envejecimiento en Cuba se habrá incrementado en 8.1 puntos porcentuales, estima el ente oficial.