Una exigencia que en México habían hecho antes organizaciones sociales, partidos políticos de izquierda, sectores académicos y pueblos originarios
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, desató una polémica política en España, desde que el pasado 26 de marzo confirmó el envío de una carta al rey Felipe VI de España y al Vaticano, para que pidan perdón “por las violaciones de los que ahora se conocen como derechos humanos”, cometidas durante el periodo histórico conocido como la conquista de América.
La carta se filtró y provocó desproporcionadas salidas de tono de prácticamente todos los partidos políticos de la península ibérica, especialmente los de derecha, que emularon en descalificaciones e improperios contra el mandatario latinoamericano, al calificar como extemporáneas sus pretensiones.
En su carta, López Obrador propone iniciar un proceso de reconciliación, en momentos en que se acerca el año 2021, cuando se cumplen 500 años de la batalla de Tenochtitlán, que representó la caída de México a manos de las tropas de Hernán Cortés, enviado del imperio español para conquistar las tierras aztecas.
Hay heridas abiertas
“Se debe reconocer también lo que significó el saqueo colonial de nuestros recursos naturales. No es propósito resucitar estos diferendos, sino ponerlos al descubierto, no mantenerlos en el subsuelo como algo subterráneo, porque todavía, aunque se niegue, hay heridas abiertas, y es necesarios cerrarlas”, dijo el mandatario mexicano. López Obrador reivindica la soberanía mexicana sobre sus territorios y sus recursos naturales, posición que mantiene también en relación a los demás pueblos latinoamericanos, como lo ha expresado recientemente en relación a la crisis venezolana.
La demanda a España para que pida perdón por los crímenes de sus tropas durante la Conquista es una exigencia que en México habían hecho antes organizaciones sociales, partidos políticos de izquierda, sectores académicos y pueblos originarios. Anteriormente, en 2015, desde Bolivia, la Primera Cumbre Planetaria de Descolonización, había exigido a la Corona española perdón como reconocimiento al menos del daño causado a los pueblos originarios de América Latina.
Deuda histórica
España, dijo la cumbre, tiene una deuda histórica con los pueblos latinoamericanos. Primero llegó con sus ejércitos, hoy llega con sus empresas. Debe pedir perdón a los pueblos originarios que luchan por reconstruir su identidad, recuperar su cultura, dejar de ser pisoteados. Por lo demás, es la primera vez que un presidente mexicano asume en sus manos exigencias semejantes.
La carta ha coincidido con una campaña electoral en España que algunos caracterizan por su superficialidad en el discurso político y falta de rigurosidad programática. La virulencia con que la clase política respondió a las peticiones de López Obrador, ocultan, de cierta manera, esta situación.
Se han conocido elogios a la “gesta civilizadora”, omitiendo crímenes que hoy serían catalogados como de “lesa humanidad”. Pues no se trató solamente de un genocidio, sino la destrucción de la cultura aborigen, sus formas de vida, creencias, tradiciones, y sobre todo, el saqueo de sus riquezas.