Espartaco, pionero de la caricatura revolucionaria

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VOZ de la Democracia N°66 - Febrero 18 de 1960.

Manuel Parra Pardo puso su obra al servicio de la causa de los humildes con su implacable crítica a la oligarquía y el imperialismo. Fue el primer dibujante del periódico y uno de los pioneros del género, pero tanto su historia como su obra, es casi que anónima. En la edición 3000, el semanario VOZ lo recuerda como un imprescindible

Óscar Sotelo Ortiz
@oscarsopos

El domingo 20 de enero de 1963, un grupo considerable de personas se aprestan en el Cementerio Central de la ciudad de Bogotá en un ritual extraño para la época. La ausencia de la curia católica se suplía con un solemne discurso de Manlio Lafont y una frase que retumbó la necrópolis citadina: “¡Camarada, seguiremos tu ejemplo!”.

Una muchedumbre de gente humilde despedía en un anónimo acontecimiento al primer caricaturista del periódico VOZ de la Democracia, órgano de difusión del Partido Comunista de Colombia y referente periodístico en contra del gobernante pacto de élites conocido como Frente Nacional. La tierra le era leve al artista Manuel Parra Pardo, Espartaco.

Caricatura y política

La caricatura, como género artístico, tiene en su ADN una triple particularidad: refleja la realidad, divierte y al mismo tiempo comunica. Retrata un hecho de manera exagerada construyendo un filo crítico desde el humor que contribuye al cuestionamiento de lo existente.

Cómplice de lo nuevo en la batalla contra lo viejo, el humor gráfico ofrece alternativas, hundiendo dogmatismos, acechando las inconsistencias del autoritarismo. En su permanente búsqueda por renovarse, toma la opción de la vida y la alegría contra el poder y la manipulación.

Desde sus comienzos ha sido considerada como peligrosa. Los trabajos pioneros del francés Honoré Daumier, que con sus obras de sátira política criticaban el absolutismo europeo del siglo XIX, condenaron a la caricatura a tener que desenvolverse con múltiples enemigos que buscan silenciarla persistentemente.

En Colombia la caricatura se remonta a los pasquines opositores a la Colonia. Sin embargo, su emergencia y posicionamiento se desarrolla a lo largo del siglo XIX en el marco de las ignominiosas guerras civiles e implementándose en la naciente prensa, donde fue usada en las pugnas políticas partidistas para ensalzar odios.

Los trabajos precursores de Alberto Urdaneta en el periódico El Mochuelo, Alfredo Greñas en el periódico El Zancudo en el periodo de la Regeneración (1886-1903) o Ricardo Rendón en la primera mitad del siglo XX, son una muestra de cómo en momentos de regresión política el oficio de la caricatura se expandió sofisticando su calidad artística.

Censura

Es famoso el Decreto 3.000 de la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla (1953-1957) que estableció el instrumento más represivo en contra del humor gráfico, pues instauraba que “las personas que por cualquier medio redacten, editen, auxilien o difundan escritos o publicaciones clandestinas en las que se haga burla o irrespeten las autoridades legítimamente constituidas (…) serán sancionadas con relegación colonia penal hasta por dos años”.

Este fuerte contexto de censura a la libertad de prensa y al humor gráfico, no solo fue el detonante del nacimiento de VOZ de la Democracia, sino que dio vida al artista que plasmaría con sus vigorosos trazos el sentimiento popular de cambio al régimen de explotación y dominación, aún vigente en Colombia. La censura daría vida al pionero de la caricatura revolucionaria: Espartaco.

Artista proletario

Espartaco nació en el seno de una familia humilde un 29 de julio de 1929 en Bogotá y falleció el 18 de enero de 1963 a los 34 años de edad. Estudió artes plásticas en la Escuela Nacional de Bellas Artes, academia que por aquel entonces era dirigida por el maestro Alejandro Obregón. Duró apenas dos semestres hasta que fue suspendido por defender la autonomía del consejo estudiantil que protestaba por la expulsión de tres estudiantes. Después fue expulsado.

Durante cuatro meses vivió en San Andrés y Providencia, tiempo en el que elaboró cerca de 200 dibujos sobre la vida isleña de la gente más humilde. A su regreso, exhibió su obra al público en la galería El Callejón, se acercó a la escultura y perfeccionó la técnica del tallaje de madera. En un arrebato de su vida bohemia, viajó intempestivamente a México por dos meses y volvió sin nada.

La última caricatura de Espartaco publicada. Es una vibrante protesta contra el «plan de hambre» del gobierno de Guillermo León Valencia. Transcurrían los últimos días de 1962 con presiones económicas del Fondo Monteario Internacional.

Luego de un paso fugaz por una agencia de publicidad, se embarcó en el puerto de Buenaventura como polizón y viajó a Europa en búsqueda de Paris, Francia, para afinar su pintura. Se estancó por un mes en la ciudad de Génova, Italia, y regreso a Colombia deportado por las autoridades del viejo continente.

Desde 1958 se incorporó activamente a la redacción de VOZ de la Democracia, colaborando hasta el día de su muerte. Trabajador infatigable, se consolidó rápidamente como joven maestro del arte revolucionario. Sus trazos se convirtieron en la permanente propuesta gráfica en las páginas del naciente semanario, cuya línea editorial era férrea opositora al Frente Nacional y su política en contra de los trabajadores.

Espartaco fue un rebelde que entendió que su talento artístico tenía que ponerse al servicio de las luchas populares. Su destino sería el de un combatiente revolucionario que exploraba en el género de la caricatura un poderoso medio de expresión. Al llegar a VOZ de la Democracia, encontró una casa editorial y un partido proletario acordé a sus ideas políticas.

Su estilo, que es difícil de ubicar como estrictamente caricatura clásica, se acercaba más al dibujo político y al afiche de la propaganda soviética lo cual le permitió tener un acercamiento con el pueblo mismo. Sus dibujos fueron replicados en varios de los periódicos comunistas en el extranjero, como en cualquier vereda recóndita de la geografía nacional en actos de inconformidad.

Ideológicamente su obra estaba enfocada en la construcción de una cultura contestataria que necesariamente debía romper con las dinámicas imperialistas, coloniales y feudales. Mientras su sátira política se orientaba a la crítica demoledora de las élites oligárquicas del Frente Nacional, tras bambalinas, dibujaba el camino de la liberación con un transgresor arte pictórico de lo popular.

La herencia

Su última caricatura, en la edición 202 de VOZ de la Democracia, fue una vibrante protesta contra el “plan de hambre” del gobierno de Guillermo León Valencia. Su mensaje: un llamado a las mayorías para liquidar la base económica y social del régimen de acumulación capitalista.

“¡Sigamos su ejemplo!”, tituló VOZ de la Democracia en su edición 210 el 24 de enero de 1963. Bajo esa consigna, VOZ se consolidó como escuela de caricatura: Castañeda, Oramas, Camila, Juan Pueblo, Duarte y Calarcá, artistas más recordados en la historia del semanario.

Espartaco sigue en el anonimato. Es momento de recuperar la herencia enorme de un artista comprometido que puso su inteligencia al servicio de la más noble causa de la historia: la liberación de la gente humilde, de la muchedumbre común y corriente.

Bibliografía 

Lafont, Manlio (1966); Manuel Parra pardo: Espartaco; Ediciones Suramérica, Bogotá D.E.

«Salvemos la tierra» (1989); III Festival Internacional del humor gráfico; Instituto Distrital de Cultura y Turismo; Bogotá D.E.

Díaz Vásquez, Angélica (2015); Caricatura en Colombia: entre la intolerancia y la resistencia; En portal web Razón Pública; URL: https://www.razonpublica.com/index.php/cultura/8182-caricatura-en-colombia-entre-la-intolerancia-y-la-resistencia 

Selección de caricaturas de Espartaco

Una de las más mordaces producciones de Espartaco. Las tonalidades de la voz grave de Lleras Camargo, su elegancia en el manejo del idioma, su habilidad para hacer esguinces a los principales problemas del país, lo convertían – en sus alocuciones radiales – en una especie de «encantandor de serpientes». Así quedó retratado el señor Lleras por el talento del artista. (VOZ de la Democracia N° 28 – Mayo 9 de 1959).
Dibujo de permanente vigencia. Solamente la alianza de los obreros y campesinos, cortará las alas de todos los «pájaros», cualquiera que sea su plumaje (VOZ de la Democracia N°34 – Junio 20 de 1959).
La línea artística de Espartaco surcó la primera página de VOZ, en vísperas del 29 Aniversario de la fundación del Partido Comunista (VOZ de la Democracia N°37 – Julio 9 de 1959).
Con motivo de la celebración del 29 aniversario de la fundación del Partido Comunista de Colombia, la edición del 18 de julio de 1959 de VOZ publicó el dibujo alegórico en el cual se puede apreciar la línea vigorosa que caracterizó la obra fundamental de Espartaco. (VOZ de la Democracia N°38).
A los pocos meses de la toma del poder en Cuba por el movimiento popular encabezado por el camarada Fidel Castro, y a raíz de las primeras medidas económicas del Gobierno Revolucionario, los círculos más reaccionarios de los Estados Unidos empezaron a realizar actos de provocación y de intervención contra el unevo régimen cubano. La Junta Interamericana de Defemsa, apéndice del Pentágono, se destacaba entre los «rabiosos» anti-cubana, como aún sigue destacándose. (VOZ de la Democracia N°40 – Agosto 1 de 1959).
Desde el 4 de octubre de 1957 (fecha del lanzamiento del primer «Sputnik»), los soviéticos empezaron a demostrar prácticamente su superioridad en la conquista del cosmos. Por su parte, el gobierno de la Junta Militar que sucedió a Rojas Pinilla y el primer gobierno del «frente nacional» encabezado por Lleras Camargo, y como un reflejo del sometimiento de nuestra economía a los monopolios norteamericanos, continuaron el vertiginoso ascenso del costo de la vida. El humor de Espartaco recoge ambos aspectos en este magnífico dibujo. (VOZ de la Democracia N°41 – Agosto 8 de 1959).
A fines de 1959, el señor Lleras Camargo intensificó su verborrea anti-soviética. Espartaco respondió entonces a las ligeras afirmaciones del ideólogo de la burguesía pro-imperialista. Lo dejó en sus físicos cueros: como a un hombre que trata -inútilmente- de ocultar la pujante realidad socialista. (VOZ de la Democracia N° 54 – Noviembre 5 de 1959).
El 3 de noviembre de 1959, aniversario de la usurpación de la zona del canal de Panamá. grupos de trabajadores y estudiantes panameños, simbólicamente izaron la bandera de su patria en el territorio ocupado por los yanquis. Quemaron públicamente la bandera de los Estados Unidos. Estos hechos dieron lugar a una salvaje respuesta de las tropas norteamericanas allí acantonadas. Espartaco dejó esta constancia histórica de los hechos. (VOZ de la Democracia N°55 – Noviembre 12 de 1959).
Mientras el Ministro de Educación declaraba que en el país había 1.300.000 niños sin escuela, estas eran convertidas en cuarteles por el primer gobierno del «frente nacional» oligárquico, como un medio de cebar el militarismo para la violencia. La caricatura es expresiva al respecto. (VOZ de la Democracia N°63 – Enero 28 de 1960).
Como una salida a la cada día más angustiosa situación del pueblo colombiano, los comunistas hemos levantado la consigna del «frente nacional democrático, por oposición al frente nacional oligárquico, promotor de la violencia anti-comunista. Espartaco representa aquí la contraposición de los dos frentes. (VOZ de la Democracia N°64 – Febrero 4 de 1960).
El alcalde capitalino de turno, Juan Pablo llinás, inició una curiosa campaña llamada «de la risa». Dentro de ella se organizó en Bogotá, por parte de la oligarquía, el denominado «festival turístico», que fue un verdadero derrochem en momentos en que el pueblo atravesaba una agobiadora situación económica. El contraste fue relievado en esta amarga caricatura. (VOZ de la Democracia N°66 – Febrero 18 de 1960).
Con la mirada demagógica de ganar las elecciones a toda costa, el gobierno Lleras elaboró una «plataforma económica de bienestar social». de acuerdo con ella, el ingreso por persona se duplicaría dentro de 25 años. El sarcasmo de Espartaco fustigó así la treta oligárquica. (VOZ de la Democracia N°68 – Marzo 5 de 1960).
Cediendo cada vez más a las presiones del imperialismo, el gobierno de Lleras Camargo se hundía más hondo en el pantano anticomunista. Esto le servía de pretexto para burlar y reprimir las aspiraciones populares. La ironía del caricaturista fijó de esta manera los momentos más delirantes del anti-marxismo llerista. (VOZ de la Democracia N°73 – Abril 9 de 1960).
Se recrudecía la campaña anticomunista. Los periódicos burgueses emulaban en la mentira y la calumnia. Con tal motivo Espartaco hizo esta caricatura. (VOZ de la Democracia N°112 – Enero 23 de 1961).
Así vio el artista el asesinato del gran lider del pueblo congoles. Patricio Lumumba por los imperialistas. (VOZ N°117 – Febrero 26 de 1961).
Cuan cínicas son las clases dominantes de Colombia. Una reunión de directores de diarios se realizó en octubre de 1962 como parte de una de las mil y tantas «campañas contra la violencia» organizadas por los autores de la misma. Acordaron entonces no publicar más informaciones sobre la violencia en sus periódicos. La agudeza de Espartaco lanzó a sus rostros este dibujo que desenmascara su hipocresía. (VOZ de la Democracia N°196- Octubre 18 de 1962).
Desde fines del año 62, el señor Sanz de Santamaría, ministro de Hacienda, empezó a preparar su «plan de hambnre»: devaluación e impuestos, cuyas consecuencias sigue padeciendo el pueblo trabajador. El prólogo del «plan Santamaría» fue la autorización de alzas en muchos productos de necesidad vital para los trabajadores. Por su parte, la oligarquía impuso el alza de precios del cemento, al precio de una prolongada huelga de los trabajadores de «Portland Diamante». (VOZ de la Democracia N°197 – Octubre 24 de 1962).