Estado Islámico: ¿Una coalición yihadista global?

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El autodenominado Estado Islámico es una organización yihadista, que en abril de 2013 se desprendió de su matriz Al-Qaeda y en su accionar posterior se ha convertido en amenaza para la estabilidad de Irak, donde tiene su mayor base social.

ISIS-Execution

Ricardo Arenales

Las dos últimas semanas de junio estuvieron signadas por una ola de atentados en varios países de Europa, que los organismos de investigación policial atribuyeron a fuerzas yihadistas, o a elementos simpatizantes del denominado Estado Islámico, que los medios de comunicación occidentales se esfuerzan en presentar como un grupo terrorista que constituye, hoy en día, la mayor amenaza para la estabilidad democrática de las grandes potencias.

El episodio más dramático de estos atentados fue el que se presentó en una playa de Túnez, en el que murieron 38 turistas, la mayoría de ellos británicos. En este caso actuó un solo comando, que ingresó al hotel Riu Imperial Marhaba, con el ya señalado saldo de víctimas mortales, a las que se agregan 39 heridos, algunos de ellos en estado crítico.

Lo que preocupa a las autoridades occidentales es el incremento de atentados, que trasciende las fronteras del mundo islámico. El 1 de julio, el Estado Islámico provocó la muerte de 70 personas en el norte del Sinaí, la mayoría de ellos soldados egipcios. Este atentado estuvo precedido de al menos 15 ataques contra puestos de control del ejército en la misma región y el atentado, por los mimos días, en que murió el fiscal general de Egipto, en inmediaciones de El Cairo.

Activistas del EI se atribuyeron el lanzamiento de dos misiles, desde el Sinaí egipcio, contra territorio israelí, los cuales estallaron sin causar pérdidas humanas. Esto llevó al premier israelí, Benjamín Netanyahu, a admitir que las tropas del Estado Islámico se encuentran “a las puertas de Israel”. Finalmente, llamó la atención de la prensa occidental la actitud de un ciudadano de origen islámico, Yassin Salhi, que en la última semana de julio decapitó a su jefe en Francia e intentó explotar la fábrica de gas en la que trabajaba, para derivar el sustento de su esposa y tres hijas.

El autodenominado Estado Islámico es una organización yihadista, que en abril de 2013 se desprendió de su matriz Al-Qaeda y en su accionar posterior se ha convertido en amenaza para la estabilidad de Irak, donde tiene su mayor base social.

Seducidos por un discurso radical

En la actualidad tiene un ejército de más de 30 mil hombres, dotados de moderno armamento de corto, mediano y largo alcance y mejor financiación. La mitad de sus tropas la componen muchachos venidos de Inglaterra, Francia, España, Rusia, Estados Unidos y otros países, que han cruzado fronteras para enrolarse en las filas islámicas, atraídos por su discurso radical.

De las tropas yihadistas hacen parte también muchos cuadros de los organismos de inteligencia militar y del alto mando del ejército del depuesto presidente Sadam Husein, lo que explica de alguna manera los éxitos militares sobre las tropas regulares de Irak, aliadas incondicionales de los Estados Unidos, y los avances en control territorial. Otro elemento a destacarse es el elevado número de mujeres que integran las fuerzas regulares del grupo.

En estas condiciones, el Estado Islámico, en las cada vez mayores franjas de territorio que controla en Irak y Siria, que le han permitido sentar las bases para la construcción de un anhelado califato, habla ya de la posibilidad de edificar una especie de ‘yihadismo global’, De hecho, en el norte de África y en no pocos países occidentales y hasta en las barbas de Israel, cuenta con miles de simpatizantes.

Esta lectura de la actividad de este grupo fundamentalista radical amerita un análisis más allá del calificativo de terroristas. En no pocos lugares, el EI tiene una base social real, así no se compartan sus posiciones radicales. Y muchas expresiones extremistas surgen como reacción a la política intervencionista y criminal de los Estados Unidos. Quedan entonces, sobre el tapete, muchos filones sin analizar de este grupo, del que habremos de ocuparnos en otras oportunidades.